El efecto que causa en mi

-Punto de vista de Dominic-

Ya es hora de la cena pasé casi 2 horas escogiendo la ropa, no quería verme tan formal pero tampoco tan casual, quiero causar una buena impresión a su abuela, no quiero que la diferencia de edad represente un problema, me casaré con Galilea sin importar que, pero lo quiero hacer más fácil para ella.

Cuando estaba por tocar el timbre sentí que me sudaban las manos, una sensación de frío lleno mi estómago, ¡Pero que demonios!, no soy un muchachito que se pone nervioso,

-Calmate Dominic- me repetí como mantra una y otra vez antes de tocar el timbre, Gali abrió la puerta y yo sentí que se me paraba el corazón, tan hermosa y elegante, pero sencilla sin verse exagerada, nada que ver con la mujer que lleve anoche a mi casa, tal vez soy muy anticuado pero prefiero la belleza natural sin tanta producción.

-Hola Dominic bienvenido- me dijo, recibiendo la botella de vino, soy un hombre grande y el pasillo no es muy amplio, por lo cual quede cerca de Gali, pude percibir su aroma, no usa loción pero tiene un aroma como de flores.

No pude evitar acercarme más, estaba acorralada entre la pared y mi cuerpo, le di un pequeño beso, los nervios casi deja caer la botella, sin problemas la recuperé.

Su abuela habló desde otra habitación, así que Gali salió de mi encierro y me dirigió a la sala.

Ahí estaba una mujer de la misma estatura que Gali, un poco rellenita, cabeza completamente blanca, una piel mapeada, vestía un vestido color vino, y zapatos bajitos, realmente parece una de esas abuelitas tiernas de las películas.

La miré fijamente para ver cualquier reacción, vi un destello de asombro en su mirada pero fue fugaz no sé si sea por mi aspecto, que parado a un lado de la pequeña Gali me veo más alto y fornido o es por el hecho de mis canas.

Al principio fue incómodo pero poco a poco se fue relajando el ambiente, hablé claro de mis intenciones y el motivo de la cena.

Cuando dije que quería su mano en matrimonio, Gali no dejaba de mover sus manos algo nerviosas, note que se quitaba los padrastros de sus dedos y se hacía daño, así que puse mi mano sobre las suyas, el toque fue mágico.

Si abuela pregunto a Gali que es lo que ella quiere, quite mi mano para que no se sintiera presionada, acepto casarse y su abuelita nos dio su bendición.

Saque una caja con un anillo y me arrodille ante Gali, le pedí que se casara conmigo, como Dios manda.

Sé que dije que no quiero un matrimonio real pero se que ella se lo merece, estos pequeños detalles, trataré de darle los que pueda, ya que una gran boda, un matrimonio tradicional y una familia no puedo dársela.

La cena es la más deliciosa del mundo, desde que mi madre adoptiva murió, nunca había probado comida casera tan deliciosa, no pude evitar comer rico y suficiente, estábamos tan llenos que esperamos para el postre.

La sobre mesa es muy entretenida, la Sra. Carmen me contó muchas cosas de Gali, algunas divertidas y otras algo vergonzosas y lo sé porque ella se sonrojaba mucho.

Cuando ayude a poner la mesa, vi la pequeña mesita en la cocina y la vista tan hermosa al patio trasero y después de escuchar la historia, pedí comer el postre ahí, que Dios en realidad estaba super delicioso, no soy fan de las cosas dulces pero si me puedo acostumbrar a estos postres.

La Sra Carmen se despidió y me quedé a solas con Gali, era el momento de ver el contrato y que ella supiera mis condiciones y yo las suyas, fue de lo más sencillo ella no pide nada fuera de este mundo, me molesta que no quiera mi ayuda económica pero no estará a discusión.

Comenzamos a recoger y por accidente tiro un vaso, me tarde en reaccionar y ella tratando de levantarlo, corto tu dedo, experimente un sentimiento extraño, sentí preocupación y enojo por qué se lastimará, la levanté y la puse sobre la barra, recogí los vidrios y puse los trastes en el lavavajillas y la comida al refri, estaba tratando de calmar lo que sentía, así que me movía en automático.

Cuando todo estaba recogido volví a ella, revise su dedo quite la servilleta que lo envolvía, la herida no era grave.

No es grave, debes de tener más cuidado-

-Lo siento-

-No tiene por qué disculparte- nos miramos directo a los ojos, mi corazón palpitaba muy rápido, y sus labios me llamaron.

Me metí entre sus piernas, sus ojos se abrieron como platos y la vi contener la respiración la tome por la barbilla para qué levantará la cara lo más alto que pudiera y le di un beso, sus labios son suaves, tienen un sabor especial, su aroma entro por mi nariz con mayor intensidad.

Mi cuerpo estaba muy pegado al suyo, tanto que sentí el latido de su corazón, palpitaba más que el mío, pero mi cuerpo comenzó a reaccionar, el pantalón me comenzó a apretar y no quería que ella viera el efecto que causa en mi.

Me despedí y salí de ahí, recordé lo de su dedo y pedí que se pusiera una bandita.

-Pasa linda noche, que llegues con bien- Respondió, se veía muy tierna y mostró preocupación sincera por mi, la acorrale contra la pared, quería besarla tanto y sentir su cuerpo pero si la volví a besar apasionadamente no me podría contener, salí de ahí y subí a mi coche.

Siento que huelo a ella y trato de respirar profundo antes de que el aroma se disipe, imágenes de la cena vienen a mi mente, cuando abrió la puerta, cuando me arrodille ante ella, verla sonreír, ver el amor con el que mira a su abuela, sus labios, su cuerpo.

Que me está pasando, no puedo comportarme como un adolescente, soy un adulto, se que es lo que quiero y esto es un negocio, nos casaremos en una semana, será mejor que me enfoque en eso.

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