Caminé decidido hacia donde Harper guardaba sus libros en el casillero. Habían pasado unos días desde el incidente de la pelea, pero seguía dándome vueltas en la cabeza, lleno de preguntas sin respuesta. Esta vez encararía directamente a Harper para exigir algunas explicaciones.
Me planté frente a él cruzado de brazos en actitud desafiante. Harper alzó la vista con expresión aburrida.
—Sarah y yo vimos cómo golpeabas salvajemente a esos estudiantes el otro día,— solté sin rodeos.
Harper enarcó una ceja.
—¿Y? Sólo estaba defendiendo a un pobre diablo de unos abusones,— respondió encogiéndose de hombros.
—Ese no es el punto. Te comportarse como un abuson, le se que me odiabas,— señalé. Una idea estaba tomando forma en mi mente.
—Podemos dejarlo en paz, en que los dos cometemos errores,— agregué intentando sonar casual. Quizás podría sacar algún beneficio de presenciar su violento arrebato.
La reacción de Harper no se hizo esperar...
—Vamos, Harper, puedes olvidar lo que hice en mi vieja escuela,— señalé socarronamente.
La reacción de Harper fue inmediata. Con un rugido furioso, me aferró del cuello de la camisa y me estampó contra los casilleros de metal. El golpe me sacó todo el aire de los pulmones.
—¿Quién te crees tú para chantajearme, maldito gusano?— siseó entre dientes, su rostro a centímetros del mío. Nunca lo había visto tan furioso, con los ojos desorbitados y espumarajos en la comisura de la boca.
Las palabras desafiantes se congelaron en mi garganta al ver la rabia asesina ardiendo en su mirada enloquecida. De repente me invadió el pánico de que no se detuviera hasta estrangularme allí mismo contra los casilleros.
—Harper... no...— balbuceé débilmente con el poco aire que me quedaba, palmeando su antebrazo implorando piedad. Mi metezón de antagonizarlo acababa de revelarse como un craso error que podría costarme la vida...
Pero el arrebato furioso se evaporo, Harper se comportó con una inquietante calma. Sus ojos azules se entrecerraron astutamente y una sonrisa sardónica curvó sus labios.
—Así que me viste golpeando a esos idiotas ¿eh? Qué interesante,— comentó arrastrando las palabras. —Dime, ¿que esperas para contarle a toda la dscuela?
Parpadeé desconcertado ante su falta de preocupación.
—Um, no, aún no pero...—
—Eres un imbécil,— me interrumpió Harper soltando una risita despectiva. —Típico de un cobarde oportunista.
Me sonrojé intensamente al ver mis intenciones expuestas con tanta facilidad. Harper se inclinó hacia mí, sus ojos azules como hielo ahora mortalmente serios.
—Te sugiero que vayas pensando bien tu siguiente paso, amigo mío. Porque tengo bastante información sobre cierto compañerito tuyo que acabó hospitalizado de tu anterior escuela. Sería una lástima que se supiera aquí... Sería tan fácil revelarlo, jugar tus juegos si te atreves a tratar de chantajearme.
Tragué saliva, sintiendo que mi plan me acababa de estallar en la cara como un bumerán. Una vez más, subestimé a Harper de la peor forma posible.
Tras digerir la sutil amenaza de Harper, decidí cambiar de enfoque. Si el chantaje no funcionaba, tal vez podría utilizar nuestra rivalidad escolar en mi favor.
—Sabes Harper, creo que te estás equivocando si piensas que todos aquí te ven como su querido líder estudiantil,— comencé en tono mordaz.
Harper rodó los ojos con impaciencia pero le sostuve la mirada desafiante.
—Oh sí, todos en esta escuela mueren por lamer tus botas por ser presidente, ¿no es así?— continué con sarcasmo. —Déjame decirte algo: a nadie le agradas. Todos creen que eres insufrible y no me bastó demasiado tiempo para descubrirlo.
Capté un ligero tic en la ceja de Harper, así que fui a dar el golpe final.
—La realidad es que te soportan a duras penas. Basta ver cómo evitan hablar contigo.
El rostro de Harper se ensombreció peligrosamente pero mantuvo la calma.
—Piensa lo que quieras, me tiene sin cuidado los idiotas de mis compañeros,— siseó.
Aquí está la continuación utilizando la idea sugerida:
Harper, con una confianza inquebrantable, advierte a Ethan que ya sabe que todos lo odian y no le importa, así como a Ethan, puede manipular a todos los de su salón.
—Piensa lo que quieras, me tiene sin cuidado lo que los idiotas de mis compañeros opinen de mí,— siseó Harper con una calma escalofriante.
Sus ojos azules centellearon con un brillo siniestro mientras esbozaba una sonrisa torcida.
—¿Crees que no sé que todos en esta escuela me detestan? No soy idiota. Pero también sé que con mi posición y encanto puedo manipularlos a mi antojo para que hagan lo que yo quiera.
Tragué saliva al comprender la implicación. Harper tenía a todos comiendo de su mano a pesar de su desagrado hacia él.
—Así que déjame aclararte algo, amiguito,— continuó Harper pinchando mi pecho con su dedo. —Tú no eres nada. Solo un don nadie recién llegado. Yo controlo los hilos aquí. Con una palabra mía puedo arruinar tu miserable existencia.
Retrocedí intimidado ante la fuerza de su mirada hueca y amenazante. Por primera vez fui consciente del verdadero peligro que representaba Harper. No era solo un bravucón o un matón cualquiera. Era un manipulador maestro dispuesto a aplastar a cualquiera que se interpusiera en su camino.
Y yo acababa de cometer un grave error al subestimar ese poder.
Me quedé desconcertado, luchando por conciliar la reputación de bravucón de Harper con la justificación casi altruista que acababa de darme por golpear a esos estudiantes.
—No lo entiendo...¿por qué te molestaría defender a un don nadie? ,— tartamudeé confundido.
Harper soltó una risita burlona.
—Ay, pobrecito. Tan ingenuo,— se mofó, sus ojos azules centelleando con malicia. —Créeme, hice algo que tú jamás te atreverías a hacer, matoncito de pacotilla.
Fruncí el ceño ante el insulto. ¿Matoncito yo? Este tipo estaba loco.
—¿De qué rayos estás hablando?— repliqué molesto. —No tienes idea de lo que soy capaz...
—Oh, yo creo que sí,— me interrumpió Harper. —He visto bastantes como tú. Abusones cobardes que sólo saben atacar a los más débiles, las personas que más odio.
Me ruboricé intensamente ante sus palabras, tan cercanas a la verdad sobre mi pasado que intentaba dejar atrás.
—Eso no es cierto. No tienes derecho a juzgarme así,— argumenté débilmente.
Pero Harper ya había vuelto a sonreír con suficiencia.
—Descuida, tu secreto está a salvo conmigo. Por ahora,— agregó en tono de falso consuelo. —Pero te sugiero que no intentes meterte en mi camino de nuevo.
Su amenaza quedó resonando en el aire entre nosotros. De alguna forma, Harper parecía saber más sobre mí que yo sobre él. Y eso me llenó de un temor más profundo que cualquier golpiza que pudiera propinarme.
—Eres un idiota, solo quería que empezáramos de nuevo, solo quería que me conocieras sin que te fijarse en mi pasado,— repliqué molesto, intentando recuperar algo de control sobre la situación.
Harper ladeó la cabeza, considerándome con una mirada inquisitiva.
—Tienes razón, no te conozco,— admitió finalmente. —Pero te daré la oportunidad de mostrarme tu verdadero yo si me cuentas qué sucedió realmente con ese compañerito tuyo que terminó hospitalizado.
Sentí que la sangre huía de mi rostro. Apreté los puños con rabia ante su persistencia en hurgar en mi oscuro pasado.
—Eso no es asunto tuyo, imbécil— espeté furioso. —Vete al demonio, no pienso contarte nada.
Harper se limitó a encogerse de hombros con indiferencia.
—Como quieras. Tarde o temprano lo descubriré de todos modos,— sentenció con tranquilidad.
Me alejé de él atravesado por una mezcla de miedo y frustración. Odiaba que Harper lograra sonsacar parte de mi pasado y salirse siempre con la suya. Era un completo imbécil con aires de grandeza.
Y lo peor era darme cuenta de que nadie en esta escuela podría ponerlo en su lugar. Tendríamos que aguantar su prepotencia y manipulación el resto del año porque Harper ya se había ganado ese derecho a base de secretos y chantajes.
Un sentimiento amargo me invadió al comprender la dura verdad. Este round lo había ganado Harper una vez más.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 110 Episodes
Comments
Ale Must
no soporto como las personas distorsionan la realidad y soporto menos como los implicados aceptan esa distorsión. Por qué Ethan se siente un abusador cuando en realidad fue un héroe. Por qué no le cuenta a Harper que el actuó exactamente igual que él en defensa de una víctima. Eso lo encuentro absurdo
2024-03-07
0
💖mis tesoros💖🛐🛐
Harpe tiene un nivel de chisme supremo 🤣🤣🤣
2024-02-11
6