CAPÍTULO 20

— ¡Ana!, ¡Ana!, ¡Ana!

— ¡Sí!

Me desperté desorientada, tenía la vista borrosa, me frote los ojos, y vi el rostro preparado de mi abuela delante de mí, al parecer me dormir en el sofá, me senté, ejercite mi cuello y brazos, antes de volver a constarle a la abuela.

— Abuela y llegaste, ¿qué tal estuvo el trabajo en la cafetería hoy?

— ¿Qué te paso?, ¿tienes el abrigo manchado de sangre?, me preocupé cuando no despertaba.

Dicho esto se dejó caer en el sofá justo a mi lado, ¡lo siento abuela!, fue mi descuido me dormí ta profundamente que no me recordé de quitarme el abrigo para que no vieras la sangre.

— Abuela fue solo una hemorragia nasal nada grave a veces me pasa, estaba cansada y me quedé dormida en el sofá, no es nada para preocuparse, ¿qué haz de cenar?

— Niña me das unos sustos, ¿qué tal sopa de res con vegetales es buena para la nutrición?

— Está bien, me daré un baño mientras haces la cena.

Agarre mi mochila, me pare, y subí las escaleras despacio, en realidad sentía como si mi energía hubiera sido robada, quien sabe por quién, entre a mi habitación cerré la puerta, tire la mochila sobre la cama, y me quite la roba, luego me fui a el baño, me miré brevemente en el espejo, me veía terrible con razón la abuela estaba así de asustada, entre a la ducha, me di un baño con agua caliente y jabón líquido, el que uso para lavar mi pelo y todas las otras partes de mi cuerpo, después que salí de la ducha, me envolví en una toalla, ya en la habitación se cogió toda mi roba sucia y la puse en el zafacón de la ropa sucia, me sé que el cuerpo y el pelo, me puse ropa interior negra y una pijama larga.

Busque en mis cosas el estuche de maquillaje, tengo una base muy cara que me da color a mi rostro, y un conector para mis ojeras, además de un polvo que hace que mi piel se vea natural, me lo aplique todo, luego busque un brillo de labios que me ayuda con la resequedad de los labios, ya parecía normal de nuevo, es lógico que me vea mal, la hemorragia nasal duro un rato y perdí sienta cantidad de sangre.

Salí de mi habitación y baje las escaleras, como mi vida es una contaste locura, no había bajado bien, cuando me percate que Robert y un señor mayor, que podía aliviar que era su padre estaban sentados en el sofá con la abuela, ¡Dios!, ¿por qué no puedo tener tranquilidad?, ¿qué hice yo para merecer estos?

— Buenas noches, ¿pasa algo?

Dicho eso me senté en el mueble al lado del sofá, sé que esté vivo a contarle a mi abuela que falte al instituto, pero yo soy más lista, y te lo aseguro Robert vas a quedar como un tonto.

— Estaba preocupado por qué los chicos Taylor te rodearon y luego te obligaron a irte con ellos, lamentablemente estaba muy lejos y no lo pude evitar, entonces vino avisar a tu abuela por si no había vuelto a casa, ella supera quien te llevo.

¿En serio?, ¿por qué no dices la verdad?, que eres un cobarde, viste que me llevaron, pero no hiciste nada por qué tenías miedo, y como el instituto es de los Taylor no fuiste avisar al director, en su lugar viviste a molestar a mi casa, aunque viste mi camioneta a fuera, todavía tenías que hacer este espectáculo.

— ¿Es cierto eso?

— Abuela es un malentendido totalmente, cuando llegue al instituto, me sentí mal, entonces los sobrinos de mi doctor, me llevaron a su casa para una consulta, ya que no fue hoy al hospital, además tenía que darme una nueva medicina, como tuve una hemorragia nasal y perdí mucha sangre el doctor me dio un medicamento, además de darme de comer, como se me hizo muy tarde no volví al instituto y Dimitri me trajo directo a casa para qué descansará, eso es todo.

Acomodé todo según la lógica, ¡waoo!, que buena soy mintiendo, no sabía que tenía esta habilidad, Robert puso una mala cara, que hipócrita y molesto es, pensó que me iba a manipular con eso que falte al instituto o algo así, chico aunque casi tenemos la misma edad estoy a mil años luz de ti.

— Oh, que bueno que el doctor te vio, ahora que sé esto estoy más aliviada.

— ¿No es el Doctor Taylor un oncologo?

Pregunta el padre de Robert que al parecer es tan descarado como el hijo, emana un aura de superioridad, sin embargo, a simple vista se puede ver que es más que se cree, que lo que en realidad es, estos dos son la clase de personas que parecen buenas, pero no lo son.

— Tengo Leucemia Mieloide desde que cumplí los 11 años, así que necesito que un doctor me vea constantemente, no es rato que mi doctor sea oncólogo.

Padre e hijo se miraron, solo espero que, ya que saciaron su curiosidad, tenga la amabilidad de irse de mi casa.

— Ya que llegaron hasta aquí, ¿por qué no se quedan a cenar?

— Claro.

¡¿Qué?!, estos dos descarados por qué no se van, además se tiene que comer muestra comida, me acomodé en el mueble, ya estaba muy irritada, este Robert quiso hacerme quedar mal, me imagino que esparció todo tipo de rumores en el instituto, tendré que darle una lección para que deje de molestarme, no, no, no, ha, ha, ha, le diré a Dimitri que le dé un susto que nunca pueda olvidar.

¡Dios!, ¿cuándo me volví tan mala?, no puedo hacer eso, que hago después si se vuelve este chismoso loco, es mejor que lo ignoré y lo eche a un lado, como quiera no estoy para hacer amigos, y menos del tipo que son desleales, la abuela nos llamó a la mesa, nos sentamos a cenar, la sopa estaba muy rica, el padre de Robert y la abuela estaban hablando de cosas como los negocios y la economía, yo ni miré a Robert, me dedique a tener la boca llena para no pronunciar una palabra.

Pensé que después de que cenaron se iba a ir, pero ¡no!, se quedaron por qué la abuela les ofreció tomar el té, siento que, si les ofrece dormir en casa se quedarían.

— ¿Usted dos no se sienten solas en esta casa?

¡¿Qué cosa?!, ¿a qué viene esa pregunta?, ahora se quieren quedar aquí, ha, ha, ha, no me digas, viste una chica moribunda y una anciana, y ahora te interesa que estemos solas en esta casa, señor, ¿dónde estaba usted cuando la abuela vivió sola por años en esta casa?

Estaba tocando la puerta, enérgicamente, ¿quién es a está hora?, además la casa más cerca está a medio kilómetro, miré el reloj y eran las nueve de la noche, ¿cuándo fue que el tiempo voló así?

— Iré a ver quien es.

Me pare, camine rápido y abrí la puerta, una chica de pelo negro como de unos 12 años estaba en la puerta y detrás de ella, ¿Dimitri?, lo sabía, esa dichosa protección es también un mecanismo para vigilarme y a todo el que entre o salga de la casa.

— Podemos pasar, vine porque mi hermanita Emy, quiere conocerte, y a tu abuela.

— Hola Emy, que linda niña eres, pasen.

No me digas, esto es tan solo una excusa barata para meterte en mi casa sin dar sospechas.

Dimitri de inmediato fue a salud a mi abuela y apretarle a Emy.

— Abuela buenas noches, esta es mi hermanita Emy, ella le tomó mucho cariño a Ana y la traje por qué quería cocerla a usted.

¡Qué descarado es!, eso no fue lo que me dijo cuando le abrí la puerta, Robert y su padre se pusieron terriblemente incómodos con la presencia de Dimitri y Emy, tal vez esto no sea tan malo después de todo, si por lo menos, puede hacer que estos dos se vayan.

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