Capitulo XVI son mios

¿Punto de vista de Dante

¿Llegue a este despacho, era bastante sobrio la persona que trabaja aquí debe ser una desalmada a la hora de castigar a alguien, me gusta mucho su estilo, para poder entrar tuve que decirle a la secretaria que si no entraba tenía que llevar mi inversión a otro lado, la pobre no supo que hacer u me dejó pasar, aunque tenía cita para hoy, quería inspeccionar el lugar antes, en el escritorio había tres portarretratos uno donde había niños ya grandecitos, en el otro había dos bebés muy lindos con ojos azules y cabello negro, se me hicieron muy familiar y el tercer retrato estaban los cuatro juntos, se veían muy felices, serán hermanos, escuché voces afuera de la oficina y me senté el sofá que estaba en la oficina, entro una mujer con un cuerpo de ensueño estaba atareada con el coche de los bebes, no pude ver su cara, ya que estaba de espaldas, y tampoco se dio cuenta de mi presencia, empezó a hablar con sus bebés y esa voz se me hizo conocida, las cosas que dijo me dejaron sin palabras, estaba confundido, como que ella quiere que el padre se los bebes este con ellos, pero no se puede, acaso Alejandro no es el padre?

Cuando Abi se volteó me vio y su cara se puso pálida, las palabras no le salían.

Le dije buenos días, señora Fernández y ella solo me miraba hasta que por fin dijo algo.

Abigail: buenos días, señor Lombardi,qué lo trae por aquí?

Dante: vine a buscar a una experta abogada que llamó mi atención y me encuentro contigo, pero eso ya no importa, ahora quiero saber de quién son esos bebés? ¿Quien es el papá?

Abigaíl: son mis hijos y punto.

Dante: no, te lo voy a volver a preguntar esos bebés son míos?

Abigail: me estás amenazado, déjame decirte que no soy la misma, a la que humillaban y solo bajaba la cabeza, a la que amedrentaban y solo se callaba. Esa no lo soy más, y ya te dije son míos de nadie más, así que por favor retírate, si me estabas buscando para trabajar contigo, la respuesta es no.

Dante: no me voy a ir, si esos niños son míos tengo derecho a saber.

Abigail: jajaja derecho? derecho a que? acaso no soy una cualquiera? ¿Acaso no soy una interesada? Mejor piensa que cuando estaba contigo también estaba con otro y mis hijos son de él.

Dante: ya basta, soy el padre o no? dímelo porque sabes que puedo pedir una prueba de partenidad y si resulta que son míos, los voy a pelear para que se queden conmigo. ¿Ahora responde, son mis hijos?

Los bebés empezaron a llorar, ya que Dante había alzado la voz, me dirigí a ellos para tratar de calmarlos, pero solo tenía dos brazos y no los podía cargar al mismo tiempo, entonces Dante se acercó y cargo a Juan Diego, el mismo apenas sintió a su papá hizo silencio y solo lo miraba, al parecer él ya sabía que Dante era su papá.

Dante: hola pequeño, eres tan guapo, te pareces a tu mamá tienes sus mismos ojos, ese azul tan encantador cuando seas grande serás todo un rompecorazones.

Abigaíl: tenemos que hablar, solo no grites más por favor.

Nos sentamos a hablar, pero él no soltaba a mi hijo y eso me tenía nerviosa, le dio de comer mientras yo alimentaba a Catalina, los niños se quedaron dormidos y Dante y yo empezamos a hablar.

Abigail: esa noche que me trataste tan mal fui en busca de Darla, ella me recibió y me propuso que nos fuéramos del país y que el investigador tenía una pista de mis otros hijos, así que decidí venir con ella a este país, al mes de estar aquí descubrí que estaba embarazada, tenía miedo de decirte acerca de mis hijos, sabía que me los quitarías y eso no lo iba a soportar así que decidí callar.

Dante: me crees tan cruel, crees que soy capaz de alejarte de tus hijos a sabiendas de que ya habías perdido dos.

Abigaíl: también sabías que mi vida era un infierno y aun así me llevaste a un infierno peor y me humillaste a más no poder.

Dante: ese día me cegaron los celos, pensé que te podía perder en cualquier momento, ese mismo día recapacite y pensé que era mejor darte tu espacio para calmarnos, al día siguiente fui a la oficina con la esperanza de encontrarte y pedirte perdón, pero no te encontré y luego me enteré de que te habías ido, no quise molestar más ya habías tomado tu decisión y la respetaría, sabía que ya te había hecho suficiente daño.

Abigail: eso ya pasó ahora sabes que tienes dos hijos, ahora que piensas hacer?

Dante: por supuesto reconocerlos, ponerles mi apellido y pasar todo el tiempo que pueda con ellos.

Abigail: estás en tu derecho, pero algun día deberas regresar a tu país, que piensas no creo que viajaras todo el tiempo, yo pienso que es mejor dejar las cosas así, ellos no saben de ti y es mejor que nunca lo sepan .

Dante: ni lo pienses ellos son mis hijos y nada ni nadie me separa de ellos y si te tienes que ir conmigo lo vas a hacer.

Abigail: estás loco, yo no iré contigo a ningún lado, ya me establecí aquí y vivo muy bien como lo puedes ver.

Dante: esto mismo lo puedes hacer allá además yo te puedo ayudar.

Abigail: no gracias, conozco el precio que tengo que pagar por a aceptar tu ayuda.

Dante: sabes que ese contrato era nuestra acta de matrimonio, eras tan ingenua que no leíste la última hoja que anexe, legalmente eres mi esposa y no pienso divorciarme de ti.

Abigail: eres tan inmaduro deja de decir estupideces, eso no paso yo sé lo que firme.

Dante: mañana pido una copia del contrato y veremos quién está equivocado.

Abigail: puedes retirarte, tengo trabajo y no puedo retrasarme más.

Dante: me voy pero tendrás noticias mía muy pronto señora Lombardi.

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