capitulo 20- cita

— ¿Qué? — mira Belial sin parpadear.

— Me gustas mucho Zoé — Susurra apenas en un silbido, pero aun así la chica escucho las palabras — Desde la primera vez me has gustado.

— Y-yo.

El golpe de la puerta hace que ambos reaccionen, entrando Aisling quien queda disgustada ante la escena que está viendo.

— Madre, por favor, aprende a tocar — Gruñe Belial y Zoé trata de levantarse, pero este no la deja.

— Que hace esa aquí — Señala Zoé en el regazo de Belial.

— Recuerdas es mi novia. — Se aferra a Zoé — Además, por lo tanto, tampoco estoy obligado a darte explicaciones ¿Para qué has venido?

— Ya que esta mujer está presente, aprovecharé para decir eso. — Se cruza de brazos mirando Belial — Esta tarde tienes una cita con Dasha.

— No iré.

— ¡Por qué! — Grita histérica.

— No tengo por qué ir en una cita con otra chica cuando tengo una novia.

— No puedes no ir Belial, hable con sus padres y quedamos que ustedes tendrían esa cita para casarse en dos semanas.

— Madre estás loca.

— Solo lo estoy haciendo por tú bien hijo.

— No tienes derecho en controlar mi vida y menos controlar con quién me caso — Aprieta los puños Furioso — No iré a esa dichosa cita ni menos me casaré con esa mujer, así que ahórratelo.

— ¡No puedes hacer eso Belial! Todo por esa mujer — Señala Zoé furiosa

— He dicho que no me casaré — Mira si madre fijamente — Si tanto deseas que me case con Dasha porque no lo haces tu madre.

— No lo puedo creer — La mujer se toca la cabeza negando — Me estás faltando el respeto por esa mujer.

— La que faltó el respeto fue usted primero — Se atrevió hablar Zoé Después de escuchar toda la conversación — Usted le está faltando el respeto a su hijo al no respetar sus decisiones y no creo que ninguna madre tiene derecho a decidir con quién se casa su hijo, porque esa es una elección de uno propio.

— Belial — Aisling Mira Belial en busca de ayuda.

— Me harías un favor si te retiras madre, estoy con mi novia.

La mujer gruñe furiosa antes de salir de un portazo de la oficina.

Zoé mira Belial quién rechinaba los dientes molestos.

«Tengo que poner un límite a esa mujer» Piensa molesto, quien se creía ella pará realizarle citas y menos decidir con quién se casaría. «Que molesto»

— ¿Está bien? — Pregunta preocupada y este asiente — Belial — Toma el hombre en ambos lados de la mejilla con una sonrisa — No olvides que estoy contigo. — Dicho eso deja un suave beso en los labios de este antes de besarlo cerca del ojo. Algo que causa que Belial sonríe.

— Zoé — Suspira. —

— Me alegra que ahora, si sonríes, tu madre realmente se pasa. — infla las mejillas molesta.

— Lo sé, lo sé, tendré que ponerle un límite y hacerle saber que no puede dividir mis relaciones — Lo haría sí o sí, antes de esa mujer se pasará de raya. — Pero deja de besarme todo el rostro o hará que me enamore de ti.

Zoé se aleja avergonzada, levantándose mientras qué Belial ríe a carcajadas, tomándola del brazo para volver hacerla sentarse encima de su regazo.

— A mí no importaría hacer esto real Zoé — Mira la chica.

— Si lo dices por lo que pasó anoche, no es necesario — Trata de levantarse, pero Belial la retiene.

— En serio crees que soy de esos tipos que piden hacer algo formal después te haya dormido con ellas.

— ¿Entonces porque?

— Creí que hace rato me había confesado, pero creo que no fui muy claro. — Mira fijamente a Zoe — Te gustaría una cita conmigo esta noche.

— ¿Cita? — Pregunta y Belial asiente.

— Si una cita, dónde estamos tú y yo solos y puedes imaginar el resto.

— De acuerdo — Trata de levantarse cuando Belial la retiene nuevamente.

— has olvidado algo.

— ¿Que cosa?

— esto — sin esperarlo, los labios de Belial ya estaban sobre las suyas.