capítulo 6- persecución...

Al viaje continúa, para estar menos expuestos, viajan a través del bosque, rumbo a las montañas, Xia va en el mismo caballo que Huo Yu, aunque ya estaba aburrida del viaje, si iba a reencarnar, al menos debieron enviarla en uno donde haya autos, pero no, ahí esta, a caballo y han sido ya, tres días de viaje, según escucho a los hombres hablar, aún les falta más días para poder llegar a su destino, a estas alturas, lo único que Xia espera, es que los soldados del palacio no la estén buscando y si lo hacen, que no la encuentren antes de llegar, así podrá hablar con su padre, ya que en sus planes esta escapar de sus secuestradores.

Pronto un hombre vestido igual a ellos y con una capa, los alcanza, por lo que se detienen, este hombre le informa a Huo Yu que la guardia del palacio esta buscando a la chica, y quien encabeza la busqueda, es el segundo príncipe.

— parece que tu esposo te busca, debe de estar preocupado porque su amada esta en manos de bandidos.—

— no esta preocupado por mi, le preocupa que mi padre se enteré de mi secuestro.— responde Xia.

Huo Yu se extraña por ello, pero ya no dice nada, ordenando apresurar al paso, lo mejor en este caso, es no enfrentarse a la guardia del emperador.

No muy lejos del lugar, el príncipe es informado que han visto a un grupo de mercenarios, quienes llevan una mujer con vendas en los ojos, así que Bao rápidamente moviliza a las tropas para tratar de alcanzarlos. Bao espera que Xia se encuentre bien.

Tras seguir por una ruta alternativa, al pasar el bosque, se cruzan directamente con las tropas de Huo Yu y Bao puede ver que lleva a Xia con él. Así que ordena el ataque, pero la prioridad es salvar a Xia.

— maldito entrometido...— murmura Xia.

Huo Yu la escucha, pero no dice nada y usa su espada para defenderse, ya que van contra él para tratar de llevarse a Xia. Bao es quien logra acercarse atacando a Huo Yu.

— Xia...salta...— le grita Bao.

Pero Huo Yu tira de las riendas del caballo para apartarse. Bao nuevamente intenta evitar que huya, para Huo Yu es un poco complicado pelear sin bajar del caballo, en especial si no quiere que Xia se escape.

Bao hace que su caballo levante las patas traseras, golpeando a Huo Yu directamente en la cabeza con la herradura, por lo que cae del caballo, jalando a Xia con él, los dos ruedan en el suelo, mientras que Huo Yu pierde su espada. Xia se queja por el golpe al caer y Bao se acerca con espada en mano listo para atacar a Huo Yu, pues este aún sigue aturdido por el golpe, justo al momento en el que Bao iba a atacar, Xia golpea a Bao en el pecho, lanzando lejos a este gracias a la concentración de energía en su mano, Bao se repone sorprendido al ver que era Xia quien le ha golpeado y recoge la espada lista para pelear.

—¿que demonios haces? ¿Te has vuelto loca? ¿Acaso eres una traidora?— pregunta furioso.

— no, solo quiero llegar con mi padre, no dejaré que sea asesinado, el único traidor aquí es el emperador.— le responde.

— ¿que estupidez dices? Déjate de juegos y suelta esa espada, déjame acabar con ese delincuente.—

— mejor yo acabo contigo, ya que no me dejan divorciarme, me convertiré en viuda.— sonríe con malicia.

Huo Yu escuchaba todo y se pone de pié, viendo que Xia permanece en posición de combate contra Bao, pues ha cortado la soga que ataba sus manos. Huo Yu sube al caballo y ordena la retirada a sus hombres, deben alejarse, pues su misión no era pelear, al ver que se retiran, Xia estira la mano hacía Huo Yu, para que la ayude a subir el caballo, este duda pero la sostiene y tira de ella, logrando montarse atrás de Huo Yu, quien tira de las riendas.

— ¡Xia! —

Bao solo puede ver como Xia se marcha por voluntad propia con aquellos bandidos, pero rápidamente sube a su caballo ordenando que los sigan y que capturen a Xia.

Xia se sostiene de la cintura de Huo Yu mientras avanzan a gran velocidad por el bosque, en dirección a las montañas, esa zona es poco explorada, así que les servirá para perder a los guardias y al príncipes. Aunque Huo Yu aún se extraña por el hecho de que Xia haya elegido seguir con ellos, bien pudo escaparse y por lo que escucho, tal parece que ella no esta interesada en su esposo.

El galope de los cascos se escucha tras ellos, los guardias aún les siguen.

— tengo una idea...nos libraremos de ellos.— menciona Xia.

Bao y sus guardias siguen pese a que han entrado en la montaña, no dejará que esos hombres escapen y Xia le debe una explicación por lo que hizo, pronto se detiene al ver a Xia tirada en medio del bosque, se veia sucia y con un golpe en el rostro, tal parece que los bandidos eligieron dejarla por su propio bien, Bao baja del caballo para acercarse, aun cuando sus guardias le dicen que no lo haga.

— parece que tu huida no ha funcionado. Ahora mismo te llevaré de vuelta y pagarás por atreverte a rebelarte.— le riñe.

Pero antes que Bao le sostenga del brazo, Xia le acierta un golpe directamente al estómago que le hace caer al piso y aprovecha para darle una patada en la cara.

— dile a tu padre, que Yuan Xia sabe todo.— le menciona y levanta la mano.

En cuestión de segundos, flecha son disparadas a los guardias y algunas tenían fuego, por lo que una gran muralla de fuego se formo ante ellos, Huo Yu se acerca a caballo y ayuda a subir a Xia, para poder huir aprovechando la distracción. Bao levanta la vista, viendo como Xia nuevamente se marcha junto a esos bandidos, ¿será acaso que ella planeo todo eso?, podría ser posible, ya que manifestó su deseo de divorciarse y además existía el rumor de que envió una carta a su padre, ¿y esos hombres son enviados del gran general? Existía esa posibilidad. Bao golpea el suelo con el puño.

****

Después de haber huido por horas por las montañas, se adentraron a unas cuevas escondidas en la vegetación, ahí, sería seguro descansar y uno de los hombres, coloco en la entrada una especie de talismán, este explica que sirve para que los de fuera no escuchen ningún ruido dentro de la cueva, por si a los caballos se les ocurre hacer escándalo. Se adentraron un poco más, donde parecían haber entrado a otro mundo, había vegetación y se puede ver el atardecer si miran arriba, Huo Yu ordeno comer e irse a dormir antes de que ya no haya nada de luz, pues no pueden encender una fogata o el humo los puede delatar.

A Xia le sirven un poco de pan y jamón, algo que no era necesario cocinarse, ella no se queja y come con todo gusto, Huo Yu no puede evitar observarla, es una chica extraña, según dice ser ciega, pero se mueve con gran agilidad, además, tuvo la oportunidad de huir y prefirió seguirlos a ellos y ahí esta, sin las manos atadas y hablando con los demás.

Al anochecer, solo la luna iluminaba un poco el lugar, todos duermen al aire libre en pequeñas colchas, solo a Xia le armaron una pequeña tienda para que estuviese más cómoda. La cortina se abre y era Huo Yu quien la toma de la mano pidiendo que le siga.

— muy bien, me debes una explicación, si ese hombre era tu esposo, ¿por qué huir de él?—

— porque no me agrada y si se caso conmigo fue solo para que mi padre y mis hermanos fuesen a la guerra, dejándome a en buenas manos.— mueve los dedos como simulando comillas.

— pero si no le importaras a ese sujeto, no te buscaría.—

— no le conviene que muera, mi padre dejaría todo para volver, pero, la vida en el palacio es miserable, no tengo el respeto que debería, incluso la emperatriz apoya los malos tratos.—

Huo Yu ve como Xia se desata la faja de su ropa y la ve descubrirse los hombros, por lo que se da la vuelta.

— ¿que haces? ¿Estas loca?—

— mire, la prueba de lo que digo.— exije Xia

Huo Yu voltea, Xia estaba de espaldas y descubierta, Huo Yu de inmediato nota las evidentes cicatrices en la piel blanca de la chica, unas eran antiguas y otras recientes, las que le causo la emperatriz hace poco, Huo Yu no podía creer que en ese palacio, la hija del gran fuese tratada así, esas personas eran de lo peor, no solo por herir a la hija del héroe de la nación, también era una joven con discapacidad.

— ahora comprendo porque prefieres irte con un grupo de rufianes.— responde Huo Yu.

Le coloca una capa y la guía de regreso a la tienda, avisándole que al amanecer se marchan.

...

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