Capítulo 8

El príncipe estaba desesperado sabía lo que podía ocurrir a su amada Hope, necesito de cinco guardias para poder controlarlo, solo la bruja fue capaz de nuetralizarlo. Luego lo obligaron a tomar una poción de la bruja tras lo cual quedó profundamente dormido, fue así como pudo ser llevado hacia el castillo y puesto en su cama, yacente plácidamente dormido, al salir los guardias su habitación quedó cerrada con llave y con un guardia en su interior con órdenes de avisar al rey cuando despertará.

Mientras tanto Hope lloraba sin cesar, al llegar a la mazmorra fue despojada de la ropa que traía puesta y en su lugar le dieron una túnica gris, el lugar estaba sucio con ratas, hacía mucho frío y olía a humedad, estaba muy oscuro a pesar de ser de día, pudo ver unos rayos entrar por una ventana, sin pensarlo dos veces se acercó a la ventana susurró al viento invocando al búho que fue rápidamente a su encuentro, le digo al oído un mensaje para la bruja quería que supiese que fue descubierta, quería despedirse de ella aunque fuera así por si ocurría lo peor. El búho partió al instante y lo siguió con la mirada hasta que se perdió en el horizonte.

Había pasado todo un día desde que fue llevada ahí,ya anochecía cuando unos guardias llegaron con un pan duro y un poco de agua para ella, fue puesto de mala gana en la rejilla de la puerta no querían entrar a la mazmorra con ella ahí y correr riesgos de que escapara, ella lo tomó aunque tenía hambre sólo bebió el agua y el pan lo dejó para las ratas.

Ya era el mediodía cuando el príncipe despertó dando gritos por Hope, los guardias entraron a su habitación y fue custodiado, enviaron a una sirvienta a dar aviso al rey.

- Déjennos solos, dijo el rey al entrar.

Los guardias salieron al instante y se pararon en la entrada de la habitación cerrando la puerta tras su paso.

El príncipe se incorporó de la cama, pero el rey no lo dejó hablar.

- Qué estabas pensando hijo mío, sabes lo que puede repercutir tu impulso, cómo se te ocurrió casarte con una bruja, sabes el daño que esto puede traer a la corona, no te reconocerían como rey, dirán que estás bajo la influencia de la bruja, vamos a ir a anular ese matrimonio ahora mismo.

- Ya fue consumado padre, dijo el príncipe con la esperanza de que lo aceptará.

- No me importa, diré que te embrujo, que no eras tú en ese momento.

El príncipe se negó a obedecerlo cosa que enojó aún más al rey.

- Pues tendrás que aceptarlo, además sabes las leyes, es una bruja y debe ser juzgada cómo tal.

- No te serás capaz de dañarla verdad, dijo el príncipe desafiante.

- Anula el matrimonio y ya veremos. Te espero en mi despacho con el cura en breve, de ti depende el futuro de la bruja, tu decides.

El príncipe quería salvar la vida de Hope a toda costa, por lo que iba a intercambiar la anulación por su vida, luego intentaría huir con ella. Sabía bien cuál era el destino de una bruja, la muerte al instante, el juicio era solo un protocolo la sentencia ya estaba firme desde que eran descubiertas.

Al llegar al despacho ya estaban todos ahí.

- Acepto padre pero con dos condiciones. Una pasar un día más en su compañía y la otra es que le perdones la vida y la dejes ir. Dijo al instante.

El rey aceptó el trato, pero con la condición de que si regresaba o él la veía nuevamente luego de ese día moriría al instante. El príncipe le pareció justo y acepto, aún tenía tiempo de planear su huida con ella.

El rey mandó a preparar todo para que fuera su encuentro en la habitación del príncipe, reforzó la guardia y seguridad de la habitación del príncipe, también dió órdenes de no dejarla salir bajo ningún concepto a ella, solo cuando él se presentara para llevarla a la salida para su destierro, tenía planeado su exilió hacia el bosque, daba por hecho que la bruja del bosque terminaría el trabajo y sus manos quedarían limpias, no quería ser el causante del dolor del príncipe.

Unos enormes guardias fueron a por Hope, ella al verlos pensó lo peor, creía que era su fin, fue dócil a su final, no se resistió, en su mente había valido la pena cada desición tomada menos a ver sido tan descuidada y dejar que le vieran la marca. Al ser conducida veía que cada vez más que el camino iba hacia la habitación del príncipe cosa que la confundía, fue grande su sorpresa cuando la guiaron justo hacia su puerta, se detuvieron en frente y tocaron para anunciar su llegada.

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