Capitulo 4

— Señor, usted siempre ha sido muy cuidadoso, en cuanto a esas necesidades. Una mujer de este país, y además su empleada, puede traer grandes consecuencias.— explicó Alfred.

El jefe volvió a su cómodo sillón. Exhaló profundo, se relajó, se recostó hacia atrás, y dijo; — Alfred, únicamente te pedí que la investigue, quiero saber la vida de esa mujer. — Yeikol sabía que era un riesgo, pero en esos momentos no media las consecuencias de sus posibles actos.

Muriel fue hablar con el gerente, necesitaba ese préstamo, para la operación de Noah. Pero lamentablemente ella tenía una deuda acumulada de mucho dinero. Dinero que su mismo esposo la obligó a pedir prestado.

— Señora, Brown, le hemos prestado más de lo que gana en un año, ¿y ahora quiere cien mil dólares?— preguntó Pedro, con los brazos cruzados, y mirándola fijamente.

Ella se sentía apenada, y avergonzada. No era fácil tener que pedir dinero prestado a cada momento.

— Señor, Pedro, no tengo a quién más acudir, mi esposo necesita esa operación.

Él la observó, ella tenía la mirada triste, y era evidente que no le agrada molestar.

— Voy a hablar con el señor Richardson, veré qué puedo hacer, pero de ante mano le digo que su caso es difícil.

El señor Pedro se presentó en la oficina de Yeikol, a tratar varios temas de algunos empleados, incluyendo el caso de Muriel. Le explicó con detalles las peticiones y esperó respuestas.

— ¿Quién es la señora Brown? — preguntó Yeikol.

Ella tenía dos años trabajando para él en esa sucursal, y no sabía su nombre. La había visto varias veces, pero no le prestó ninguna atención. 

— Es la señora del tercer cubículo de servicio al cliente. Ella quiere cien mil dólares prestado, pero tiene una deuda acumulada muy exagerada. — explicó Pedro.

Yeikol recordó quién era esa mujer, justamente la misma del ascensor. De todas maneras, sea quien sea, iba a ordenar que se le prestara el dinero. — Dale el préstamo. ¿Sabes las razones de su deuda?

— Señor, no me gusta interferir en los asuntos personales de los empleados, pero dicen que su esposo es un adicto a los juegos de azar.

El señor Richardson no volvió a preguntar nada más. Tenía otros métodos para obtener esa información, sin parecer interesado.

Muriel regresó a la mansión emocionada, por fin su esposo volvería a caminar. Le contó todo a Noah, y los ojos del hombre se iluminaron. Inmediatamente, como todo adicto a los juegos, pensó el multiplicar ese dinero.

— ¿Y dónde está el dinero? — preguntó Noah.

La joven sabía que él iba a querer dinero. Su adicción a los juegos, lo ponía nervioso ante la palabra “dinero”.— Me lo entregan mañana.

Noah, a pesar de estar en silla de ruedas, frecuentaba los casinos.

Muriel, después de encargarse de la limpieza, la cena, y el aseo de su esposo, se metió a la cama. Estaba agotada. Se preguntaba si su vida fuera mejor, si no tuviera esposo. Luego se reprendió a sí misma, por tener esos pensamientos. Ella suponía que el matrimonio era para toda la vida, y una mujer solo tenía que ser tocada por su concubino.

Al día siguiente, Yeikol estaba en la sede central del Banco Richardson. Revisando documentos, y posibles compra de locales para seguir expandido su imperio.

 Alfred recibió una llamada. Era el detective con la información de la señora Muriel Brown.

— Vuelvo enseguida, señor. — le dijo a su jefe y fue por el documento.

Alfred se reunió con el detective, este le entregó toda la información de Muriel Brown, en una carpeta. Él verificó brevemente el documento, le pagó, y volvió con Yeikol.

— Señor, aquí está la información de la señora.— se la dejó en el escritorio, y volvió a su sillón. Yeikol miró la carpeta, sin embargo; no le dio importancia, y continuó con su trabajo.

Al asistente le sorprendió la indiferencia que mostró Yeikol ante el documento, y se alegró.

A Muriel le depositaron el dinero, ella feliz lo pasó a su cuenta personal. Ahí permanecería hasta el día de la operación, o esos eran sus planes. Noah le pidió veinte mil dólares, a lo que ella se negó. “Parece que mis oraciones no están llegando a ti, mi señor todopoderoso”. Pensó la joven.

Noah escuchó a Muriel negarse, sonrió con sarcasmo, pasó su mano por su cabello, y negó amargamente con la cabeza. — Te dije que me dé dinero.— replicó con estruendo.

Ella se estremeció de miedo, lo miró, y continuó firme en su decisión. — No puedo, es para tu operación.

Él enloqueció, y destrozó todo a su alcance. Gritó, una y otra vez, groserías, e insultos. La señora Beatriz, que siempre se mantenía escuchando detrás de la puerta, entró inmediatamente a la habitación. Como una loba defendiendo a su cría, agarró a Muriel por el cabello.

— Dios te castigará por desobediente. Dale el dinero a tu esposo, antes que la ira de Dios caiga sobre nosotros.— vocifero la señora.

— Acércala a mí, madre.— pidió Noah, enojado y con ganas de golpear a su esposa por desobediente.

Beatriz la llevó ante él. Él arremetió contra ella, dándole un puño en el estómago, logrando dejarla sin aire. — Me vas a entregar la tarjeta.— dijo él, y le volvió a propinar otro puño.

¿Cuánto puede soportar una mujer por ser obediente? ¿Vale la pena el sacrificio por amor? ¿O es amor lo que sientes Muriel?

Ella, con su rostro mojado de lágrimas, y con una pena rompiendo en todo su ser, le entregó la tarjeta, y se marchó a otra habitación. Era la primera vez que se preguntaba ¿Por qué sigo aquí?

Muriel escuchaba a sus amigas hablar de sus respectivas parejas, y sentía envidia. Aunque sabía que sentir envidia era pecado. Pero ellas hablaban con tanta emoción, eran felices, no eran golpeadas, ni insultadas. ¿Por qué ella no podía ser así? ¿Por qué sus padres la abandonaron? ¿Por qué la comprometieron desde pequeña con un monstruo? Aun así, pensó que ese era su destino y su deber como esposa, soportar a su pareja.

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Comments

Diana Flores

Diana Flores

No se quien me da más coraje: si Noah por abusivo, la suegra por desgraciada o Muriel por pendeja

2024-05-14

1

Avineisi guedes

Avineisi guedes

siiiii es exactamente a lo que me refiero serías más feliz sin un esposo 😎🤭🔥

2024-05-13

0

Avineisi guedes

Avineisi guedes

de verdad me vas a decir eso sois masoquista más nada

2024-05-13

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