En la aldea

Cuando llegó, todos allí la miraban con lágrimas en los ojos, ya que verle, es algo muy agradable, deseaban hablar, pero solo se limitaron a hacer una reverencia, porque allí también estaba la diosa.

— Gracias por venir, pueden ponerse de pie. Veo que el tiempo ha pasado, y veo que la familia Blum ha crecido mucho, eso me da alegría, y que todos hayan hecho un buen trabajo, me alegra más — dice ella para luego mirar a Noelia — Noelia, dejó todo en tus manos, estoy para ti si me necesitas, recuerda la misión, debes de ir cuanto antes al imperio de Diamantemo, allí tienes que hacer el resto por tu cuenta, cuando llegues a las fronteras, muestra esté pergamino a los guardias, en el bosque maldito todo está listo para tu llegada — dice ella haciendo aparecer un pergamino en la mano de Noelia, para luego despedirse de los demás y así irse del lugar.

Cuando se fue, todos corrieron a dónde estaba Noelia de pies, y la abrazaron y lloraron mucho, ya que ella tenía un lugar especial en los corazones en cada uno de ellos.

Cuando terminaron de saludar, se fueron a la aldea, en dónde ya había una fiesta, esperando solo por Noelia.

Todos cuando vieron llegar a una Noelia de 16 años, no lo podían creer, pero empezaron a dar gritos de alegría, cosa que avergonzó a la joven.

Cuando se callaron, la joven le dio la gracias a todos por el recibimiento, y la fiesta dio inicio.

Dicha fiesta se terminó muy tarde, y cuando terminó, los mayores estaban pasados de copas.

Para el día siguiente, Noelia se despertó tarde, ya que estaba cansada y no precisamente de la fiesta.

Cuando se levantó, decidió tomar esa semana para descansar, y pasar tiempo con su familia, ya que ella tenía según ve años de no verle, cuando allí en dónde estaba, en realidad no pasó ni dos meses.

Ese día se dio cuenta de que sus hermanos solo tienen tres años de edad, lo que significa, que mientras ella no estaba, sus padres no perdieron tiempo y se entregaron a la lujuria.

Los dos hermanos se llaman Rober y Roberto y son unos terremotos.

—hija, cómo es eso de que te vas así nada más, ¿siempre estarás lejos de nosotros tu familia?— pregunta la madre de ella con una cara preocupada.

—Madre, padre, quiero contarles algo, yo tengo que recuperar nuestro hogar, ya he visto como viven nuestra gente — dice ella para luego relatar todo lo que vio en aquella pantalla.

Ellos no pudieron resistirlo, y mientras Noelia hablaba, lloraban mucho, ya que ellos tenían mucho apego a su gente.

Noel, padre de Noelia fue quien tomó la palabra.

— Hija, si es para el bien de nuestra gente, no espere una semana para ir a tu misión, ahora mismo ellos te necesitan, cuánta con nuestro apoyo — dice su padre aun con los ojos llorosos, su madre también pensó lo mismo que su esposo.

— Hija, tu padre tienes razón, mientras más tiempo pase, ese hombre malo abusarás de nuestra gente, te hemos extrañado, pero esa gente no la está pasando bien, debes ir a tu misión cuánto antes, aquí también te esperamos para acompañarte a la lucha, solo promete que te cuidaras bien y con eso nos basta — dice la mujer con los ojos rojos por el llanto, sus dos pequeños hijos se le miraban unos a otro, ya que no saben que están pesando y sus pequeñas mentes tampoco lo entienden.

— Sí, prometo que me cuidaré, les haré caso e iré cuánto antes a la misión, ustedes aquí estén preparados para mi llegada, ya que a mi regreso, nos espera una lucha feroz — dice ella y ambos comprenden.

Dichas esas palabras, la madre de ella fue a preparar comida para todos, ya que al día siguiente, por pedido de ellos, Noelia se irá a su misión.

Su padre, por su parte, salió a buscar algo digno que ella, pueda moverse por dónde quiera, lo que encontró fue un caballo blanco, uno muy veloz. Neol todos esos años que ha estado ahí, ha reunido una pequeña fortuna, gracias al salario que recibe por ayudar y también se la dará, para que nada le falte mientras esté en ese imperio.

Cuando llegó el día siguiente, ella temprano en la mañana ya estaba lista para salir a su misión, y tras despedirse de su familia y de la gente de la aldea, se fue sin más con dirección a las fronteras.

Su viaje era más llevadero, puesto que ella no llevaba equipaje, y solo llevaba las monedas que su padre le dio, para sí vivir por un tiempo, en caso de que le haga falta, ella tiene planes de hacer algo para ganarse la vida con algún negocio.

Le tomaría unas horas llegar a las fronteras, en dónde tiene que mostrar aquel pergamino que le dejó la Citrión, mismo que aún no sabe qué es.

Cuando cayó la noche, ella estaba ya en las fronteras, y al llegar allí, se desmonta de su caballo y va hasta los guardias.

—¿Quién eres y qué desea en este imperio?— dice uno de ellos, ya que antes de dejar pasar a una gente dentro del imperio, tienen que preguntar esas dos preguntas, a menos de que sea un noble de ahí.

Noelia al escuchar aquellas dos preguntas, paso el pergamino a quien habló y esté en compañía de su compañero, lo desenvuelve y cuando ambos ven su contenido, quedaron totalmente hechizados, y dejaron pasar a Noelia, quien no creía que la Citrión sea tan traviesa como para hacer algo como eso.

Sin perder tiempo, ella se montó a su caballo, y antes de partir, le dijo a los hombres.

—¿En dónde queda el bosque maldito?— Y ellos le dicen al mismo tiempo.

— Al sur, luego de llegar a la capital, como a 50 kilómetros — dice y ella agradece y se va de allí a toda prisa.

Cuando salió de ahí, se podía ver un pequeño pueblo, en dónde hizo parada, ya que la noche se dejaba ver, y no es bueno viajar de noche en un imperio, que no conoce siquiera

Cuando llegó al pueblo, preguntó sobre alguna posada, y alguien le dijo dónde ir.

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