Capitulo VIII Son iguales

Deje a Katherine en su departamento, ella quería estar sola, este evento de hoy me trajo malos recuerdos, recordé lo bestia que fui con Annia como la trate y lo que le hice, esa parte de mi vida no me enorgullece aunque ella fuese todo lo que mis padres me dijeron a una mujer no se forza. Llegue a mi casa y ahí estaba Natalia el amor de mi vida me alegré en verla lo que no me gustó fue lo que pasó después.

Natalia: al fin llegas, como se te ocurrió dejarme sola en el centro comercial eso no te lo perdonaré nunca.

Dylan: buenas noches, cómo estás Natalia, hola mamá.

Carlota: buenas noches, hijo, que está pasando contigo? Como dejaste sola a Natalia para ayudar a una desconocida.

Dylan: ella es una amiga y estaba en apuros, no creo que haya hecho algo malo, además a Natalia no le pasó nada.

Natalia: fue muy vergonzoso lo que me hiciste dejarme ahí sola eso no se hace.

Dylan: no voy a discutir con ustedes mejor me voy de aquí, no soporto tantas quejas

Salí de esa casa, definitivamente tengo que buscar un lugar para mí, no puedo seguir dependiendo de mis padres, esa será mi prioridad ahora conseguir un buen lugar, me fui a un hotel no quería ver a nadie, el ánimo lo tenía por el suelo, pensé cuando ví a Natalia en la casa que mi día había mejorado, pero no ella tenía que ponerse como loca.

Amaneció muy rápido no había podido dormir nada, salí del hotel y me fui a una cafetería a desayunar, estaba pensando en Annia, ahora que recuerdo ella era muy amable y siempre trataba de sonreír, como me gustaría encontrarla y resarcir todo el daño que le hice, he decidido volver a intentar encontrarla darle su libertad, ella merece conocer a un buen hombre que la ame y cuide de ella.

Estaba perdido en mis pensamientos, cuando una pequeña niña llamo mi atención.

Antonella: hola señor Dylan, que hace aquí?

Dylan: hola pequeña, donde está tu mamá?

Antonella: yo pregunté primero.

Dylan: ok, estoy desayunando, y ahora dime dónde está tu mami.

Antonella: está pidiendo el desayuno, no se ha dado cuenta de que me escape.

Dylan: eso no se hace, tu mamá seguro se preocupará mucho.

Antonella: es verdad mejor la llamo.

La pequeña revoltosa empezó a pegar gritos llamando a su madre, las personas que estaban en el lugar solo la miraban, pude ver a Katherine a lo lejos tenía cara de disgusto y venía en camino a nuestra mesa.

Katherine: Antonella, qué estabas pensando? ¿Sabes lo peligroso que es que te alejes de mí? No lo puedes volver a hacer.

Antonella: lo siento mami es solo que vi a Dylan y quise saludar.

Dylan: buenos días, señora De la Garza, ya iba a llevar a su hija de regreso con usted.

Katherine: gracias señor Casanova, ahora sí nos disculpa nos retiramos.

Dylan: por favor acampáneme a desayunar.

Antonella: mami por favor sí, vamos a desayunar con él, siiiii

Katherine: lo siento, pero no, mejor vamos a nuestra propia mesa.

Dylan: insisto solo será para que me hagan compañía.

Insistimos tanto la niña y yo que a Katherine no le quedó de otra que acompañarme a desayunar, está mujer es tan hermosa y ahora que la detallo bien tiene mucho parecido a mi esposa Annia, será posible que sea ella, tengo que averiguarlo porque si es ella entonces la pequeña puede ser mi hija, puede ser que aquella noche Annia quedará embarazada, y si es así lucharé por mi hija se que Annia no es un buen ejemplo para una pequeña niña.

Terminamos el desayuno, el desayuno más incómodo de mi vida, Katherine no me dirigió la palabra solo hablaba de vez en cuando con su hija, yo pagué el desayuno de los tres aun cuando esta mujer obstinada no quería que pagara el de ellas, salimos de la cafetería y nos despedimos, fui a mi auto y la vi alejarse junto con la niña y se acercó a unos pequeños niños que estaban a unos pasos de la cafetería, lo que me sorprendió fue que esta mujer de hielo les estaba dando una bolsa que había comprado en la cafetería, llena de comida, ella estaba alimentando a estos pequeños, que sorpresa me he llevado nunca pensé que una mujer con tal temperamento pudiera tener buenos sentimientos.

La vi alejarse de aquellos pequeños después de haber hablado con ellos un rato, se subió a un auto no muy llamativo y se alejó imagino que iría a su compañía.

También me fui a ver algunos apartamentos, hubo uno que me gustó mucho así que cerré el trato con el dueño, solo era cuestión de esperar el papeleo cosa que con dinero no tardaría más de un día, regrese a mi empresa de publicidad y empecé mi trabajo, no podía dejar de pensar en Annia y en Katherine, serán la misma estoy seguro de que si en el mundo no puede haber dos mujeres tan parecidas, tengo que comprobarlo como sea.

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