Episodio 20: Encuentro

^^^Matt Hawk.^^^

Le envío el decimoquinto mensaje al celular de Fanny, esperando una respuesta porque la escuela ha terminado y no la he visto salir.

Me planteo la idea de que debe seguir molesta conmigo, por lo que habrá decidido irse a casa de su amiga, pero entonces veo al hermano de Cath esperando en el estacionamiento, al igual como yo.

Cath y Fanny son como uña y carne, donde va una va la otra. Así que no hay que ser demasiado listo para unir los cabos sueltos.

Esta mocosa arrastró a su amiga para escapar, no lo haría sola porque le faltaría gracia.

Me acerco al tipo de traje, Landon, si no mal recuerdo. Le veo llamar a un número, sin obtener el resultado deseo.

—Mierda, Cath.—Maldice en voz baja.

—Creo que tu hermana y la mía se escaparon de nosotros.—Me acerco, llevando mis manos a los bolsillos de mi chaqueta, mientras aprieto mi celular con fuerza dentro de esta.

Estoy un poco molesto ahora, no estoy acostumbrado a perseguir el rastro de Fanny y definitivamente, no es algo que quiera aprender.

Me digo que debería castigarla por ser una mocosa imprudente, pero entonces sería una tontería intentarlo porque ella lograría de alguna manera darle la vuelta al asunto y yo sería quien deba pedir disculpas al final del día.

—Tú eres Matt, hermano de Fanny.—Me reconoce.

Nos hemos visto un puñado de veces, solo cuando nuestras hermanas se reunían cuando estaban bajo nuestro cuidado.

—El mismo.—Asiento.

—Cath no responde su celular.

—Fanny tampoco lo hace.—Agrego, decepcionado porque había planeado llamar a su amiga desde el móvil de Landon para saber la ubicación de mi hermana.

Supongo que ambas han decidido desconectarse al completo de sus celulares.

Landon suspira.—Se supone que debo regresar al trabajo, solo estaba de paso para llevar a Cath de regreso a casa.

—Puedo hacerlo si quieres, de todos modos tengo que buscar a Fanny y me encontraré con tu hermana. La llevaré a casa por ti.—Sonrío mostrando los dientes.—Sería lamentable si algo le llegase ocurrir, se le ve frágil, como si pudieras romperla en el más mínimo roce.

—Mantente alejado de mi hermana.—Es una advertencia, una promesa de dolor.

No puedo evitar reírme.—Cálmate, no estoy interesado en muñecas de porcelana. Mis gustos se inclinan en una diosa con una paciencia muy limitada.

Me doy la vuelta, caminando hacia mi vehículo estacionado un par de metros más adelante.

Escucho a Landon seguirme el paso, incluso toma asiento en el lado del copiloto cuando subo al auto.

—No recuerdo haberte invitado a subir.

—Imagino que tienes una idea en dónde podrías encontrar a tu hermana, donde ella se encuentre, estará la mía. Y no voy a permitir que seas tú quien la lleva a casa.

—Y eso significa que no tienes ni idea en dónde podría estar Cath.—Enciendo el motor para poner el coche en marcha.—Al parecer conoces demasiado poco a tu hermanita, no deberías perderla vista cuando la chica es una tentación andante.

—Mis padres cuidan de ella.

—Y tus padres hacen un trabajo de mierda.

—¿Qué podrías saber tú?.—Pregunta con cierto fastidio, eso es lo que hago normalmente, fastidiar a los demás, o eso dice Fanny.

—He visto sus moretones, o parte de ellos, porque siempre intenta ocultarlos.

Esta información hace que Landon se congele en su asiento, procesando lo que acabo de decir.

—Alguien maltrata a tu hermana y ni siquiera estabas enterado. Hombre, se supone que eres su hermano mayor, tendrías que alejar esa mierda de ella.

—Nunca dijo nada al respecto.—Le escucho murmurar para sí mismo.

Conozco a los tipos como Landon, no son hombres muy honorables, podría fácilmente ensuciar sus manos para alejar cualquier tipo de peligro que amanece a la tranquilidad de un ser amado.

Es un lobo disfrazado de hombre, lo sé porque es casi igual a mí, digo casi, porque yo soy peor, mucho peor.

—Hey, mira eso.—Señaló con la cabeza.

Landon levanta la mirada de sus manos, viendo a través del parabrisas a nuestras hermanas caminando por la acera, ambas tomadas de la mano y cantando una canción popular de la última temporada.

Lucen felices, hasta que sus rostros decaen al vernos en el auto. Ahora tienen el aspecto de dos niñas que se han metido en problemas.

—Súbete ahora.—Le ordeno a Fanny, no muy amistosamente desde la ventanilla de mi puerta.

Ella me frunce el ceño, levantando el mentón como la jodida reina que es, mientras tanto su amiga se mantiene cabizbaja, evitando el contacto visual con su hermano.

—No soy un perro, Matt.—Lo dice en un gruñido, algo que no le favorece en su reclamo.

—Súbete, Fanny. No quieres verme molesto.

Ella se cruza de brazos, levantando una ceja desafiante.—Permíteme mostrarte cuánto me importa verte molesto.

Intenta mostrarme el dedo corazón, pero su amiga la detiene en el momento justo.

—Vamos, Fanny.—Dice ella en voz baja.

Me siento un poco más cabreado ahora cuando la veo subir al auto junto a su amiga en los asientos traseros, sin quejas de por medio, no como siempre lo hace conmigo.

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