capítulo 19

Ella no pudo decir nada, su voz no salía, solo amenazaban con salir lágrimas de sus ojos, pero no iba a llorar, no, estaba muy desgastada de tanto llorar por una maldita enfermedad que se ha llevado su felicidad como para llorar por lo que acaba de ver, tampoco va a reclamar nada, él tiene necesidades físicas , unas que en este momento ella no puede satisfacer, no sabe sí él lo hizo con el propósito de que ella se diera cuenta o simplemente lo paso por alto. Así que hizo lo único que hacía en estos casos, huir, salir de esa casa, no podía estar cerca de aquel hombre, que por más que entendiera su situación no dejaba de sentirse lastimada.

-Voy a visitar a mi familia, te veo más tarde, hay comida en el refrigerador por si piensas comer aquí

Él sintió como si con esas palabras le estuviera reprochando algo, terminó de vestirse y salió a la sala, esperaba poder verla aún ahí, algo en su tono de voz no le ha gustado, la sintió más triste de lo común, ¿Será que estoy haciendo mal las cosas? Se preguntó, había tenido un segundo de consciencia y por un segundo se arrepintió de estar traicionando a su esposa, pero como siempre todo pasó tan pronto recibió un mensaje de Laura.

*Apenas te fuiste y ya te extraño

Ella tiene muy bien estudiado el papel de amante, sabe que con hacerlo sentir bien e importante él nunca la va a rechazar

*Yo también, tal vez vaya más tarde a verte, no creo aguantar hasta el lunes, pero antes tengo que pasar a aver a mis padres

Laura sonrió al recibir esa respuesta, su plan está saliendo tal como ella quiere, pronto ese hombre estará en su casa y esa decrépita mujer estará fuera de la vida de ambos.

-Cuánto me gustaría conocerlos, espero algún día me los presentes

La astuta mujer sabía que la familia de él rechaza a la enferma, y eso para ella era una oportunidad de ganar más terreno

-¿Quieres ir conmigo a visitarlos?

Rafael estaba seguro de que Mariana terminaría muriendo y por fin iba a complacer a su mamá, le presentaría a su amante.

-¡Claro que sí!

Con euforia contestó la mujer, acordaron la hora y se despidieron.

Por supuesto y como era de esperar la mamá de Rafael estaba más que feliz de que su hijo por fin tuviera a una mujer hermosa a su lado, para ella era la mujer perfecta, con clase, de buen cuerpo, trabajadora y profesionista, su hijo iba a ser la envidia de todos en el barrio, el único que no estaba muy contento con la situación era el señor Salgado pero no podía hacer nada su hijo había tomado su decisión y la iba a respetar, aunque sentía pena por su nuera no traicionaría a su familia. Tal vez ellos tengan razón y Mariana aunque es una buena mujer no logre sobrevivir

-¿Cómo vas con tu trabajo?

Pregunto una muy animada Brenda, la hermana pequeña de Mariana

-Creo que bien, si hay una que otra cosa que ha cambiado, pero no es nada difícil

El estar rodeada de su familia la hizo sentir bien, le habían preguntado por su esposo pero ella cubrió muy bien la situación sin dejar lugar a dudas de que él necesita descansar ya que ha estado muy al pendiente de su enfermedad que no le pareció justo que la acompañará, sus papás conocen bien a Rafael y se creyeron todo.

-Y para cuándo vas a decidirte abrir una oficina en un lugar más propio, ya te está yendo tan bien, ya puedes abrir un espacio más grande y de esa forma verte más profesional.

-Creo que tienes razón, me puedes ayudar a buscar el espacio adecuado

-Claro, ya sabes que cuentas conmigo para lo que necesites.

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