ORIGEN

En las sombras de la ciudad nocturna, mi ira encuentra un canal de liberación. Criminales se cruzan en mi camino, y la magia, una fuerza oscura, se desata con ferocidad. Palabras cargadas de rencor fluyen mientras libero mi resentimiento en aquellos que parecen encarnar la injusticia.

En un callejón oscuro, un encuentro inesperado cambia el tono de mi búsqueda de venganza. Un hombre, con ropas que parecen desafiar la realidad misma, emerge de las sombras. Su apariencia lúgubre no es algo que haya visto antes.

—¿Quién eres? —inquiero, mi voz resonando con una mezcla de desconfianza y curiosidad.

El hombre sonríe, una mueca que parece conocer secretos más allá de mi comprensión. —Soy alguien que ha estado observándote, Alex. Un enfrentamiento contigo podría revelar la verdadera extensión de tus poderes.

La magia se eleva entre nosotros, creando una barrera invisible que presagia un combate mágico. Palabras y hechizos se entrelazan en el aire, formando una danza de energía oscura y luminosa. Cada movimiento es una respuesta a la furia que arde en mi interior.

Después de un enfrentamiento reñido, el hombre y yo nos encontramos en un empate inesperado. La tensión se disuelve, y un silencio pesado se instala en el callejón.

—Eres más fuerte de lo que pensé —admite el hombre, su mirada penetrante evaluándome.

—¿Quién eres y qué quieres? —pregunto, aún cauteloso.

El hombre se acerca, sus palabras resonando con un tono misterioso. —No eres un simple practicante de magia. Tu sangre lleva el legado de Lucifer. Eres más de lo que aparentas, Alex.

Mi corazón late con una mezcla de incredulidad y temor. —¿De qué estás hablando?

El hombre revela secretos que nunca imaginé. Que mis padres no son quienes dicen ser, que en mis venas fluye la sangre de Lucifer. Belfegor, mi compañero demonio, es presentado como el escolta que Lucifer me asignó.

La confusión se refleja en mis ojos, mientras dudas y preguntas se acumulan en mi mente. ¿Es posible que mi existencia esté vinculada a un linaje oscuro? ¿Es Belfegor más que solo un demonio compañero?

El hombre, revelándose como Asmodeo, una figura de poder en el ámbito sobrenatural, se desvanece en las sombras, dejándome con más preguntas que respuestas. La promesa de regresar con más información cuelga en el aire, un eco inquietante que resuena en mi mente.

De vuelta a casa, la búsqueda de respuestas me lleva a confrontar a mis padres. El interrogatorio se convierte en un acto de desesperación, pero las respuestas son escas. Me cuentan la historia de cómo me encontraron, un llanto en la noche que los llevó al Central Park.

—Estaba envuelto en una túnica extraña, rodeado por un símbolo que no pudimos entender —explica mi madre, sus ojos reflejando el desconcierto de aquel encuentro.

Mi mente se sumerge en la visión de esa noche, un bebé sin hogar envuelto en misterio. ¿Por qué fui abandonado? ¿Y qué significado tiene ese símbolo que me envolvía?

La ira y la confusión se mezclan mientras confronto mi propia identidad. Asmodeo prometió respuestas más profundas, pero por ahora, estoy solo con la sombra de la incertidumbre. La magia, que alguna vez fue un refugio, ahora se convierte en un recordatorio constante de mi conexión con un mundo oscuro y desconocido.

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