Cañon.

Lokier devoraba un pedazo de carne sin miramientos, la grasa corría por la comisura de sus labios, los ojos grises del hombre no se apartaban de la comida, el pelo grasiento y largo ondeaba de un lado a otro mientras mordía, sus manos eran inmensas, con dedos grandes y bolos.

Leire quedó atónito con la escena, era la primera vez que lo veía, según dijo Trats, estaba en una importante misión, siguiendo una pista:

_ Hola _ saludó Leire acercándose _ Soy Leire y hoy partiremos a una misión _ el pícaro no apartó la mirada del plato _ oye, te estoy hablando _ añadió molesto el joven

_ Mira _ dijo Lokier apuntándole con el hueso _ desgraciadamente, hoy me tocó ser tu niñera, así que mejor espérame abajo si no quieres empezar mal nuestro viaje _ Leire cerró los puños, comenzó a sentir un vapor en su interior, estaba enojado por la actitud asumida por su nuevo compañero, estuvo a punto de decir algo, pero llegó la hechicera y depositó la mano sobre su espalda

_ Vamos Leire _ dijo dulcemente _ dejemos que Lokier recupere fuerzas.

Una vez fuera del gremio, el joven lanzó una patada al suelo

_ No me digas que tengo que ir con ese malnacido _ recriminó a la hechicera

_ Tranquilízate insensato _ regañó Trats al joven _ ¿No te das cuenta lo que estuviste a punto de hacer? _ Leire negó con la cabeza _ por poco conjuras fuego _ suspiró _ mira si te enfadas puedes, sin querer, conjurar otro elemento, como por ejemplo el fuego, ya que son elementos peligrosos

_ ¿Y qué hago entonces? _ preguntó aún molesto

_ No alterarte _ en ese momento salió por la puerta delantera el pícaro, como estaba sentado mientras comía, el joven no lo había visto bien, pero ahora contempló su tamaño, era un poco más pequeño que él :

_ A ver niño _ dijo señalando a Leire _ haremos esto rápido, vamos matamos la bestia y viramos, así saldré cuanto antes de ti _ el joven miró a su maestra a los ojos recriminándole, ella suspiró

_ Está bien _ dijo Leire _ vamos cuanto antes.

La aldea pesquera de Cañon quedaba al este del gremio; caminaron durante horas sin parar; por el bosque observó diversos animales y plantas, pero no tuvo más remedio que acelerar el paso, porque aunque el hombre era pequeño, sus zancadas eran el doble que las de Leire.

Finalmente, cuando cayó la noche, pararon a descansar, el pícaro preparó una hoguera y comenzó a preparar un poco de carne, cuando Leire se acercó el pícaro dijo:

_ Lo siento niño, esta es mi hoguera y esta es mi comida, stútu quieres algo ve y cázalo _ el joven golpeo el piso con una patada y salió en la dirección contraría para intentar cazar algo. Dos horas después se dio por vencido, tocó el suelo tres veces con el báculo y luego de decir" Dimersor", llegó al bosque de la otra dimensión; rápidamente Lucius corrió a saludarlo, brincándole arriba aulló y le dio dos vueltas al joven, cahaciahacía delante y lo observó a los ojos para después aullar, era como indicándole que lo siguiera, Leire comprendiéndole le siguió; el Fenrus lo llevó más adelante hasta llegar a un viejo tronco en el suelo, dentro del mismo sintió algo quebrarse, agachándose vio como emergía del huevo un Saloc blanco casi albino. Al momento intentó pararse y no pudo, al cabo de tres intentos se mantuvo en pie y caminó unos pasos hacia adelante para después volverse a caer.

Leire caminó por el bosque en busca del árbol de la carne, al encontrarlo cogió un fruto en la mano y lo mordió, enseguida lo expulsó de la boca mientras lo escupía ^ Sabe horrible ^ pensó el joven ^ ¿Ahora que hago? ^, fue entonces cuando se le ocurrió una maravillosa idea, miró al Fenrus y sonriendo dijo:

_ Vas a salir querido amigo.

Dos horas después llegaba con un Xoxo que doblaba su tamaño, ^ Eso es muy parecido a un alce en mi mundo ^el pícaro quedó sorprendido

_ Eres bueno cazando _ dijo riendo _ ¿Quieres sentarte junto a mi fuego? _ el joven negó con la cabeza

_ Esta es mi comida y pronto haré mi fogata _ dijo mientras sacaba el puñal negro; poco a poco fue despiezando al Xoxo, quitó sus astas, luego las pezuñas, la cabeza y finalmente hizo pedazos de carne que comenzó a asar, en todo ese tiempo Lokier no le quitó ojo de encima; cuando la carne estuvo lista, Leire la sacó del fuego y comenzó a comerla, extendió su mano y le dio un trozo al pícaro:

_ Me gusta ese puñal negro _ dijo con la boca llena Lokier _ ¿Cómo lo conseguiste?

_ Me lo regaló alguien muy especial _ respondió luego beber un poco de néctar _ el pícaro sonrió

_ Eso es un amplificador de conjuros _ dijo limpiándose la grasa de la boca _ hace mucho tiempo vi uno igual _ estirándose agregó _ pero quien se acuerda de eso _ levantándose fue a orinar al bosque.

El joven esperó que llegara el pícaro para irse a dormir, estaba algo cansado y dio gracias que no le tocara la primera guardia.

Una fuerte sacudida lo despertó, al abrir los ojos comprendió que había sido el pícaro, también se sorprendió que era de día y se preguntó ^¿por qué no me habrá despertado?^, pero no tuvo tiempo para nada, pues el pequeño hombre recogió todo muy rápido y siguió su camino, a duras penas pudo mantenerle el paso, pero para agradecimiento de Leire llegaron a la aldea antes del atardecer.

Los habitantes de la misma salieron a recibirlos, todos estaban muy felices por la visita de los integrantes del gremio:

_ Bienvenidos a Cañon _ dijo un anciano _ yo soy el alcalde, elegido por el consejo de ancianos aquí presentes _ algunos levantaron la mano _ les hemos enviado una petición porque un malvado Greco ataca a nuestros pescadores _ el alcalde llevó sus manos a la cabeza _ primero atacaba a los botes, luego atacó a los pescadores de la orilla y hace dos días se vio caminando por los alrededores, me temo que es una amenaza muy peligrosa para nosotros

_ Es verdad _ dijo el pícaro _ pero no se preocupe, nosotros somos los más fuertes del gremio y esa bestia no los va a molestar más _ miró al joven _ ¿No es cierto mago? _ Leire asintió con la cabeza.

Todos los habitantes de Cañon, cenaron con ellos en el centro del pueblo, niños, mujeres y hombres se maravillaba con las historias contadas por el pícaro, Leire tuvo que aceptar que era muy bueno contando historia y hasta se rio con muchas de ellas:

_ Una vez _ contaba el pícaro _ navegé hasta el reino de Alox, fue una larga travesía, salimos una treintena de aventureros y solo regresé yo a nuestro querido reino de Frusto _ todos estaban prestando la mayor atención posible _ nuestra misión era simple: destruir un nido de Fartunias del desierto, al principio fue fácil, pero todo se complicó cuando apareció un guiverno de arena, fue el más grande que he visto en mi vida, su rugido era tan estremecedor que me dejó sordo por mucho tiempo, los treinta luchamos, pero como ya les conté, solo quedé yo.

Temprano en la mañana, los integrantes del gremio partieron hacia la playa, estuvieron en poco tiempo allí, pues la aldea no quedaba muy alejada de la costa.

Lokier comenzó a preparar varias trampas, les puso cebo y las tapó con hojas secas, pero no fue necesario. Escucharon un fuerte ruido, al voltearse comprobaron que se trataba del Greco, era un espécimen grande, de colornegruzcoo, sus pinzas estaban deformes y sus ojos daban mucho miedo.

El pícaro no esperó a que la bestia le atacara, desenvainó sus cuchillos largos y corrió hacia la bestia, Leire concentrándose preparó su muralla de viento para proteger a su compañero, pero no esperó el impacto, sintió un fuerte dolor en el costado, una bestia parecida a la anterior, pero roja, salió de la nada:

_ ¿Son dos? _ gritó consternado el pícaro, un árbol detuvo a Leire, el cual había volado gracias al impacto del otro Greco, desde allí observó como Lokier luchaba contra las dos bestias; el costado le dolía mucho, pero aun así logró arrodillarse, el pícaro comenzó a retroceder hasta llegar hasta donde estaba arrodillado Leire, ambos miraron los ojos del otro, en ese instante el joven mago comprendió que solo había una forma:

_ Dimersor _ gritó Leire, Lucius saltó sobre los Grecos, dándole el suficiente tiempo de conjurar una espada de viento yclavárselaa al rojo, mientras el pícaro hacia lo mismo con el negro.

Tendidos sobre la arena los integrantes del gremio rieron, habían derrotado a los Grecos, se pusieron de pie como pudieron y una vez que el Fenrus llegó a la otra dimensión, Lokier dijo:

_ Así que eres un hechicero _ dijo empuñando los dos cuchillos largos _ eso es un problema _ Leire comenzó a asustarse de la mirada asesina de su compañero _ ¿Sabes por qué? _ el joven negó con la cabeza _ solo existen dos hechiceros en el mundo, una es nuestra maestra y la otra eres tú _ corrió hacia Leire con los cuchillos amenazantes, solo logró conjurar el escudo de viento _ te he estado buscando durante años _ gritaba frenéticamente mientras lanzaba cuchilladas contra el escudo del joven hechicero que en vano intentaba explicar; hasta que Lokier invocó el poder del Pikar rompiendo el escudo de Leire, lanzando a este por los aires, otra vez corrió contra el hechicero, pero no recordó donde había puesto la trampa, así que sin querer cayó en una.

Leire estaba tirado inconsciente en el suelo, un poco más adelante Lokier empalado en un hueco, el báculo de roble estaba hecho estillas entre ambos; los Grecos yacían muertos uno al lado del otro.

Un día después de los acontecimientos, un joven pescador encontró la devastadora escena.

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