Concentración

La hechicera blanca estaba sentada detrás del gran escritorio de su habitación, Leire observándola, intranquilo deseaba salir de allí para ir a entrenar:

_ Dice Usla que te comportaste en la misión _ dijo finalmente Trats observando a los ojos al joven _ me alegro

_ La verdad no hice mucho en la misión _ corroboró el muchacho _ la hechicera se puso en pie y caminó hacia él

_¿ Sabes algo extraño? _ Leire negó con su cabeza _ noto una magia extraña que emana tu cuerpo _ cuando estuvo frente al joven extendió su mano, él rebuscó en su zurrón y sacó el puñal

_ Ha de ser esto _ la hechicera tomándolo en sus manos le examinó

_ Si es esto _ frunció el ceño _, pero no parece nada raro _ ddevolviéndole el puñal agregó _ aun así ten cuidado _ la hechicera caminó hacia el escritorio y luego de sentarse tomó una pluma en sus manos _ se me olvidaba _ agregó mientras levantaba la vista del pergamino _ antes de que partieras a la misión te hablé acerca de un hechizo¿recuerdass?

_ Si _ rememoró un instante _ eso creo _ llevó una mano a la cabeza y luego rascándose agregó _ dice algo como "Tretón", pero recuerdo para qué se usa _ la hechicera levantándose, otra vez, se acercó al muchacho, levantó su báculo y dijo la palabra, acto seguido, desaparecieron del lugar y se trasladaron a un bosque

_ El hechizo crea una dimensión alternativa _ Leire contempló el bosque, nunca había estado en uno así _ es el mejor lugar para entrenar _ los árboles eran gigantescos y no había ni un pequeño arbusto _ cuando entras en esta dimensión, desapareces del mundo, pero te advierto dos cosas: La primera es que lo uses únicamente en la noche, así nadie notará tu ausencia; y lo segundo es que no abuses del hechizo _ con un golpe del báculo blanco en el suelo y la palabra" Tretón", dicha una vez más volvieron a la habitación de la hechicera.

La maga de viento lo esperaba en su dormitorio, cuando Leire llegó vio que su maestra había acomodado toda la habitación, todo estaba en su sitio, las telarañas habían desaparecido y hasta los libros los ordenó según sus nombres:

_ ¿Cómo te fue en tu primera misión? _ preguntó interesada, el joven contó con lujo de detalles todo lo que había acontecido, su maestra lo escuchaba atentamente, cuando terminó de hablar, esta agregó _ menuda aventura, estoy orgullosa de ti, no todos los aprendices lograran realizar su primera misión con éxito y muchos menos tienen el placer de ir acompañados de la gran guerrera Usla, pero bueno, sígueme _ el muchacho caminó detrás de la maga hasta llegar al patio _ hoy nuestro entrenamiento será aquí, porque estoy esperando a alguien _ la joven sonrojándose prosiguió _ y no puede haber desorden en mi cuarto.

_ ¿Puedo saber a quién esperas? _ preguntó el joven mientras sonreía

_ No, no lo puedes saber _ la voz de Sorka cambió radicalmente _ ahora toca entrenar _ se ubicó delante de Leire _ ya dominas la concentración de viento, hoy aprenderás lo mismo, pero de pie y con los ojos abiertos, y aunque creas que será fácil, te aseguro que no lo es.

Leire intentó concentrarse intensamente, pero no lo logró, estaba de pie en el patio trasero del gremio, su maestra le observaba sentada bajo un árbol, de vez en cuando le gritaba que se esforzara.

Pronto comprendió que no iba a ser tan fácil como pensaba, con los ojos cerrados no era interrumpido por nada, pero así, de pie, al aire libre y con tanto ruido alrededor, le resultaba incómodo concentrarse.

Aún con todos los inconvenientes no descansó ni por un momento, estuvo de pie hasta la hora del mediodía; Sorka acercándose comentó

_ Por hoy hemos terminado, yo me voy a mi dormitorio, pero tú, si así lo deseas puedes seguir entrenando _ cuando hibo caminado un poco dió media vuelta _ mañana nos vemos aquí, se puntual.

Y así lo hizo, luego de comer un poco de fruta, volvió a su entrenamiento, ^ Bien, lo lograré, no dimitiré ^.

Recto, pies al ancho de los hombros, báculo en mano, y ¡Concentración! Repitió la operación una y otra vez, hasta que el sol se ocultó, aun así, no se detuvo hasta que fue requerido por el guardián de la puerta, que en tono amable le incitó que fuera a cenar.

Una vez en su habitación decidió poner en práctica lo que había escuchado de su maestra; tomó el báculo en sus manos y golpeando el piso con fuerza dijo" Tretón", lo siguiente que ocurrió fue inesperado, Leire creía que llegaría al mismo bosque que su maestra, pero no fue así, apareció junto al lago del campamento, y por un momento, pensó que había regresado a su mundo, una mezcla de alegría y tristeza inundaron su ser; pero cuando caminó lo suficiente se golpeó la cabeza con una pared invisible y comprendió que estaba en la otra dimensión.

Practicó la concentración mucho tiempo, pero el tiempo no transcurría como en su mundo, ni como en ningún mundo, era de día, específicamente de mañana, cuando el sol no quema la piel, según su cansancio habría estado entrenando varias horas, pero el sol apenas había caminado; esto no le importó y continuó con su entrenamiento.

Ya había perdido la cuenta de cuantas veces dijo en su mente la palabra:Concentración; pero fueron muchas.

Cayó al suelo muerto del cansancio y sin querer se quedó dormido. Cuando despertó había regresado a su habitación, con trabajo se arrastró hacia su cama, pero cuando llego a ella las luces de los techos se encendieron, un gigantesco círculo amarillo, que simulaba al sol, alumbraba en lo alto de su dormitorio, señal inequívoca, que era hora de levantarse.

Estaba de pie esperando a su joven maestra; ^ Es extraño, ella nunca llega tarde, fue entonces cuando apareció Sorka, caminaba muy lento y cuando estuvo frente a él, notó unas grandes ojeras

_ No me pregunte nada _ fue el saludo que recibió de ella

_ No te preocupes, no lo iba a hacer _ la joven maestra estaba caminando hacia el árbol cuando de repente volteó a ver a su joven aprendiz y se sorprendió: Debajo de él, había un gran círculo dibujado, sus pies estaban al ancho de los hombros, el báculo lo sostenía con la mano derecha, en la izquierda portaba un extraño puñal negro desenvainado

_ Felicidades _ dijo orgullosa Sorka _ lo has conseguido _ por esa razón te voy a regalar esto _ la joven maestra extendió su mano, Leire agarró los papeles, eran pergaminos escritos con tinta, y con una reverencia, agradeció el regalo, aunque no sabía que era.

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