•Cambiar•

CALEB.

Doy un golpe tras otro tras otro, la sangre me hierve más ahora que se que Brandon, es us ex-novio y el tuvo algo de culpa por lo que Morgan es haci y si para que mentir también son celos.

Cuando los mire tan juntos hablando mientras bailaban me carcomian los celos hasta que no pude más y me lanze contra el golpeándolo en la cara.

—Caleb, basta lo vas a matar—escucho a Morgan, gritar entre todo el barbullo de personas y es cuando me detengo.

Me quitó de encima del cuerpo del idiota de Brandon, y la tomo de la mano sacándola de la jodida fiesta.

La saco y la llevo al Jeep de Dylan, mientras marco su número.

Llamada con Dylan Brown.

—Caleb, ¿que carajos te paso por qué hiciste eso?.

—Eso no importa, necesito que me lleves a mi casa ahora.

—De acuerdo pero me contarás por qué esa reacción mañana mismo.

—Si ven rápido que Morgan, da mucha lata.

Fin de llamada con Dylan Brown.

Morgan está gritándome muchas cosas está muy molesta no se que hacer para no decirle que lo golpee por los jodidos celos que me dieron.

—Morgan, lo golpee por qué no puedo permitir que se aproveché de ti de nuevo.

Se queda paralizada mientras me mira con recelo.

—No se de que me hablas—pronuncia con la voz quebrada.

—Chicos ya estoy aquí, ¿nos vamos?—haci Dylan corta el momento incomodo para, Morgan.

No decimos nada solo no montamos en el Jeep yo me subo en el copiloto y Morgan se sube en el asiento trasero sin decir nada.

Minutos después.

—Gracias por traernos Dylan—le agradezco bajando del Jeep.

—Morgan, nos vemos mañana linda—dylan se despide de ella pero ella solo se baja del jeep sin decir nada.

Y camina a la puerta de mi casa.

Me acerco a ella para abrir la puerta al entrar ella se queda parada en la sala de estar.

—Morgan, la habitación está arriba es la única en condiciones para dormir bien podemos compartir cama si quieres.

—No puedo dormir aquí no tengo ropa—noto en reproche en su voz.

—Te prestaré algo para que duermas cómoda solo que será algo mío—digo soltando un suspiro.

—Si no hay de otra—rueda los ojos al cielo y hace que yo sonría levemente.

—Si no hay de otra por qué no te dejare irte a tu departamento a esta hora son casi las dos de la mañana o no se pero es tarde y no tengo ganas de conducir haci que, vamos a la habitación.

Cuando llegamos a la habitación ella se sienta en la cama mientras yo le pasó una playera mía para que duerma más cómoda.

—Esa puerta es el baño te puedes duchar si quieres.

—No tengo ropa interior limpia.

—Creo que yo tengo algo de eso por algún cajón de aquí.

Busco entre los cajones y saco el conjunto de ropa sexy que Hunter le compro a una de sus chicas pero me lo dio a aguardar para que su novia no lo descubriera.

Cuando se lo doy enarca una ceja.

—Larga historia solo te diré que es de, Hunter.

—Pero si es de el te lo cobrará.

—No importa ve a ducharte—comento mientras yo busco ropa para dirigirme al baño que está al lado del gym pequeño que tengo en casa.

MORGAN.

El maldito conjunto de ropa interior que me dio Caleb me queda como anillo al dedo y la verdad no creo dormir bien a su lado teniendo esto puesto.

Entro al baño y me desvío después me meto a la ducha por unos diez minutos al salir me coloco el conjunto. Arriba de este me coloco la player que Caleb, me dio.

Al terminar doblo mi vestido y lo dejo a un lado del lavado para después salir de la ducha.

Cuando salgo miro a Caleb, sin playera y solo con un pantalón de chándal con el cabello húmedo y gotas recorren su cuerpo.

—Morgan tenemos que hablar.

—No se de que hablas, vayamos a dormir mañana tendré una resaca de los mil demonios.

—¿Por que cambiaste?, Meg me dijo que tú antes no eras tan atrevida, tan ruda y tan fácil con los chicos—dice mirandome directamente.

—¿Facil?—lo se no puede ser que sea lo único que escuche—. ¿Crees que soy una zorra?.

—No pongas palabras en mi boca Morgan, sabes a lo que me refiero.

—No, no se a qué te refieres.

—¡¡¡VAMOS MORGAN ESE IDIOTA TE USO PARA LLEGAR A TU SUPUESTA AMIGA Y TU TE QUEDAS TODO UN AÑO A LLORARLE PARA DESPUÉS CAMBIAR PARA MAL!!!—me grito enfurecido.

—¡TU NO TIENES NINGÚN DERECHO A METERTE EN MI VIDA!.

Veo como cierra sus ojos con fuerza, se pasa las manos varias veces por el cabello húmedo en un gesto frustrado, cuando parece más calmado vuelve a hablar.

—Okey hagamos un trato, ¿de acuerdo?.

—¿De que carajos hablas, Caleb?.

—Lo mismo del día en que nos conocimos.

—¿De quién se enamore primero?.

—Si solo que si tú te enamoras de mí vas a cambiar y volverás a ser la de antes.

—Pero si tú pierdes tu serás quien cambie y serás como era yo para que haci entiendas el por qué de mi cambio, me cance Caleb, me cance de esperar demasiado de la gente y solo recibir migajas de su cariño de su tiempo de su amistad.

Se queda callado no dice nada y por un momento pienso que se va a negar pero asiente levemente.

—Aceptó, Morgan.

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