Capitulo X La noche de boda

Amanda

Es la mejor opción que tengo, igual Carolina no piensa regresar, mejor yo tengo ese hijo y que Mauricio y su familia me dejen en paz una vez.

Amanda: acepto el trato, solo que el niño vivirá conmigo.

Mauricio: me parece bien, yo responderé por lo que él necesite.

Amanda: me parece justo, ahora juguemos a la casita feliz.

Mauricio: trato.

Regresamos a la fiesta y pedí disculpas por mi comportamiento, después de eso solo me dediqué a divertirme igual hoy perdería mi virginidad y según Catia eso había que festejarlo, Mauricio fue por mí para decirme que era hora de irnos, creo que el más urgido por tener un hijo era él.

Salimos del gran salón rumbo a un hotel pues tampoco habría luna de miel, me importa un bledo, solo quería terminar con esto, ojalá y me embarace se una vez y punto.

Llegamos a la habitación yo me senté en la gran cama y Mauricio entro al baño salió un rato después mojado y con una toalla enrollada en la cintura, aparte la mirada no quería que pensara que lo estaba mirando mucho.

Mauricio: ve y date un baño, debes estar cansada.

Amanda: si solo un poco.

Fui al baño y me quite ese horrible vestido, lo odie desde que lo vi no era de mi gusto, me di un buen baño al terminar sequé mi cabello con una toalla y luego me puse mi bata de baño, estaba apenada pues no tenía nada debajo de esa bata, salí del baño y busque la fragancia con olor a Jazmin que tanto me gusta, saqué algo de mi ropa interior y entre de nuevo al baño me cambié y me puse ropa de dormir muy cómoda, al salir ya Mauricio se había acostado y hasta pensaría que estaba dormido, me acoste con cuidado para no despertarlo, pero no funcionó lo sentí abrazándome por la espalda y acariciando mi cuello, sus manos bailaban de arriba a abajo por todo mi cuerpo, estaba muy tensa realmente está noche pasaría.

Mauricio: hueles muy bien.

Amanda: gracias

Mauricio: trata de relajarte es igual a las otras veces que lo has hecho.

Amanda: si tú lo dices.

Mauricio empezó a tocarme con más ímpetu, fui perdiendo el control de mi cuerpo me volteé para estar frente a frente con él y este se adueñó de mi boca, esa noche consumamos está farsa de matrimonio, no lo voy a negar él fue muy amable, no se pasó de la raya ni nada, se podría decir que fue lindo, caí dormida después de eso, hasta la mañana siguiente que me despertó la luz del sol.

Al abrir los ojos me encontré con la mirada sería de Mauricio, tenía su mirada fija en mí, me sentí avergonzada y desvié la mirada.

Mauricio: así que era verdad.

Amanda: a que te refieres?

Mauricio: nunca habías estado con nadie.

Amanda: pues si y que? Ya pasó ahora esperemos que haya quedado embarazada y punto.

Mauricio: como demonios te iba a creer, si tu reputación no es la mejor.

Amanda: la gente habla mucho, mejor cálmate ya pasó no se puede devolver el tiempo.

Mauricio: si así lo ves entonces no hay problema verdad?

Amanda: no tranquilo igual estamos casados, ahora me voy a bañar y luego hablamos.

Mauricio: está bien, mientras pido el desayuno.

Entre al baño y vi mi rostro rojo como un tomate, entre a la ducha y ahí me estuve como una hora llorando sin consuelo, estaba reprimida desde hace mucho tiempo, cuando salí del baño vi mis ojos rojos no podía salir así, fue entonces que entró una llamada de mi querida doble.

Amanda: hola.

Carolina: hola querida, espero estés bien.

Amanda: lo bien que se pueda estar en mi situación.

Carolina: lo siento de verdad, pero él encontré el amor de mi vida y no podía perderlo, en cambio, tú no tenías a nadie y ahora fíjate ganaste una familia.

Amanda: vete a la mierda tú y tu familia, más te vale arreglar este enredo, porque mientras tú estás feliz yo estoy viviendo un infierno.

Carolina: cálmate querida, disfruta lo que te estoy obsequiando imagínate ahora eres una Walton, no cualquiera tiene ese privilegio.

No pude escuchar más sus estupideces, así que esta vez fui yo la que colgó el teléfono, me senté en el piso del baño y seguí llorando.

Sentí que tocaron a la puerta.

Mauricio: Carolina estás bien tienes ya mucho tiempo ahí dentro.

Amanda: si lo estoy, ahora salgo.

Lave mi cara me maquille para tapar los estragos del llanto y salí del baño lista para el desayuno.

Mauricio: estás bien?

Amanda: si lo estoy ya no preguntes más por eso.

Mauricio: está bien, ven y desayuna.

Amanda: gracias.

Solo pude comer unos pequeños trozos de frutas, no tenía hambre solo quería dormir.

Amanda: te molesta si me acuesto un rato a dormir.

Mauricio: no puedes hacerlo, yo mientras redacto unas cartas.

Amanda: ok

Fui a aquella cama, las sábanas habían sido cambiadas, la marca de mi deshonra había sido borrada, me acosté y en cuestión de minutos me quedé dormida.

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