capitulo 5- Amenaza

Zoé se da vuelta mirando aquel hombre con furia.

— ¿Qué quiere decir que si salgo de aquí no encontraré ningún trabajo? — Pregunta confundida.

Belial mira a los dos entrevistadores, quienes entendieron de inmediato para salir de la sala, dejándolos solos.

— Si no aceptas ser mi secretaria, no encontrarás ningún trabajo en esta ciudad ni en este país o cualquiera que vayas. — Este sonríe indicando que sus palabras van más que en serio.

— Además de pervertido, eres un maldito aprovechador — Explota Furiosa, nunca había conocido un hombre tan arrogante como este, quién se cree este hombre para amenzarla en éste momento.

Belial se levanta para acercarse a la chica.

— ¿Te estoy dando una oportunidad para que te decidas, señorita Zoé? — Sonríe de lado; sin embargo, esa sonrisa desaparece rápidamente al haber recibido una bofetada en el rostro, dejándolo paralizado.

— Pensé que lo del ascensor pudo ser un error mío, pero vaya que estaba equivocada Sigue esperando, no trabajaré para un desgraciado como tú l, jamás en mi en mi puta vida. — Dicho eso Zoé sale de un portazo en aquella sala, dejando a Belial tocándose la mejilla.

Sin duda la chica no había cambiado para nada.

— Sé que pronto volverás — Sonríe, sabe que tarde o temprano Zoé se convertirá en su secretaria y el mismo se encargará de eso, no puede permitirse perderla nuevamente.

«No te voy a dejar ir de nuevo»

Saca una pequeña sonrisa y cumplirá sus palabras, jamás la dejara irse de nuevo como en el pasado se aseguraría de esto tarde o temprano.

...***...

Mientras tanto, Zoé, que salía de la empresa como un toro furioso Maldice a los cuatro vientos, no puede creer que ese maldito pervertido se atrevió amenazarla.

— ¿Quién se cree? — Pregunta indignada Mirando la empresa desde afuera — Ya verás Conseguiré un trabajo, cueste lo que cueste. — Pronunció decidida, pero poco sabía que ella que todo sería más difícil de lo que pensaba y que el hombre que la acaba de amenazar haría realidad sus palabras.

Ya que dos semanas después no importa lo que hiciera, nadie quería aceptarla, por alguna razón y aunque intentó pensar que este hombre no habia hecho nada de lo que habia dicho fue difícil no cuestionarse preguntándose si todo eso era obra de ese desgraciado, de inmediato supo esa razón.

— ¿No creo que él haya Sido capaz o sí? — Se pregunta, ya ha pasado semanas, pero nadie la ha querido contratar sin importar su expediente. — Mierda. — Suspira frustrante, es agotador ir cada mañana en busca de un trabajo, pero vuelves a tu casa sin nada en la mano, ese maldito de verdad había cumplido sus amenazas. — Ese maldito realmente lo hizo — Hunde su rostro en la almohada cansada.

No conseguía trabajo y todos la rechazaban como la peste, como si solo de escuchar su nombre la rechazaban sin ninguna razón.

— ¿Qué pasa? — pregunta Alisa preocupada al ver su amiga frustrada de esa manera, ha estado notando que su amiga está más frustrada en esos días que de lo normal.

— Recuerdas del idiota, ese que me amenazó — Alisa asiente — Pues hizo verdades sus palabras Ali, ahora nadie quiere contratarme ¿Qué haré? — Pregunta Frustrada, no podía quedarse sin trabajo porque necesitaba pasar renta y todo aquello.

— ¿Qué piensas hacer ahora? Dijiste que el celular había caído tan vez, no fue a propósito.

— Si como no, tal vez fue su plan desde el principio, no es mi primera vez que me he cruzado con gentes así. — Dice decida a vencer ese conflicto, no puede permitirse que ese hombre gane.

— Zoé.

— ¿Qué?, Por cierto, por alguna razón el muy Imbécil me parece bastante conocido — Habla pensativa, mientras qué su amiga la mira— Y no solo eso — se toca el pecho — por alguna razón cuando lo vi, mi corazón... — Niega de inmediato deteniendo sus palabras. —Olvidalo.

— ¿Esos sueños raros, tuyos de nuevo no? — Preguntó Alisa.

— Últimamente, he estado sonando más de lo normal, pero no importa que, cuando me despierto, no recuerdo nada — Se deja caer en la cama bostezando — Bien — Se levanta bruscamente — Ya que ese idiota quiere que sea su secretaria lo seré — Sonríe de lado.

— Que estás pensado en esa cabecita tuya Zoé — cuestiona, ella sabe muy bien que cuando Zoé da esa sonrisa es porque planea ser algo.

— Puedo ser su secretaria durante y mes, y luego renunciar y además me voy a encargar de hacerlo pagar — aprieta los puños queriendo venganza — Ya verá.

— Cálmate, ese hombre no simple, estás hablando del director ejecutivo del grupo de cooperación de los Longhi. Y piénsalo bien, ese hombre no necesita ser un pervertido — Alisa toma la computadora para buscar el nombre de Belial apareciendo fotos de este — Además míralo, estoy segura de que con solo chasquear los dedos las mujeres correrán hacia él.

— Bueno, si es guapo — Mira la foto de Belial; sin embargo, desvía la mirada por el repentino dolor de cabeza.

— ¡Zoé! — Exclama su amiga preocupada.

— Estoy bien. — Cierra la computadora — Como sea, no puedo quedarme sin trabajo, además si eso fuera el caso, ¿Por qué me amenaza? ¿Qué necesidad hay que me tenga en su empresa?

Ya al día siguiente Zoé se encontraba nuevamente frente a la empresa, antes de salir del ascensor suspira profundamente, tal vez esto haya Sido una mala decisión, pero no puede permitirse quedar sin trabajo, necesita dinero, ya que este no cae del árbol.

— ¿Tiene una cita? — Pregunta la recepcionista y ella niega.

— No tengo, pero he venido por el puesto de secretaria.

— Lo lamento señorita, la entreviste para el puesto de secretaria fue hace una semana, si no tiene una cita en este momento no puede entrar. — Habla la mujer mientras qué Zoé Frunce los ceños.

— Entonces podría hablar con el Jefe.

— Como dije antes, si no tiene una cita no puede pasar.

Ya con un suspiro se da vuelta dispuesta a irse, cuando escucha unos pasos atrás de ella se da vuelta para encontrar el mismo hombre de la vez anterior.

— Como me imaginaba, has venido — Belial sonríe, sabía que la chica volvería después de todo lo que hizo.

«Imbécil» No puede evitar maldecirlo, aunque le encantaría hacerlo en voz alta, pero sabe que esto le podría costar.

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