Inseguridades

Ese fin de semana nos quedamos en la casa de la madre de Egan, fue bastante incómodo por los comentarios que tenía sobre mí pero la verdad le encontraba sentido y razón a lo que decía, entendía que quería lo mejor para su hijo, que este formara su propia familia y fuera feliz pero conmigo probablemente jamás tendría eso. Esos dos días dormí junto a Lilah porque estaba molesto, no con Egan específicamente pero no pude evitar desquitarme de esa manera con él, me sentía tan culpable por como nací.

Cuando llegamos a casa Egan se acercó a mí y me abrazó con fuerza, aunque más que un abrazo me parecía que no me quería dejar escapar, quería retenerme junto a él por siempre.

-Lo siento, lo siento Sam... No volverá a suceder esto, hablaré con mi madre...-

-No me interesa que lo hagas, de todas maneras tiene razón.- Con fuerza me aparté de él y lo empujé. -No me toques.

Las semanas siguientes entre nosotros estuvieron tensas, yo la verdad me sentía incómodo en general, aunque tuvimos sexo un par de veces ya que entremedio me había llegado mi celo y el de, no era lo mismo, y era mi culpa, por culpa de mis inseguridades ya no podía con esto, yo estaba arruinando nuestra relación con toda la mierda que se me pasaba en la cabeza.

Llamé a Egan para que me pasara a buscar después del trabajo, le pedí que fueramos a pasear al parque cerca de su casa.

-Es un buen día... ¿Pasó algo para que me llamaras?-

-No, simplemente... quería pasear contigo.- Mentí mientras me preparaba para hablar.

Egan acomodó mi bufanda y me besó en la frente, caminamos por un rato hasta que nos sentamos en una banca a mirar el parque que estaba nevado, él sostuvo mi mano con suavidad, lo que me ponía mas nervioso por lo que estaba a punto de hacer.

-Egan...-

-¿Sí, Sammy?

-Necesitamos hablar, ahora...-

-¿De qué?¿Pasó algo?-

-No te hagas...-

-No me hago nada, de verdad no entiendo cuál es el problema.-

-Egan, terminemos.-

-¿Qué?¿Por qué?-

-Egan... Porque soy un sigma, tú quieres una familia y yo no puedo darte una, aparte tu madre tiene razón, yo tengo a penas veinte años, no he hecho nada con mi vida, tú tienes una carrera, tienes una vida... Deberías buscar un omega con el que puedas ser feliz.-

-Pero yo no quiero ser feliz con un omega, quiero ser feliz contigo Sammy.-

-Deja de ser tan terco, regresaré a casa, total... Ya no está mi padre, así que no tengo razón para no ir.- Suspiré resignado, encogiéndome de hombros, de verdad creía que era la mejor opción.

-Sam, detente por favor.- Sus ojos parecían tristes y me suplicaban que estuviera mintiendo.

-No, ya lo decidí, regresaré a casa... a dónde pertenezco, es un buen lugar para alguien como yo.- Fui duro al decir eso para poder acabar rápido con la tortura del "tenemos que hablar".

No lo dejé reclamarme, él parecía haberse resignado y tal vez pensaba hacerme cambiar de opinión en un rato cuando llegaramos a casa, pero yo pensaba irme ese mismo día, incluso habia ordenado mis cosas con antelación.

Los días pasaron y como la vez anterior, recibí llamada tras llamada y mensaje tras mensaje de Egan, hasta que decidí bloquearlo, así podría estar en paz conmigo mismo y dejaría de sentir esa culpa que me carcomía por dentro. Por otro lado mi vida siguió con normalidad, aunque tuve que explicarle de manera sutil a Lilah lo que había pasado, yo seguía trabajando y llevando al jardín a mi hermana.

La casa se sentía sola, aunque era pequeña, se sentía demasiado grande para nosotros dos. Había pasado cerca de un mes y creía haberme acostumbrado a la rutina y a esa soledad pero no podía estar más equivocado, sólo me mentía a mi mismo para así creer que todo estaría bien.

Mientras preparaba la cena escuché la puerta, así que fui a abrir, sin pensarlo mucho, no tenía ánimos para recibir gente pero tampoco para escapar en ese momento.

-Sam, ha pasado tiempo.- Era Josh.

-Creí que estabas en prisión.- Respondí sin darle mayor importancia.

-Ah sí, hubo un soplón por ahí pero tuve suerte y no estuve mucho tiempo.-

-¿Ah sí?¿Y qué quieres?-

-Me enteré que dejaste de andar con ese policía y regresaste.-

-¿Y qué tiene?-

-Pensé que era un buen momento para hacerte una pregunta.- De pronto pareció producir feromonas para intimidarme.

Cubrí mi nariz y aparté la mirada asqueado, se sentía innecesariamente familiar esta situación. -¿Qué... qué haces?-

-Sé que tú fuiste el soplón Samuel, quién más podría ser sino el puto omega que se metió con ese policía, ¿no te hace sentido?-

-No soy un omega, Josh, yo... yo de verdad no fui.- Intenté empujarlo pero parecía haberme vuelto débil o un cobarde.

Josh me tiró contra el piso y se puso sobre mí, sabía lo que intentaba hacer y tenía miedo, él intentó quitar mi ropa pero yo me resistía con todas mis fuerzas hasta que desde la escalera mi hermana se asomó, quise levantarme para protegerla pero teniendo aún a Josh encima, después de una arcada vomité junto a nosotros.-

-Qué puto asco, así no dan ganas de follarte Samuel.-

-Yo... Yo no fui... Lo juro, lo juro por Lilah...-

-No será la última vez que nos veamos, considéralo un pequeño regalo el que no te haga nada.-

Josh fue a mi cocina y se robó una fruta antes de largarse, cerrando la puerta de un portazo.

Me quedé un rato mas en el piso, sollozando despacio hasta que mi hermana se acercó a ayudarme. Traté de explicarle que todo estaba bien, incluso le mentí diciendo que sólo estaba jugando con Josh.

Luego de limpiar y cocinar, cuando llegó la hora de ir a dormir, estuve pensando y sobrepensando en el porqué había pasado esto de nuevo, tal vez sólo estaba mal del estómago o las feromonas de Josh me hacían mal por el asco que me causaban, después de todo nunca reaccionaba bien a las feromonas de alfa.

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