UN TRATO POR LA PAZ

...DORIAN:...

Me marché del palacio sin dar ninguna explicación, bajé por el empinado camino del acantilado y terminé a orillas de la playa, esperando calmar la tormenta que se agitaba en mi interior.

Me deshice de la ropa y caminé descalzo hacia las olas heladas. La arena gris me ahuecó los pies y fue como si apagara lo que sucedía en mi interior. El agua me rozó las piernas y seguidamente la cintura. Me sumergí y nadé, mi piel se enfrió mientras daba abrazadas y agitaba mis piernas, más y más hacia el oscuro fondo del Mar Carmesí. Los huesos se me congelaron mientras pasaban los minutos, me pesaba el pecho y nadé nuevamente hacia la superficie para tomar aire.

Me quedé flotando, notando que la orilla estaba cada vez lejos, pero no me alarmé en lo más mínimo. Éstas aguas eran mi ruta de escape cuando todo se volvía más pesado y conocía cada corriente, cada cambio en las olas, ese pedazo de orilla me pertenecía.

 La mayoría del tiempo el agua era intranquila, por eso nadie se atrevía a nadar allí y tampoco podían soportar la baja temperatura, pero yo estaba tan acostumbrado que incluso en invierno nadaba allí, lo hacía como un tipo de entrenamiento para mis músculos.

Me coloqué boca arriba y cerré mis ojos, dejando que el agua debajo de mi me meciera y todo lo sucedido anteriormente llenó mi mente.

¿Quién se creía esa señorita para exigir una explicación a mi forma de ser? Esa mirada de miedo y furia apareció en mi mente repetidas veces. Ella jamás iba dejar de aborrecerme y tampoco dejaría que me acercara. Había sido un error obligarla a casarse conmigo, las cosas serían más fácil si me hubiese casado con Emiliana, por lo menos ella si estaba de acuerdo y no me odiaba, pero Eleana insistía en mostrar como le molestaba todo de mí. Era demasiado moral, demasiado recta y buena, se atrevía a verme como un mounstro sin ocultarlo, juzgandome siempre y cuestionando todo sobre mí.

Eso era lo que no quería en una esposa y sinceramente estaba empezando a considerar enviarla a casa, como tanto ella deseaba.

Aprovecharía mis días fuera para sopesar la idea.

"Escuché que mató a su padre"

Si supiera la clase de joya que era ese sujeto, me vería como un cordero y no como el peor ser humano de la tierra. Me había costado mucho guardar todo lo que viví para que en una sola frase suelta de sus labios bastara, todos esos recuerdos y tormentos se aglomeraron en mi mente, gritando a mil voces sin callarse. Aún seguían susurrando dentro de mí.

No me importaba que todos me viesen como un mounstro, pero no sabía porque era diferente con la señorita. Odiaba su rencor, su forma de observarme, clavándome flechas con cada palabra que salía de ella.

Abrí mis ojos, encontrando el atardecer abriéndose paso y me incorporé para nadar de vuelta a la orilla. Incluso mi piel tenía un color rojo cuando las aguas cambiaron de color, parecía estar envuelto en sangre como en aquella batalla. Con cada alma que tomaba una parte de mí interior se oscurecia, estaba manchado y jamás podría deshacer la sensación de peso con cada muerte, pero recordaba que los humanos no eran más que parásitos y todo eso se me pasaba. Más al recordar a mi padre y lo que hizo pasar.

Me coloqué la ropa y subí por la colina.

Llegué al palacio, cruzando las puertas como la misma brisa de la playa.

Caminé hacia el estudio para encerrarme allí y organizar el papeleo que me quedaba. Dormir no era una opción, no podría y con la habitación de la Señorita Eleana tan cerca, con la imagen real de su cuerpo todavía en mi mente, sería mucho más difícil no abrir la puerta para reclamarla.

Odiaba no poder tocarla, siendo mía, pero tal vez recibiría una bofetada o una flecha en la cabeza por atrevido.

— Su Gracia...

— Maldición, Lira, acabo de llegar y necesito organizar esto, ya perdí demasiado tiempo con esas doncellas— La interrumpí, pero al escuchar más detenidamente su voz, no correspondía a Lira.

Elevé mi mirada, la Señorita Eleana estaba en la puerta, observándome detenidamente.

Salí de detrás del escritorio.

— ¿Qué desea?

— ¿Puedo pasar? — Insistió.

— Entró sin tocar la puerta, ya no se tome las molestias de ser educada.

Se sonrojó, pero entró con lentitud. Evaluó mi cabello mojado y mi ropa adherida a mi piel húmeda. No me molesté en quitarme la sensación pegajosa de la sal.

— Necesito hablar con usted.

— ¿Hablar de qué? — Dije, un poco brusco.

Frotó sus labios entre si antes de hablar.

— De lo que dije en la habitación — Susurró y elevó sus ojos hacia mí.

— ¿Qué con eso? Solo dijo lo que piensa — Caminé hacia la ventana, observando a través de ella, no quería volver a tocar el tema.

— Usted tiene razón, yo no soy quien para juzgar todo lo que hace o deja de hacer — Dijo y la observé por encima del hombro — No debí inmiscuirme en sus asuntos, Señor Dorian... Yo no volveré a presionarlo con algo tan privado... Lo siento si le incomodé.

No comprendí ese extraño ataque de condescendencia tan repentino. Era como si hubiese sufrido un cambio de personalidad o era sensatez.

— No me incomodó, me dijo lo que todos me han escupido durante toda mi vida — Entrelacé mis manos por detrás de mí — Descuide, no tiene que pedir disculpas por eso. No soy un pan de Dios.

Se acercó un poco.

— Aún así yo...

— No le agrado y eso es entendible, después de todo lo que hice, lo que hago y lo que seguiré haciendo — Me senté al borde del escritorio — Soy un bicho raro, demasiado complicado y tal vez nunca deje de serlo, porque así crecí.

No revelé más.

— Es mi esposo — Dijo, sosteniendo mi mirada y la sola pronunciación me dejó endurecido, encajé mis dedos al borde de la madera — Si viviremos juntos lo que queda de nuestras vidas — Sus manos en aferraron al bastón y mi corazón se aceleró — Debemos estar en paz uno del otro, como usted lo mencionó... Así que lo trataré con respeto desde hoy... Solo si usted me trata de la misma forma — Extendió su mano hacia mí — ¿Es un trato?

Se había resignado a la realidad, a su nueva vida junto a mí, en esta casa llena de recuerdos malos y fantasma del pasado susurrando en cada esquina.

Tomé su mano — Es un trato, Señorita Eleana.

Sonrió débilmente y me dió un pequeño apretón, mis manos cubrían las suyas por completo. El apretón se extendió más, cuando detallé su rostro tierno y delicado.

— Es hermosa — Suspiré y abrió sus ojos, sus mejillas se tiñeron, soltó mi mano.

— Tampoco tiene que mentir, se lo que soy y obviamente no soy hermosa, no con un tobillo deforme y unos kilos de más — Dijo, pero no a la defensiva, sino resignada y me reí.

Ni siquiera estaba obesa, solo tenía muchos atributos físicos. Su cuerpo desnudo volvió a aparecer.

— No estoy mintiendo, no es capaz de ver su belleza, una mujer como usted, tan completa, tan hábil... ¿Cómo es posible que no vea nada de eso? — Incliné mi cabeza a un lado, mientras notaba como se tornaba nerviosa, su pequeña garganta se agitó — Su lesión y sus supuestos kilos de más no son nada comparado con eso.

— Este bastón me impide hacer tantas cosas...

— No debería observar lo que no puede hacer, sino lo que ha logrado a pesar de llevar esa carga tan pesada — Me aparté del escritorio y me atreví a acercarme, mantuvo su mirada abajo y tomé su barbilla, elevé su rostro.

Sus pupilas se agitaban, brillantes. Se quedó inquieta, conteniendo la respiración.

— ¿No es así?

— Si lo es — Susurró.

— Entonces, no sea tan dura consigo misma.

La solté y parpadeó, me dió la impresión de que esperaba algo más.

— No lo soy... Solo intento ser realista.

Chasqueé la lengua.

— Pesimista.

Frunció el ceño y me reí nuevamente.

— ¿Nadie a parte de mí le ha hecho estos cumplidos?

— Mi familia — Dijo después de un momento, su familia le hacía cumplidos, eso para mí era extraño, yo jamás había recibido un elogio de nadie — Ah y... El Señor Alber dijo que era hermosa.

Una extraña sensación de irritación me recorrió.

— ¿Quién rayos es ese?

— El hombre con el que estaba sentada en la celebración.

Recordé al don nadie y me sentí satisfecho de haberlo alejado de Eleana.

— ¿Por qué pregunta?

— Quiero que entienda que a pesar de que nadie se lo diga, debe tener en cuenta lo mucho que vale — Dije, se quedó desconcertada, eran las primeras palabras reflexivas que había dicho ante ella, no recordaba haberlas pronunciado a otra persona.

¿Qué rayos me sucedía?

...****************...

Después de aquella conversación me sentí un poco diferente y la idea de que volviera a casa fue descartada completamente. Cenamos en el comedor y aunque no hablamos mucho, el ambiente se sintió más cómodo. La Señorita Eleana había hecho un trato para que nuestra convivencia fuera más sana y llevadera, lo estaba cumpliendo.

Al día siguiente me centré en mis papeles y no tuve tiempo para desayunar, mucho menos almorzar. Comí después de terminar mis obligaciones y salí al jardín.

Me encontré con la Señorita Eleana, sentada bajo la sombra de un árbol y me atreví a acercarme. Al escuchar mis pasos apartó su espalda del tronco musgoso.

— Iré al refugio ¿Quiere acompañarme?

Muy animada asintió con la cabeza y le tendí una mano para ayudarla a ponerse de pie. Sacudió su falda y caminó detrás de mí.

Abrí la puerta y al entrar todos los animales empezaron a hacer ruidos.

La Señorita Eleana entró, sorprendida por la alegría de mis criaturas. Un loro voló directo a mi hombro y empezó a soltar palabras sin sentidos. Le acaricié el pico mientras caminaba entre los corrales.

Ella me siguió, con su mirada pérdida en las liebres que saltaban de emoción.

Tomó un gato que se había acercado a frotarse en su pierna.

— ¿No tiene nombre? — Preguntó mientras tocaba sus orejas.

— No... ¿Quiere darle uno?

— Si lo doy uno tendré que adoptarlo — Sopesó, volviendo a colocarlo en el suelo.

— ¿Qué hay de malo en eso? Si lo quiere puede llevarlo al palacio y cuidar de él, no me molesta en lo absoluto — Dije, el loro voló a las casas de madera en el techo y me Incliné contra las puertas de los corrales para saludar a cada animal, comprobando que tuvieran comida y agua, que todo estuviera limpio.

El jardinero cumplía al pie de la letra todo lo que le pedía, si no, tenía que atenerse a las consecuencias.

— Jamás he tenido una mascota, no sé cómo funciona — Confesó, manteniendo un ojo en el mono que se acercaba por las cuerdas.

— No es complicado, pero si debe estar atenta a todo, es de mucha responsabilidad. Me extraña que no tuviera una, parece que le gustan mucho los animales — Me giré hacia ella, para comprobar el siguiente corral.

— Siempre quise una, pero mis padres nunca lo consintieron... Así que llené el vacío cuidando de los caballos, estaba muy pequeña, pero me gustaba hacerlo — Dijo, observando los animales y tocando algunos — Imagino que usted tuvo muchos de niño.

— No me dejaban — Corté, evitando recordar lo que me hizo querer a los animales y protegerlos.

Me enfrasqué en comprobar que el zorro estuviera mejor, abrí la jaula y entré para revisar su herida en la costilla. El animal se acercó mientras me agachaba.

La Señorita Eleana observaba desde afuera como el zorro se rendía ante mi atención y dejaba que revisara sus heridas sin atacar.

— ¿Qué le sucedió? — Preguntó ella.

— Un alambre, tal vez cruzando algún terreno cercado — El zorro chilló un poco cuando registre la herida — Pero está mejorando, pronto será libre.

— ¿Dónde lo encontró?

— Por casualidad, de hecho, fue el día que regresaba de la casa de tu familia cuando lo encontré a orillas del camino, mojado y convaleciente por la herida, así que lo recogí y lo traje aquí — Dije, observándola, sus ojos brillaron y sonrió.

Salí de la jaula.

Después de comprobar que todo estuviera bien fuimos a ver a los cachorros.

Fuego salió saltando del corral, tan alegre, pero no me prestó mucha atención sino que saludó a Eleana con tanta efusividad. Ella lo acarició, respondiendo a su saludo con tanto cariño que me perdí por un instante en sus sonrisas de emoción.

Entramos al corral, Agua estaba lamiendo a sus cachorros, pero dejó de hacerlo y ladró ante mi llegaba, me agaché para abrazarla y palmear su lomo.

Los cachorros saltaron a mi alrededor, chillando también por atención.

La señorita se agachó a mi lado, Agua la olfateó.

— ¿No me hará nada si toco los cachorros? — Preguntó y negué con la cabeza.

— No, Agua no es celosa, solo está dándole la bienvenida — Dije y la perra se acercó cautelosa a Eleana.

Ella tocó su cabeza cuando bajó sus orejas.

— Los cachorros han engordado en tan poco tiempo — Dijo sorprendida, tocando a todos y por tercera vez quedé desplazado de la atención de mis animales.

— Crecen rápido y su madre los alimenta muy bien.

Ella soltó una carcajada cuando le saltaron encima, terminó sentada sobre el suelo cuando no pudo seguir arrodillada. Fuego aprovechó para lamerle la mejilla y no pude evitar la carcajada que salió de mí cuando hizo un gesto de asco.

La señorita me observó, desconcertada ante mi ataque de risa, pero luego terminó riendo.

Se enfrascó en jugar con los cachorros y me mantuve admirando la vista.

Más populares

Comments

Meli_33608✨🙈🇩🇴♌

Meli_33608✨🙈🇩🇴♌

🤣🤣 Esto celos me hacen dañó me enloquecen 🎵

2024-04-08

5

Elizza Diaz

Elizza Diaz

El amor nos vuelve idiotas y románticos! 🤭/Tongue/

2024-03-26

1

Blacina Calvo Fernández

Blacina Calvo Fernández

Me gustó el trato que hicieron, parece que está funcionando Que bien, creo que es el primer paso para que se enamoren. Me gusta mucho su historia. Muchas gracias y muchas bendiciones.

2024-03-08

3

Total
Capítulos
1 UNA CHICA DIFERENTE
2 EL SUJETO DESPRECIABLE
3 LA NOCHE DE LA CELEBRACIÓN
4 INOPORTUNO
5 NOTICIAS DETESTABLES
6 EL PESO DE LA TRAICIÓN
7 LA ABRUPTA APARICIÓN
8 El EXTRAÑO DUQUE
9 UNA VIDA POR UNA VIDA
10 INFELIZMENTE CASADOS
11 MI NUEVO HOGAR
12 SECRETOS QUE APARECEN
13 UN ÁNGEL DISFRAZADO DE MOUNSTRO
14 NO ME SUBESTIMES
15 SEÑORITA FUERTE
16 BOCHORNOSO MOMENTO
17 SENSACIONES NUEVAS
18 LOS DOS LADOS DEL DUQUE
19 UN TRATO POR LA PAZ
20 EL PASADO VUELVE
21 UN COSTO NAUSEABUNDO
22 LA TORMENTA DENTRO DE TÍ
23 UN ANIMAL HERIDO
24 FLECHADOS
25 VERDADES IMPACTANTES
26 UNA CERRADURA EN TI
27 UN POCO DE AFECTO SANA
28 CELEBRACIÓN EN EL JARDÍN
29 RECONCILIACIÓN
30 DESEO INCONTROLABLE
31 DOLOR DERRAMADO
32 LA PUERTA A UNA SOLUCIÓN
33 TODAS LAS HERIDAS SANAN
34 LOS VIÑEDOS
35 RECIBIMIENTO DESASTROSO
36 FAMILIA ENCANTADORA
37 FESTIVAL DE FIN DE AÑO
38 JUGAR SUCIO
39 LA CURIOSIDAD PUEDE MÁS
40 SECRETOS EN EL PAPEL
41 AL CALOR DE LOS CUERPOS
42 AL CALOR DE LOS CUERPOS II
43 DEVUELTA EN CASA
44 MALAS NOTICIAS
45 INICIO DE LA CONSPIRACIÓN
46 LA SOMBRA OCULTA
47 LA APARICIÓN DE O'BRIAN
48 SACRIFICIO POR UN BIEN
49 VOLCADOS
50 ATAQUE
51 FUERZA EN EXPLOSIÓN
52 YA NO ES SOLO UNA VIDA
53 PLAN EN CURSO
54 LA CALMA ES UNA TRAMPA
55 LA REINA Y SUS ARTIMAÑAS
56 ALIANZAS QUE SE FORJAN
57 LA HORA DE COBRAR
58 EL JUICIO
59 UN REINO LIBRE
60 CARMESÍ, EL COLOR DEL AMOR
61 EPÍLOGO
Capítulos

Updated 61 Episodes

1
UNA CHICA DIFERENTE
2
EL SUJETO DESPRECIABLE
3
LA NOCHE DE LA CELEBRACIÓN
4
INOPORTUNO
5
NOTICIAS DETESTABLES
6
EL PESO DE LA TRAICIÓN
7
LA ABRUPTA APARICIÓN
8
El EXTRAÑO DUQUE
9
UNA VIDA POR UNA VIDA
10
INFELIZMENTE CASADOS
11
MI NUEVO HOGAR
12
SECRETOS QUE APARECEN
13
UN ÁNGEL DISFRAZADO DE MOUNSTRO
14
NO ME SUBESTIMES
15
SEÑORITA FUERTE
16
BOCHORNOSO MOMENTO
17
SENSACIONES NUEVAS
18
LOS DOS LADOS DEL DUQUE
19
UN TRATO POR LA PAZ
20
EL PASADO VUELVE
21
UN COSTO NAUSEABUNDO
22
LA TORMENTA DENTRO DE TÍ
23
UN ANIMAL HERIDO
24
FLECHADOS
25
VERDADES IMPACTANTES
26
UNA CERRADURA EN TI
27
UN POCO DE AFECTO SANA
28
CELEBRACIÓN EN EL JARDÍN
29
RECONCILIACIÓN
30
DESEO INCONTROLABLE
31
DOLOR DERRAMADO
32
LA PUERTA A UNA SOLUCIÓN
33
TODAS LAS HERIDAS SANAN
34
LOS VIÑEDOS
35
RECIBIMIENTO DESASTROSO
36
FAMILIA ENCANTADORA
37
FESTIVAL DE FIN DE AÑO
38
JUGAR SUCIO
39
LA CURIOSIDAD PUEDE MÁS
40
SECRETOS EN EL PAPEL
41
AL CALOR DE LOS CUERPOS
42
AL CALOR DE LOS CUERPOS II
43
DEVUELTA EN CASA
44
MALAS NOTICIAS
45
INICIO DE LA CONSPIRACIÓN
46
LA SOMBRA OCULTA
47
LA APARICIÓN DE O'BRIAN
48
SACRIFICIO POR UN BIEN
49
VOLCADOS
50
ATAQUE
51
FUERZA EN EXPLOSIÓN
52
YA NO ES SOLO UNA VIDA
53
PLAN EN CURSO
54
LA CALMA ES UNA TRAMPA
55
LA REINA Y SUS ARTIMAÑAS
56
ALIANZAS QUE SE FORJAN
57
LA HORA DE COBRAR
58
EL JUICIO
59
UN REINO LIBRE
60
CARMESÍ, EL COLOR DEL AMOR
61
EPÍLOGO

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play