Esa noche, luego de darle muchas vueltas en mi cabeza, me armé de valor y fui a la habitación de mamá para hablar con ella.
La encontré sentada en la cama, contemplando una foto mía de cuando era pequeño. Tenía los ojos hinchados de tanto llorar en silencio.
Me senté a su lado y tomé sus manos con suavidad. Ella me miró expectante.
—Mamá, pensé mucho sobre la operación y decidí que voy a postergarla por ahora— anuncié con calma.
Ella me miró desconsolada, seguro creyendo que había perdido las esperanzas.
—Quiero aprovechar el tiempo que me queda para despedirme a mi modo... Al menos, aprovechar el tiempo antes de que todo empeore— expliqué con una débil sonrisa.
—Oh, cielo...— musitó mamá acariciando mi mejilla con dulzura infinita.
—Eso te incluye a ti, claro...eres mi motor en esto— agregué estrechándola en un abrazo. —No te librarás tan fácil de mí, lo prometo. Estaremos juntos pase lo que pase—.
Ella asintió entre sollozos, aferrándose a mí como un náufrago a su tabla de salvación en medio de la tormenta.
Juntos encontraríamos la fortaleza para navegar este tramo tormentoso, hasta mi último aliento. De eso estaba convencido.
Mamá me escuchó en silencio, asintiendo lentamente en señal de apoyo aunque la preocupación nublaba su mirada. Sabía que le destrozaba verme sufrir, pero disimulaba entereza por mí.
—Fue muy valiente de tu parte tomar esta decisión, amor— susurró acariciando mi mejilla luego de separarnos del abrazo.
—Sé lo difícil que debe ser para ti postergar la posibilidad de sanar— agregó con la voz quebrada.
Le dediqué una sonrisa de gratitud por comprender mis motivos. Saber que contaba con su respaldo parental era mi mayor fortaleza.
Fue entonces que reparé en la fotografía que sostenía previamente. La tomé contemplándola concreción: era la instantánea de cuando era niño.
Y eso me llenó el alma de paz, sabiendo con certeza que mamá y yo encontraríamos juntos la manera de transitar este último tramo crítico, sin perder la esperanza.
Tras nuestra emotiva charla, mamá se retiró a descansar y yo me quedé un rato más en su habitación, meditabundo.
De pronto mi vista se posó en el calendario de la pared. Faltaban apenas unas semanas para las tan esperadas vacaciones escolares de verano.
Justo antes del receso, mi instituto organizaba un campamento estudiantil en las montañas. Era opcional pero la mayoría solíamos asistir.
De inmediato tomé una decisión: participaría este año sin falta. Quería tener esa experiencia de acampar bajo las estrellas al menos una vez en la vida.
Y secretamente albergaba la ilusión de compartir esa aventura con Ethan, forjar recuerdos imborrables en medio de la naturaleza junto a él antes del final.
Si lograba convencerlo de ir también al campamento, seguro sería la despedida soñada. Mi oportunidad de vivir con plenitud, con la persona más especial a mi lado.
Sí, sin dudas esa excursión sería el broche de oro para culminar mi última primavera de instituto...y de vida.
Animado por la idea del campamento, fui a mi habitación y saqué de un cajón el dibujo de Ethan que había hecho en clase de arte.
Lo contemplé largamente, sintiendo una mezcla de ternura y dolorosa melancolía. Una parte de mí moría por contarle toda la verdad sobre mi estado crítico, buscar su comprensión y apoyo moral.
Pero al mismo tiempo no quería que cambiara su forma de mirarme y tratarme solo por lástima. Ethan era ahora parte indispensable de mi mundo y no soportaría algún trato condescendiente de su parte.
Arrugué el dibujo entre mis manos, reprendiéndome por siquiera considerar contarle esa cruda realidad y arruinar la pura espontaneidad de nuestra amistad.
No. Mantendría el secreto intacto hasta el final. La prioridad era concentrar mis fuerzas en convencerlo de asistir juntos a ese campamento, para vivir al máximo el escaso tiempo restante haciendo las actividades que más disfrutábamos.
Sí, gracias a ese viaje podría despedirme de este mundo teniendo los recuerdos más maravillosos junto a mi persona más querida. Solo esperaba poder disimular mi estado real para no preocuparlo antes de tiempo...
Con renovado ánimo, tomé mi celular y le escribí un mensaje a Ethan preguntándole como le había ido en el día.
—¡Hola amigo! Bien, estuve en el centro comercial con mis padres y mi hermano. Compré nuevos materiales de pintura para el club. ¿Y tú que tal?—
Sonreí involuntariamente al imaginarlo escogiendo meticulosamente sus implementos artísticos favoritos. Rápidamente tecleé una evasiva:
—Oh qué casualidad, yo también estuve por el centro hoy con mamá. Una lástima no habernos encontrado por ahí—.
Sabía que era una mentira piadosa para ocultar mi verdadero paradero médico esa tarde. Pero no había forma de que Ethan supiera la verdad.
—Cierto, pudo ser una salida de amigos. La próxima vez coordinamos!— respondió él de inmediato.
—Hecho! Oye, por cierto...¿irás al campamento escolar este verano?— tanteé con cuidado.
Mi corazón se aceleró mientras la aplicación indicaba que Ethan estaba escribiendo. Podía sentir que el mensaje contendría una respuesta decisiva sobre mis anhelos de tener esa experiencia imborrable junto a él.
Para mi absoluto regocijo, Ethan confirmó su asistencia al tan ansiado campamento. Intercambiamos varios mensajes más ultimando detalles sobre qué llevar y posibles actividades para hacer juntos allá.
Estaba tecleando emocionado otra pregunta cuando reparé en la hora en la esquina de la pantalla: era casi medianoche.
De pronto sentí todo el cansancio acumulado del extenuante día emocional golpearme como una ola demoledora. Mis párpados comenzaron a cerrarse pesadamente.
—¿ ya viste la hora que es? Creo que mejor dormimos, je— tecleé bostezando. —Hablamos más del campamento mañana—.
La respuesta de Ethan tardó apenas unos segundos:
—Cierto! Descansa Harper, lo planearemos todo bien—. Incluía un emoji de guiño cómplice.
Sonreí adormilado y puse el celular en modo avión. Me acomodé bajo las mantas, con una sensación de paz y felicidad absoluta invadiéndolo todo.
Esa noche no pude conciliar el sueño. Durante semanas había logrado dormir profundamente gracias a la certeza de mi inminente final. Pero ahora mi mente estaba confusa, repleta de posibilidades antes impensadas.
Me sorprendí imaginando un futuro que creía vedado para mí. Visualizaba opciones de carreras para estudiar si la operación resultaba exitosa: medicina, arte, ingeniería... Tantas áreas podrían fascinarme.
Luego pensé en conseguir un empleo, quizás iniciar algún emprendimiento propio relacionado con mis estudios. Tal vez música o pintura. También fantaseé con tener mi propio departamento, o mudarme a otra ciudad emocionante. Incluso me vi conduciendo un auto, sintiéndome libre de ir a donde quisiera sin depender de nadie.
Eran ensoñaciones simples, cosas que la mayoría da por sentadas. Pero que a mí se me habían negado hasta ahora al estar condenado prematuramente.
De pronto un futuro longevo se abría ante mí como un lienzo en blanco, listo para recibir los trazos de una nueva vida.
Pero también advertí el peligro de hacerme falsas ilusiones. No debía olvidar que mi situación continuaba siendo extremadamente frágil y la cirugía extremadamente riesgosa.
Aun así, por primera vez en mucho tiempo, me atreví tímidamente a desear vivir. Quería luchar con todas mis fuerzas por tener la oportunidad de cumplir esos anhelos tan comunes pero tan preciados.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 110 Episodes
Comments
Guada
ojala y eso me pasara amo la verdad volver a tener esperanza
2024-04-06
0
💖mis tesoros💖🛐🛐
ASI SE HABLA MI AMOR!!!!! CON FÉ QUE SUPERAMOS ❤❤❤❤
2024-02-13
3
💖mis tesoros💖🛐🛐
jajsjsjs uno cuando habla con el novio no ve nada 🤣🤣
2024-02-13
0