Capitulo 9

La furia está presente en Martin ya que frente a el se encuentra su esposa siendo protegida por tres hombres, lo cual hace que la mente retorcida de Martin vuele y saque conclusiones que no son.

-Asi que te presentas aquí para impedir mi momento de desestresarme haciéndote la esposa digna y traicionada por su marido.

Cada palabra que sale de Martin la escupe con furia y odio ya que piensa que esos hombres son amantes de Sheila pues esa es la única justificación creíble para el, porque sino noa estarían defendiendo y eso lo enfurece.

-Pero no eres más que una maldita zorra malagradecida que mientras yo me parto el lomo como un pendejo trabajando todos los días para que a ti no te falte nada tu metes hombres a la casa y te revuelcas con ellos como la ramera que eres.

Martin se lanza furioso sobre los guardaespaldas para así poder llegar donde Sheila y darle lo que se merece, pero los guardaespaldas no se lo permiten.

Mientras que Sheila se encuentra tirada llorando en el suelo y es que el dolor del golpe que recibió su esposo no es nada comparado con el dolor que siente en el alma al oír la forma tan fea en la que se expresa de ella haciéndola sentir peor que una basura.

-Yo sería incapaz de serte infiel Martin. Tu mejor que nadie sabes que desde que estamos juntos yo solo he tenido ojos y tiempo para ti, pero tú en cambio no se con cuántas mujeres me has engañado, pero lo que más me duele es que me hayas sido infiel con la mujer que más daño me ha hecho desde niña.

Sheila está vez no planea quedarse callada pues ha estado conteniendo todo lo que siente desde que se casó con Martin y este cambio radicalmente con ella.

-Y no te conformaste con eso Martin, porque desde que nos casamos te desconozco ya que solo me tratas como si fuese una sirvienta y en la intimidad solo te preocupas por tu propio placer, así que no te hagas el ofendido cuando es muy evidente quien es que ha llevado este matrimonio a la ruina, así que hagas lo que hagas o digas lo que digas yo me voy a divorciar de ti y no hay vuelta atrás.

Martin a este punto ha perdido la poca cordura que tiene pues al ser el un hombre manipulador y controlador no entiende en que momento Sheila se volvió tan alzada y esa rebeldía que tiene ahora debe pagarla muy caro, porque el es el que deja y recoge cuando se le plazca por lo que el hecho de que Sheila quiera dejarlo solo hace que su bestia interior quiera destrozarla y enseñarle quién manda.

-Tu nunca podrás librarte de mi porque eres una inútil que no sabe hacer nada bien y si no fuese porque yo me apiade de ti y decidí hacerte mi esposa hoy en día estuvieras sola y más fracasada de lo que ya eres, porque eres la peor esposa del mundo y ni siquiera me puedes dar placer ya que ni para eso sirves.

El autoestima de Sheila es golpeado cada vez más fuerte por las palabras llenas de odio de Martin y eso la hace sentir peor de lo que ya estaba.

-Basta. Cállate.

Grito Sheila con sus ojos llenos de lágrimas y su corazón destrozado por el hombre que ama.

-No querías sacar los trapos al sol, entonces no te quejes por oír la verdad querida esposa, así que vete olvidando de la idea del divorcio y prepárate para recibir un castigo por haberte atrevido a desafiarme y traer a tus amantes para defenderte, porque tú eres mía y solo dejaras de serlo si así yo lo decido y eso solo pasará cuando me aburra de ti.

Sheila se siente acorralada contra la pared porque aunque está segura de querer alejarse de ese hombre para siempre aún así tiene miedo porque no cuenta con los recursos económicos para hacerle frente y poder ser libre, pero cuando todas sus esperanzas de ser libres se han desvanecido a la habitación entra la única persona que realmente se ha preocupado por ella y le ha demostrado cuánto la ama.

Cuando Sheila ve a su abuelo entrar a la habitación sintió un golpe fuerte de esperanza y fortaleza para seguir manteniendo firme su decisión de divorciarse de Martin.

-Desgraciado te atreviste a tocar a mi nieta, así que prepárate para recibir lo que te mereces y recibas el trato que mereces.

El señor Antonio se acerca a Sheila para ayudarla a levantar y llevársela con el pues no va a permitir que su nieta siga viviendo un día más bajo el mismo techo que ese degenerado cerdo.

La presencia del abuelo de Sheila no es nada grata para Martin puesto que sabe que si su esposa se va con el ya no va a poder seguir haciendo con ella lo que se le antoje, así que de cualquier manera tiene que llevarse a Sheila con el pues ella es de su propiedad y nadie se la va a quitar.

-Este problema es entre mi esposa y yo, así que viejo decrépito no tiene porqué venir a meter su nariz dónde no le incumbe por lo que largo de aquí y no tiene permitido llevarse a mi esposa, porque ella es mía y no puede hacer nada para cambiarlo, pero a la que si puede llevarse es a su otra nieta, la cual se la da de la gran reina, pero no es más que una vil zorra que se le ofrece al mejor postor.

El señor Antonio quería llevar las cosas por lo legal, pero al oír hablar a Martin tantas bajezas y mentiras le hicieron perder la paciencia y por eso sin que Martin lo espere y pueda evitarlo le suelta un golpe a puño cerrado rompiéndole la nariz y el labio.

-Lo único que tú mereces es una buena paliza para que sientas lo mismo que sienten las mujeres cuando las tratas como si fueran objetos de tu propiedad.

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Nota de la autora:

Gracias por el apoyo (⁠✿⁠^⁠‿⁠^⁠).

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