Secretos

Mila tomaba el desayuno sola en aquella gran casa, su padre era un hombre muy ocupado así que rara vez podían verse, soltó un pesado suspiro, ni siquiera Alexia estaba para salir con ella.

-Ay carajo, esto apesta-Soltó dejando los cubiertos, se puso de pie y salió de aquella enorme mansión y subió a su convertible negro y tomo un rumbo desconocido.

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Liam salía de su departamento aquella mañana, tenía trabajo pues gracias a que Derek decidió tomarse el fin de semana, ahora él tenía que encargarse de sus asuntos.

-Ay estúpido Derek - Soltó con molestia mientras conducía su coche en dirección que indicaba el mapa.

Paso toda la mañana y parte de la tarde atendiendo a algunos socios, era molesto pues algunos de ellos eran reservados y preferían negociar con el poderoso señor Maximus. Cuando termino con aquella agenda decidió pasar a un bar, al llegar había poca gente, se acercó a la, barra y pidió una bebida, escucho unos gritos provenían de una de salas vip, decidió acercarse y se asomó, rio al ver a aquella pelirroja maldecir una y otra vez, sus mejillas estaban muy rojas parecía que ya llevaba rato bebiendo.

-¿Qué carajos ves? - Soltó Mila al notar la presencia de Liam.

-Hola señorita Solei-Entro con una sonrisa en sus labios.

-Ay, pero si es el perro fiel de ese perro miserable - Soltó haciendo una mueca de desagrado, Liam solo río.

-Admítalo soy un lindo perrito-Soltó en sarcasmo mientras se sentaba a lado de ella-Ya ha tomado mucho ¿No cree? - Dijo al ver tres botellas vacías y una a la mitad.

-Acaba de aceptar que es un perro…-Lo miro mientras el chico se servía de la botella - Hey no te invite, largo-Dijo molesta.

-Fue un día largo-Dijo mientras tomaba un trago.

Mila lo observó aquel hombre era apuesto, poseía un físico delgado, su cabello castaño estaba desordenado, desde que lo conoció siempre parecía ser alguien despreocupado, pero sabía que no era así tenía una posición muy relevante en la corporación Maximus incluso era la mano derecha de ese hombre.

-No piense mucho y disfrutemos la noche - Le sirvió otro trago, Mila río sin pensarlo más empezó a beber y divertirse con aquel hombre.

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La luz del sol era molesta aquella mañana era devastadora para Mila no recordaba que tanto bebió la noche anterior, miro a los lados todo era borroso, hasta que su vista se fue aclarando no reconocía aquel lugar, era una habitación grande y de colores blancos y grises, se miro así misma estaba cubierta con unas sábanas blancas solo eso, no había nada más, miro a su lado y ahí estaba aquel hombre durmiendo tranquilamente, las sábanas blancas cubrían de sus caderas hacia abajo dejando al descubierto su torso bien definido.

-Carajo, que mierda hice... -Murmuró Mila arrepentida no recordaba nada de la noche anterior, salió de la cama con mucho cuidado tomo sus ropas y se vistió a como pudo, quería irse de aquel lugar antes de que Liam Demien despertará.

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-Entiendo la situación, Ángela, te llamaré después - Colgó la Elena al ver a su hijo sentarse a su lado.-Era Ángela Montesier, pide ayuda sobre su situación familiar - Dijo tenía leves sospechas que lo sucedido con aquella familia fuera obra de su hijo.

-No lograrás nada-Respondió el hombre mientras tomaba una taza de café.

-¿Motivo? - Pregunto al confirmar que todo era obra de su hijo. - Si no me lo dices haré que los Montesier recuperen su fortuna y Estatus - Amenazó la dama. Derek, miro a su madre y soltó un suspiró dejo la taza de café en su lugar.

-Solo cumplí tus órdenes, protegí a mi inocente esposa - Dijo con un tono sarcástico y antes de que dijera algo Alexia apareció, pero se detuvo al mirarlo.

-Alexia ven siéntate - Dijo amablemente Elena, la chica nerviosa se sentó a lado de su esposo, era la primera vez que desayunaban en la misma mesa.

-¿Te gusta el lugar? - Pregunto Elena.

-Sí, es hermoso-Dijo mientras le ponía varias cucharadas de azúcar a su café, Derek solo la miro sorprendido de la cantidad de azúcar que tomaría.

-Perfecto, oh Derek deberías llevarla a conocer aquel lugar - Sugirió la dama, Derek miro a su madre algo molesto-Yo tengo que descifrar tus motivos... - Se puso de pie y le dio un beso en la mejilla y lo mismo hizo con Alexia después se marchó.

-¿Qué lugar? - Pregunto con curiosidad.

-Iremos después del desayuno-Dijo mientras comenzaba a comer algo de fruta, Alexia asintió y empezó a comer su fruta, Derek la observo la chica hacia aun lado la manzana parecía que era algo que no le gustaba al contrario de él que era su fruta favorita.

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Alexia esperaba a Derek en la entrada al verlo llegar observó que vestía jeans y una sudadera café que combinaban con sus botines, se veía apuesto incluso sin vestir sus elegantes trajes.

-Vamos- Dijo caminando hacia el jardín.

-¿Iremos caminando? - Pregunto mientras caminaba detrás de él.

-Si, el lugar que mi madre quiere que conozcas está atravesando el bosque, es más fácil llegar caminando - Dijo Derek mientras señalaba el bosque qué estaba al final de aquel jardín.

Ambos comenzaron su corto viaje por aquel bosque, Alexia caminaba detrás de Derek quien entre rato le dirigía una mirada a la chica, pero ella parecía entretenida observando todo a su alrededor, por un momento pensó que se negaría a caminar el bosque era húmedo y la noche anterior llovió por lo que estaba lleno de lodo, pero a Alexia eso no le importaba.

-Señor Maximus, un lobo-Dijo la chica señalando a aquel animal acercándose con sus afilados colmillos.

-No es uno, son varios, ellos atacan en Manada-Respondió tranquilamente, lanzó una mirada al lobo que parecía ser el líder de la manada aquel anima se encorvó con miedo y se alejó sin atacar con el resto de su manada.

-Wow hasta los animales le temen señor Maximus - Dijo Alexia sorprendida.

-¿Otra vez Señor Maximus? - Pregunto mientras la miraba a los ojos Alexia solo se encogió de hombros.

-Es costumbre-Dijo, Derek asintió y continuó su camino.

Después de un rato más de camino por fin llegaron a su destino estaban en el centro del bosque, había un espacio sin árboles, más bien había unos enormes pilares de piedras que formaban un círculo y en el centro de aquel círculo en el suelo se formaba un extraño tallado de una criatura siendo rodeada por un grupo de personas con capuchas que derramaban su sangre.

-Es la maldición siendo controlada por la familia Zaharie - Dijo Derek al notar la mirada de Alexia.

-Entiendo... Es la primera vez que veo esto, en la organización no hablan de esto, ¿Por qué? - Pregunto.

-La maldición qué poseo me fue heredada al nacer, hubo algunos problemas por lo que los Zaharie decidieron eliminar toda información de la maldición de mi familia, esto es lo único qué hay, pero pocos conocen su significado-Dijo el hombre, no perdía de vista a Alexia quería ver sus reacciones.

-Entonces esto es un secreto - Señaló todo el lugar, Derek asintió-Ok, prometo guardar el secreto no se lo diré a nadie ni siquiera a Mila, lo prometo-Sonrió con ternura la chica, Derek solo la miro aquellas palabras no parecían ser falsas sentía que podía por lo menos confiar un poco en ella.

-Debemos regresar-Dijo, Alexia asintió y nuevamente emprendieron su viaje de regreso, pero la chica no pudo contenerse al ver una hermosa cascada y se desvió miro asombrado aquel lugar, el era cristalina, era una hermosa vista

-Señor Maximus...-Dijo la chica señalando al frente nuevamente era la manada de lobos, pero esta vez poseía una extraña aura, poco a poco se fueron transformando en maldiciones.

-¿Aquí? - Derek frunció el ceño era raro que en aquel lugar aparecieran maldiciones.

-Otra vez son muchas-Dijo la chica mientras aparecía su espada.

Las maldiciones atacaron sin pensar Alexia se lanzó al ataque y comenzó a purificarlas, Derek observó las habilidades de la chica a pesar de estar sola, estaba controlando la situación o eso pensó hasta, que una de las maldiciones la hirió, sintió como su maldición despertaba y se enfurecía.

-¿Qué te pasa? - Soltó molesto al ver como sus dedos se afilaban.

Derek comenzó a atacar a las maldiciones las purificaba sin piedad, pero a aquella que hirió a Alexia la hizo sufrir un poco, le arranco cada una de sus extremidades la maldición solo gritaba desgarradoramente.

Derek observó lo que hacía, dirigió su mirada a Alexia aquella chica lo miraba, pero no mostraba miedo en su mirada al contrario noto que ella estaba sonriendo, cerró sus ojos con fuerza y trato de controlar su cuerpo, lo logró por un instante y purifico a aquella maldición.

Alexia observó a su esposo caer de rodillas sus afiladas manos rodeaban su cuello, se acercó a él.

-Sangre... - Susurró el hombre, Alexia miro a los lados aún estaban lejos de la mansión y no llevaban sangre Zaharie, saco su teléfono, pero no mostraba

Señal.

-Ay mierda, debes resistir hasta llegar a la mansión - Se acercó a él más para ayudarlo a ponerse de pie, pero él la aparto de manera brusca.

-Largo-Dijo con una voz ronca, Derek trataba de controlarse, pero era difícil su maldición estaba molesta aún, miro la herida de la chica estaba sangrando eso hacía que su maldición rugiera dentro era horrible escuchar ese rugido.

-Vamos, vamos, Señor Maximus no deje que lo controle - Alexia se puso de rodillas frente al hombre y lo miro con aquellos ojos azules no mostraba miedo más bien preocupación, Derek lograba aún ver aquella mirada, recordó otra mirada no era la de Alexia, pero igual poseían ojos azules, pero aquellos ojos mostraron un profundo miedo y después odio, asco, su garganta comenzó a quemar con solo recordar aquella mirada.

-¡Derek! - Escucho la voz de Alexia, la miro nuevamente, miro su rostro, sus mejillas sonrojadas, sus ojos azules, sus labios rosados aquellos labios que alimentaban su maldición, sin pensar más coloco sus garras en el rostro de la chica y lo jalo hacia él uniendo sus labios en un beso, Alexia se quedó inmóvil, pero poco a poco respondió al beso.

Derek sintió como su maldición se tranquilizaba, sintió un dulce sabor en sus labios.

-¿Se encuentra bien? - Le miro con aquellas mejillas sonrojadas, Derek miro sus manos en el rostro de la chica habían vuelto a la normalidad, incluso sintió que su maldición había dormido nuevamente.

-Regresemos-Se puso de pie y la ayudo- Hay que atender tu herida... - Miro con sorpresa el brazo de la chica solo había sangre nada más, la herida había desaparecido.

-¿Puede guardar el secreto? - Pregunto con la mirada baja cubriendo la parte de su brazo en donde debería estar su herida.

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