El regalo

Lady Arévalo

No entendí que quiso decir mi querido Emilio con eso de un vestido que me compró, pero salí del Restaurante algo mareada por su cercanía, si bien hemos tenido algún tipo de juego, abrazo o miradas intensas, nunca algo como lo que sucedió en la oficina de Bella. Él jamás se acercó nuevamente a besarme, así como lo hice yo en París, sino directamente me pasó su lengua desde el cuello hasta el lóbulo de mi oreja para susurrarme, dejándome en shock y muy caliente.

Volví a la oficina con él, en su auto, pero no dije ni una sola palabra. Luego nos dedicamos a trabajar y cuando debíamos irnos, subimos al ascensor, ninguno emitió palabras, aunque Emilio tenía una sonrisa de ganador por lo que generó en mí.

Estando en el parquiadero, él se despidió con pocas palabras y subió a su auto.

— Que descanses, princesa —

Luego de eso, subí a mi auto y arranqué antes que él. Me siguió todo el camino hasta que ingresé al edificio, me hizo cambio de luces y continuó su camino.

Estando dentro de mi departamento, las chicas de limpieza están ayudando en la cocina, con una caja de regalo encima de la isla.

—Buenas tardes, ¿Cómo están?— llamé su atención

—Señorita, estamos bien y ¿Usted? — Preguntó la cocinera

— Un poco cansada, ¿Qué es eso?— Pregunté señalando la caja.

— Un regalo que llegó para usted al rededor del mediodía. — Dijo otra chica

¿Será el regalo de Emilio? Me acerqué hasta la isla y saqué el gran moño que tenía encima para abrirlo.

Saqué algunos papeles que cubrían y descubrí el vestido que anoche publiqué.

—¡Oh, Dios mío!— Exclamé sorprendida

—Es hermoso, señorita— Dijo una de las chicas.

Tomé el celular y le envié un mensaje a Emilio.

📨— Me encantó el regalo, pero no debiste molestarte

Dejé el celular al lado de la caja y volví a ver la hermosa tela. Luego sonó avisando una llamada.

📱—Hola, ¿Recibiste ... ?— No me dejó terminar la pregunta porque su voz resonó en mi oído muy ronca y sensual.

📲—¿No debí molestarme? Entonces, ¿Qué debía hacer, si lo publicaste y ya te imaginaba con él puesto? — Su confesión me dejó muda y me sonrojé —¿No dirás nada, princesa?

📱—¿Cómo estás? — fue lo único que mis neuronas pudieron coordinar, haciendo que automáticamente emita esas palabras, algo sensual por la falta de aire.

📲— Acostado en mi cama, recién duchado. Aunque no imaginé que te interesará saberlo —Dió una pequeña risita seductora y siguió — ¿Quieres saber más?

📱— No pregunté eso — contesté asustada por el calor que provocó, corté la llamada y solté el celular.

—¿Joven, está bien? — Preguntó la cocinera.

— ¡Sí!— Respondí todavía un poco alterada. — Ya vengo — avisé agarrando las cosas del trabajo, el regalo y mi teléfono.

Subí a mi habitación y dejé todo encima del escritorio. Nuevamente sonó el aparato y vi un mensaje en WhatsApp.

Emilio me envió una foto, deslicé el dedo por la pantalla, abrí el mensaje y caí literalmente, en la silla.

Su torso está desnudo, y debajo tiene un simple short deportivo, mostrando sus abdominales y tatuajes.

El pie de foto dice "Que descanses, princesa". En pocas palabras, repitió lo mismo que dijo antes de subir al auto en la empresa.

No contesté, ya que no pude porque los nervios me están matando.

No es que sea virgen, pero él es muy diferente a mi ex novio, su cuerpo es más trabajado y más coqueto, con el plus de que es el hombre que me gusta.

Hablé y trabajé muchas veces con mi psicóloga para descubrir cuales eran los sentimientos correctos ante mi ex novio, concluyendo que la falta de amor que debía recibir de mis padres, las recibí de él, produciendo un apego emocional sin "Amor verdadero", en realidad era amistad o hermandad, confundiendo todo, por lo cuál en las relaciones íntimas me sentía vacía y sucia.

También me hizo comprender como sería el amor hacia un hombre, diferenciar amistad y amor, hermandad y cariño, producir lazos sin incluir el ámbito amoroso, etc.

En resumen, aprendí mucho y ahora me hacen saber que mi comportamiento es en base al amor retenido que tengo con Emilio. Incluso, las ganas de ser besada y acariciada por él me están volviendo loca, provocando que cada día deba liberar mi propia tensión en la cama; lo mismo que un día me hizo huir de la Mansión Belmonte.

Sufriendo un adelanto por ser más temprano, me desnudé, me recosté en la cama y empecé a acariciar mi cuerpo como si fuera Emilio quién lo hiciera. Antes de perder mi mano en dónde él debería ingresar, cerré los ojos y llegué al botón de placer haciendo pequeños círculos, pero eso no me aliviaba, es más, me ponía peor, por lo que busqué en mi mesa de Luz a mi querido amigo de látex y lo utilicé hasta alcanzar mi liberación.

Cuando mi respiración se normalizó, entré a ducharme, me vestí y bajé a cenar.

Por último, antes de dormir, cerca de las 02:00 am, fui un poco lanzada y le reaccioné a la foto con un corazón, para más tarde abandonar el celular.

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