El gremio

Leire miró hacia la derecha, observó a una docena de personas, luego miro a su izquierda, vio media docena más, al frente de la mesa y lejos de su puesto, estaba sentada Trats, conversaba con una mujer imponente, tenía grandes brazos y daba un poco de miedo, según pensó el joven.

El día anterior llegaron al gremio, la hechicera lo presentó al guardián de la puerta, un hombre pequeño, viejo y de aspecto cansado, que lo saludó con una agradable sonrisa.

Pero en ese momento se encontraba sentado rodeado de gente extraña, vestidos más raros que él y con muy pocos modales; por ejemplo, a su derecha un gran hombre que hablaba muy alto y en más de una ocasión lo había empujado con su enorme brazo; a su izquierda estaba sentada una delgada mujer de pelo muy largo y sucio, tanto que lo notaba.

La hechicera levantándose agarró una copa e hizo sonar una cuchara para que la atendieran, nadie le hizo ni el menor caso, un poco frustrada tosió aclarándose la garganta y tocó más fuerte la copa, que de ser vidrio se hubiese roto al instante, como nadie le presto atención gritó una maldición y lanzó la copa contra la pared, todos hicieron silencio, cambiándole la cara a la hechicera por una alegre un tanto fingida dijo:

_ Gracias por hacer silencio _ aclaró nuevamente su garganta _ propongo un brindis por todos los trabajos realizados _ todos alzaron sus copas, Leire los imitó, y bebieron entre risas y chistes sobre quien lo había hecho mejor _ también propongo otro brindis por los caídos en las misiones _ las copas en el aire se llenaron de néctar, todos en el más absoluto silencio bebieron, la bebida era dulce y un poco fuerte, sabia como a alguna fruta o mezcla de frutas _ Bien luego de decir esto, pasaré a lo importante, tenemos que _ en ese momento la fuerte mujer tocó la túnica de la hechicera, esta se dobló para escuchar lo que le iba a decir _ Ah verdad _ dijo levantándose _ demos la bienvenida a un nuevo aprendiz, su nombre es Leire _ los demás miraron al joven, este sintió un poco de vergüenza _ bueno, ahora si, lo importante del día, tenemos al equipo A en una misión en las tierras de Sangan, el equipo B pase por la tabla de misiones, y llévese la tercera, equipo C y equipo D tienen una misión recogida, así que ya saben que hacer, el equipo E tiene la guardia semanal _ miró seriamente a todos _ ¿Tienen alguna duda? _ preguntó en tono despectivo

_ Yo _ levantó la temblorosa mano Leire _ ¿Qué voy a hacer? _ la hechicera pasó la mirada por todos y la detuvo en una joven chica de pelo negro

_ Sorka _ la muchacha se levantó torpemente, algunos se rieron _ Tú serás su maestra _ la muchacha abrió los ojos como platos

_ Pero madre _ la hechicera golpeó el suelo con el báculo

_ No protestes _ el rostro de la hechicera parecía severo _ te lo ordeno como la suma maestra del gremio _ volteándose agregó _ Si no tienen otra duda, todos a comer, de repente apareció la comida en sus platos, era muy diversas, para cada persona era diferente y Leire sospechóque eran según los gustos personales, ya que élteníaservido uno de esos animales que comiópor el camino.

Al terminar de comer, los platos desaparecieron y todos se levantaron apresuradamente y fueron saliendo, Leire caminó hacia la joven muchacha, pero la hechicera lo agarró por la túnica _ ahora vendrás conmigo.

Caminaron por el interior del recinto hasta llegar a unas escaleras de caracol, ambos subieron, la hechicera iba guiándolo, caminaba con lentitud, como si estuviese cansada, de vez en cuando se detenía y respiraba con dificultad.

Al cabo de un buen rato llegaron al último piso del gremio; recorrieron un largo pasillo, a ambos lados había puertas, entre puertas, vio distintos cuadros, eran retrato, algunos eran un poco graciosos, otros daban mucho, por su mente pasó la idea de preguntar quienes eran, pero recordó la regla de las tres preguntas y perdió el interés por los ilustres cuadros.

Al final del pasillo había una gran puerta de color blanco hueso, la hechicera alzó su mano y dibujó un símbolo en el aire, la puerta se abrió y ambos entraron:

_ Esta es mi habitación, mi estudio, mi biblioteca, mi todo, pero bueno, aquí podrás encontrarme siempre y cuando esté en el gremio, que es muy pocas veces al año, debo aclarar, me gusta recorrer las ciudades buscando nuevos descubrimientos, cuando estés preparado irás conmigo, pero ahora debes entrenar y debes escuchar atentamente lo que te voy a ordenar _ el joven asintió con la cabeza _ primero, la joven que te va a enseñar magia de viento es mi hija, ten cuidado con ella

_ ¿Por qué? _ preguntó el joven sonriendo, la hechicera suspiró

_ No es por lo que te imaginas, no soy celosa, ella puede hacer con su vida lo que más deseo, te lo digo por tu propio bien, es un poco torpe con los conjuros y puedes resultar herido _ el joven alarmándose reclamó

_ ¿Por qué no me encomiendas a alguien mejor?_ la hechicera volteo hacia un librero y comenzó a buscar un libro, mientras lo hacía respondió

_ Tiene más nivel qué tú, lo que quiero es que aprendas todo lo relacionado con la conjuración y ella es la única maga que está disponibles, los otros están en misiones

_ ¿Y Por qué no me enseñas tú?_ la hechicera sonrió

_ En primera, perdiste todas las preguntas de hoy _ el joven dio un golpe con su pie al piso y entrecruzó sus brazos _ segundo te falta nivel, aún eres un aprendiz, te faltan tres niveles más para yo poder enseñarte _ la hechicera encontró lo que buscaba y sonrió _ y en tercera porque puedes morir _ en sus manos portaba un libro de cuero duro de color blanco, tenía unas inscripciones en un lenguaje extraño y un marco de algún metal brillante de color negro, la mujer lo sopló, una nube de polvo salió del libro, logrando que ambos estornudasen _ este será tu Conjurario

_ Sé que no puedo preguntar una cuarta vez, pero ahora es necesario, pues no tengo ni idea de que sea un conjurario _ la hechicera rompió a reír

_ Lo sé, pero las reglas son para cumplirse, así que ve con mi hija, ella será tu nueva maestra.

El joven caminó hacia las escaleras de caracol, debajo de su brazo portaba un libro de color blanco.

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