4. Alcoba. Noche de boda

El emperador se detuvo en la puerta contemplando la figura que había añorado cada día durante los últimos 15 años de infierno, por fin estarían juntos, observó la botella de vino tinto y sonrió con un poco de tristeza, con el dedo índice recorrió la espalda de la ahora emperatriz desde lo lejos, cuánto la había añorado, cuánto habían padecido ambos, se preguntaba si ella terminaría el plan de su padre, no importaba si lo hacía él la había aceptado no podría odiarla o condenarla aunque quisiera. Cuando estuvo satisfecho y se sintió más cómodo entró por completo en la habitación, ella no se dio cuenta

-          Cof, cof – tosió el emperador indicando que había llegado, la mujer aturdida no supo que decir pues se sentía casi desnuda

-          E.. e..est-ás a..quí – replicó en un susurro apenas audible, ni se percató que el novio portaba un traje diferente de la boda, el otro quedo lleno de sangre

Le había esperado de pie como una condenada frente al fuego que era cálido y del que muchos años apenas podía estar unos breves minutos ya que no se le permitía, salvo cuando servía en la cocina en época de verano. Ella en vano intentaba tapar lo que el vestido revelaba.

-          Magnífica – exclamó el emperador mirándola de arriba hacia abajo

-          Y-Yo no soy Sabrina Viridi – dijo ella apenada consciente que su cabello la delataba, esperaba que fuera asesinada en ese momento para no tener que llevar a cabo el plan de su padre

-          Lo sé – replicó Roberto un poco divertido, pero la costumbre de hablar a hombres y más aún soldados hizo que ella retrocediera dos pasos chocando contra la pared, eso no le gustó si se hiciera daño le molestaría – tu padre te intercambio por ella

-          ¿Me matarás? – preguntó con un hilo de voz abriendo sus expresivos ojos esperando que su padre lograra su cometido y su nana estuviese a salvo

-          No, yo sabía quién eras desde el principio – replicó con un brillo en los ojos indescifrable pensando hubiera matado a todos antes de no enviarte, no lo hizo porque temía que ella se negara a casarse entonces, ¿cómo se le dice? más vale pedir perdón que pedir permiso

-          ¿Deseas beber la copa de vino ahora? – aunque no se esperaba la respuesta, tenía una misión por lo que no tuvo otra opción más que preguntar la joven sirviendo dos copas de una botella que el marqués había dado como regalo de boda, la mano de la joven temblaba.

La alcoba era muy espaciosa ya que no sólo estaba una cama de tamaño colosal sino que además había una pequeña sala y una mesilla para comer o leer de ser necesario, además de un escritorio lleno de papeles que el

emperador había acumulado, él se sentó en el banco frente a la mesita donde se encontraban las copas ella le ofreció una y tomó la otra, si su padre deseaba envenenar al emperador también ella moriría de esa manera, no se expondría a un juicio por esos bárbaros, alzó la copa y se dispuso a beber, pero el emperador la detuvo tomando su copa de vino y la de él bebiéndolas una tras otra, ella se quedó atónita y sintió pánico, ese vino era tan caro que sólo se servían dos copas por botella. Ya no escaparía al juicio. El veneno no le haría efecto de inmediato, pensó quizá podría escapar.

El marqués procuraba estar lo más lejos posible para cuando este evento terminara, por ello calculó que aproximadamente después del amanecer ocurriera, ella tragó con dificultad la saliva, él se levantó y abrió otra botella de un vino aún mejor, sirvió dos copas y le entregó una a ella, se la bebió sin más, él la sostuvo sonriendo con tristeza y la dejó en la mesita.

-          Acércate, quiero verte – le dijo con voz ronca, ella parecía negarse, pues sabía que ahora debería entregarse a él y deseaba correr, pero no había escape posible, sólo si su fantasma le ayudara de nuevo

pensó - siéntate aquí –ordenó señalando su regazo ella se negó pero él se estiró un poco la haló hacia su cuerpo y la sentó sin dificultad, comenzó a forcejear, eso sólo provocó que él comenzara a excitarse entonces le gruñó con

voz ronca – deja de moverte a menos que desees iniciar nuestra noche de bodas.

De inmediato se quedó inmóvil tratando incluso de no respirar, él por su parte percibió el olor a lavanda y cítricos en su cabello y piel, le estaba costando dominarse.

-          Viniendo de ti, incluso bebería veneno – dijo como para sí mismo, ella sintió como un escalofrío la recorrió, y lo miró directo a los ojos

-          No soy nadie alteza – exclamó ella pensando que eso fue lo que se bebió y dos copas sin siquiera pestañear

-          Para mí lo eres todo – contestó el emperador – te contaré una historia antes de ir a la cama – su voz era como un murmullo y parecía que a ella le recordaba alguien no podía precisar y una inquietud se apoderó de ella.

Ahí estaba sentada en el regazo del rey con su vestido de encaje rosa, por alguna razón a diferencia de otras veces que los hombres intentaran algo con ella no se sentía con ganas de huir, pero si estaba alerta, consciente que este hombre podría partirla en dos de quererlo, él por su parte le hablaba dulcemente casi como si le quisiera contar un cuento, como si la conociera, esta forma de hablar la conocía le decía algo en su interior.

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Comments

veronica pinto

veronica pinto

hay no es justo x todo lo que a pasado y que muera ☹️😥😭😭😭

2024-11-12

0

Mary Rodriguez

Mary Rodriguez

ojalá el no muera 😔😭

2024-07-28

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