Un nuevo báculo.

Leire necesitó treinta días para recuperarse por completo. Mientras estuvo en cama varios integrantes del gremio fueron a verle, incluso algunos le llevaron frutas, dulces y bebidas. Pero fue Sorka la que no se apartó de su cama ni un solo día; Trats iba sistemática, pero como tenía que resolver los asuntos del gremio, no pudo estar siempre allí.

Una vez recuperado, caminó hacia su habitación, comprobó que estaba llena de polvo y decidió que era hora de sacudirla; y así lo hizo, tardó varias horas haciéndolo pies aprovechó para acomodarla de otra manera ^ Fue mi culpa^pensaba mientras pasaba un paño a cada uno de sus libros ^ Pensó que yo era Félix y me atacó, pero lo único que hice fue defenderme, aun así me siento culpable ^

Al terminar cerró la puerta con llave, acomodándose en el centro de la habitación quiso ver a Lucius, pero se llevó una gran desilusión al comprobar que no tenía báculo.

Se dejó caer de rodillas y comenzó a llorar.

Cenó junto a los integrantes del gremio, todos lo recibieron con un fuerte aplauso y hubo uno que le apodo:" Veneno de Greco" haciendo reír a otros más. A la cena no fue la hechicera blanca, pero le mandó a decir con Sorka que subiera.

Mientras subía por las escaleras de caracol, recordó los acontecimientos, se detuvo justo en medio, apretó la baranda de la escalera y resopló.

Una vez en el pasillo, notó como los cuadros lo miraban acusadores; Leire les devolvió la mirada, ^ Qué sabrán ustedes ^

Las puertas se abrieron solas, la hechicera estaba de pie mirando un cuadro:

_ Acércate _ dijo sin apartar la vista del cuadro _ ¿sabes que árbol es este? _ el joven negó con la cabeza _ se llama baobab

_ Ese nombre me suena

_ En tu mundo hay muchos de estos _dándosee vuelta quedó frente al joven _ aquí representa la longevidad, y hay muy pocos _ la hechicera tomó asiento, Leire la imitó, aún sentía cansancio

_ ¿Por qué me dices todo esto? _ pregunto el joven hechicero

_ Mañana iremos a buscar uno de estos, creo saber donde hay uno _ Trats levantándose se dirigió al librero _ ¡Aquí está! _ dijo mientras sacaba un mapa

_¿Queda muy lejos? _ quiso saber Leire _ aún estoy cansado _ la hechicera lo fulminó con la mirada

_ Has tenido un mes para descansar, ¿Qué más quieres? Además,, salimos bien temprano, el viaje es largo _ la hechicera abrió el mapa sobre la mesa, con una seña hizo que el joven se levantara y este se acercó al mapa _ aquí está el gremio, si seguimos rumbo noreste llegaremos al reino de Solá y cerca de la frontera hay un bosque, allí encontraremos un baobab _ el joven se cansó solo de escucharlo

_ ¿Por qué un baobab?

_ Los baobab son los árboles más ancianos y fuertes que existen, un báculo de uno de ellos te servirá, pues podrás usar más de un elemento _ el joven luego de comprenderlo todo, se despidió de la hechicera blanca y fue hacia su habitación.

Durmió en cuanto cayó a la cama, estaba cansado, pero no sabía por qué razón.

Tuvo muchos sueños extraños, en uno él era un Fenrus y en otro era la mismísima Félix matando a los otros hechiceros; soñó también que era siervo de la malvada hechicera y juntos luchaban contra los integrantes del gremio. Finalmente y con unas grandes ojeras se despertó.

Salió del gremio acompañado por la hechicera blanca, esta traía una túnica con capucha blanca, en cambio, Leire llevaba su ya raída túnica.

Caminaron mucho antes de que cayera la noche, el joven tuvo que parar en dos ocasiones para descansar y fue Trats quien tuvo que cazar la comida, aunque llevaban del gremio.

Mientras la hechicera despiezaba los animales, el joven buscaba ramas y pequeños troncos para la fogata.

Cenaron una deliciosa comida, carne asada, frutas y néctar, la comida de los viajeros, según dijo Sergey en una misión:

_ Dime que pasó en verdad _ la voz de la hechicera cambió, ahora era seria y calmada _ Lokier era cascarrabias, pero muy bueno a la hora del combate _ Leire palideció

_ Descubrió lo que soy _ dijo entrecortadamente _ pero yo no hice nada, él pensó que yo era Félix y me atacó

_ ¿Qué hiciste tú?

_ Me defendí, solo usé el conjuro de defensa, pero él cayó en su propia trampa _ la hechicera se acercó a él, Leire cerró sus ojos esperando un golpe, pero en vez de eso, sintió un abrazo.

_ Te creo _ dijo mientras una lágrima rodaba por su mejilla _ pero no te culpes, tú no eres el culpable de la muerte de Lokier, él se lo buscó por impaciente.

En la mañana siguieron con su aventura; por el camino observaron un grupo de aventureros de otro gremio, reían y gritaban mientras brindaban, estaban sentados bajo la sombra de un árbol ^ Deben de haber completado una misión ^ pensó el joven ^yo también quiero tener un final así ^.

Esa noche comieron solo fruta, la hechicera le contó varias historias acerca de raras misiones terminadas por ella y alguna le sacó una sonrisa.

Luego de caminar varias horas la hechicera dijo:

_ Estamos cerca de la frontera del reino _ apuntó hacia delante _ allí termina el Reino de Frusto y comienza el reino de Solá, en más de una vez, estos reinos estuvieron en guerra, Los frustos querían las minas que tenían los Solas, y estos no querían dárselas como es obvio y adivina que pasó

_ Muchas personas murieron

_ Efectivamente, en especial, integrantes de muchos gremios, el nuestro perdió al ochenta porciento, y fuimos unos de los mejores parados, pues algunos desaparecieron de la historia

_ ¿Cómo terminó el conflicto? _ preguntó Leire mientras tomaba un poco de agua de su pellejo

_ Como terminan casi todos ellos: un matrimonio arreglado, una cena, muchas fiestas y un mar de risas _ la voz le volvió a cambiar _ y pidiendo perdón por las bajas.

Cuando traspasaron la frontera del Reino, se adentraron en un tupido bosque, que era muy extenso, según pensó Leire, pues cayó la noche sobre sus cabezas y no habían salido del mismo.

A la mañana siguiente, lo primero que vio Leire fue a su maestra preparando el desayuno

_ ¿Quieres fruta o carne? _ preguntó sonriendo

_ Prefiero la carne _ bostezó _ ¿Falta mucho para llegar? _ la hechicera apuntó hacia arriba, Leire al voltearse observó un inmenso árbol

_ Ya estamos en el lugar.

El joven hechicero se acomodó delante del gran árbol, puso una mano sobre él, un círculo negro creció bajo sus pies, varias nubes negras en forma de rayo salieron del círculo, Leire sintió una gran fuerza, como si estuviese cargando algo muy pesado, apretó los dientes y cuando volvió a abrir los ojos, a sus pies había un báculo; lo tomó en sus manos, era más grande qué él, su color era marrón negruzco, tenía unas letras rúnicas grabadas alrededor del mismo, en la parte superior había una equis

_ Felicidades _ dijo la hechicera _ Ahora pruébalo.

Leire levantó el báculo, un círculo se dibujó en sus pies, golpeo el suelo tres veces, un Fenrus salió frente a él, esto hizo que la hechicera se sobresaltara.

_ No me lo esperaba _ sonrió la hechicera blanca.

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