Empezar de nuevo

Llegué al apartamento de Egan, el cargaba nuestros bolsos y yo cargaba nuestro pequeño bebé, aunque todavía estaba algo débil me habían dicho que estaba todo bien, la salud de mi bebé y la mía.

Dije a Lilah que se fuera al cuarto de visitas para poder hablar tranquilamente con Egan. Me senté en el sofá cargando a mi bebé en brazos y luego miré a Egan, estaba apenado por lo que me diría el alfa y me moría de nervios pero hacía lo posible por no transmitirle esas emociones al bebé.

-Ya sé que hice mal...-

-¿Lo sabes? Estuvo muy mal, pudiste haber muerto sólo por no tenerme contigo y llevar este embarazo solo... ¿Sabes lo preocupado que estaba? No entendía nada, no entendía porqué de pronto me odiabas y me querías fuera de tu vida, no entendía nada... Tenía tanto miedo de que algo te sucediera incluso si no sabía de tu embarazo.-

-No te mentí el día que terminamos, no creía que fuera capaz de darte la familia que querías, tu madre tuvo razón en ese momento pero ahora está equivocado, pude darte un hijo... Un hijo sano, entiendo que ya no me quieras a mí pero al menos acepta a este hijo.-

-No sólo quiero a mi hijo Samuel, también te quiero a ti, a mi lado, en mi vida por siempre... No quiero que pienses que no me harás feliz.-

-Aún así es difícil... Sigo siendo alguien que no ha hecho nada con su vida, sólo que ahora fui capaz de darte un hijo.-

-Eres más que alguien que sólo me dio un hijo, Sam, tienes un nombre, una familia, gustos, disgustos, una personalidad única, una apariencia única y encantadora...-

-Sigues igual de cursi.-

-Bueno eso es parte de mí.- Egan sonrió y se inclinó a besarme en la mejilla, sentándose a mi lado.

-Claro que sé que es parte de ti, sólo que no siento que merezca que seas bueno conmigo y siempre has sido demasiado bueno y amable conmigo.-

-Mereces todo lo bueno del mundo Sam, todo y más... De verdad, no te odio, al contrario, diría que te amo, te he anhelado desde que te conocí... Estaba tan molesto cuando te fuiste, conmigo más que nada por no haberte hecho sentir seguro a mi lado, por dejar que mi madre te dijera cosas horribles, por no ser el alfa fuerte que necesitaste siempre a tu lado, por no defenderte como debía y ahora de nuevo por no haber estado contigo a tu lado todos estos meses que estuviste esperando a Elliot.-

-Egan... Mejor cállate y sólo bésame, el bebé se va a deprimir con tus palabras y yo también.-

-¿Ah? Bueno... Perdón bebé, perdón Sammy.- Egan me dio un besó en los labios y luego un pequeño beso en la frente a Elliot.

-Elliot de verdad se parece mucho a ti...-

-Pero tiene tus ojos, tu piel... Es hermoso como su madre.-

-Te voy a golpear.-

-Bueno, me lo merezco.- Egan rió y yo le di un suave golpe en su brazo.

Luego de reírnos entre nosotros nos dimos cuenta de un gran problema, Elliot no tenía cuna ni algún espacio seguro donde dormir, así que Egan fue lo más rápido posible a buscar una cuna a las tiendas antes de que estas cerraran, eso y algunas otras cosas para el bebé.

Mientras esperaba a Egan, sonó el timbre, pensé que se trataría del propio Egan y que se le había olvidado pero al contrario, me levanté con Elliot en brazos y pude notar que era un omega, mas o menos de la misma edad que el alfa, delgado, de piel tostada, media alrededor de un metro sesenta o setenta, era rubio y de ojos azules.

-¿Sí?¿Qué necesitas?- Pregunté agotado, no estaba de humor para lidiar con gente la verdad, solo quería dormir junto a Egan, Lilah y Elliot.

-Disculpa, ¿aquí vive Egan Hoffmann?- Dijo sonriente, aunque me daba mala espina no dije o hice nada "amenazante".

-Ahm... Sí, ¿por qué preguntas?¿Lo conoces?-

-Ah, qué bueno que lo preguntas, soy un amigo cercano a él, ¿y tú eres?- Sentí algo de desprecio en su mirada.

-Bueno yo soy eh...- No sabía que responder, no podía mentirle diciendo que era la pareja de Egan pues aún no habíamos formalizado nada de nuevo.

-Entiendo, ¿ese es tu hijo? Qué lindo, ¿eres alfa u omega? No logre reconocer que eres.- Todo lo que este omega decía se sentía tan falso y aparte de que me molestaba lo rápido que hablaba, parecía un loro, uno no gracioso y molesto.

-Sí, es mi hijo y soy un sigma, no me confundas con otra casta.- Respondí serio y antes de poder hacer algo el omega ya se había abierto paso hacia el departamento.

-¿Un sigma?¿Esos no son como un error genético o algo así? Oh, perdona, no quise decir que tu fueras un error genético, pero ya sabes, se supone que no deberían existir.- Volvió a sonreírme, quería borrarle a puñetazos esa sonrisita de su cara. -Ay cierto, no te dije mi nombre, soy Raphael.-

-Samuel.- Respondí y me senté agotado en el sillón aún cargando a Elliot.

-No puedo creer que Egan se haya venido a vivir a esta parte de la ciudad, es bastante caro por acá, ¿sabes? Antes de irme a Francia soñaba con comprarme una casa por acá pero supongo que ya no lo tendré que hacer.- Raphael se sirvió un trago que había en el refrigerador. -Bueno, en realidad era mi sueño y el de Egan venirnos a vivir acá, no pensé que de verdad lo haría, por eso me arrepiento un poco de haberme ido allá.

-¿Ah sí? Suena genial.- Dije con pereza pero fingí tener interés en lo que decía.

-Pues claro, había conseguido un empleo allá a penas terminé de estudiar así que tuve que despedirme de Egan, lamento haberme ido de su lado.- Se veía dramático mientras decía eso e igual de dramático le dio un sorbo a su trago.

En ello se escuchó la puerta abrirse.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***