Capitulo XIV Una nueva vida

Punto de vista de Abigaíl

Llegamos a Sur América Darla me había dicho que sus contactos hacían a Alejandro en un país de ahí, nuestro destino fue Colombia, nunca pensé que Darla tuviera tantos recursos, y para mi sorpresa ella tenía mucho dinero, resulta que sus padres eran millonarios y al morir le dejaron todo a ella, solo trabajaba en este bufete por hobby por nada más. Alquilo un apartamento y contrato a un detective para qué localizará a Alejandro, abrió su propio bufete de abogados y me hizo socia, yo no quería le dije que mejor solo trabajaba para ella y que poco a poco me fuera ganando los méritos, y así fue, había pasado un mes desde que llegué a este lugar, una mañana desperté muy mal me dolía la cabeza, todo me daba vueltas y para mi sorpresa estaba embarazada, esto no me podía estar pasando a mí, embarazada eso fue un golpe muy duro para mí, pero seguí adelante con la búsqueda de mis hijos el trabajo y ahora un nuevo bebé, Darla obviamente se puso muy feliz iba a ser tía de nuevo y aunque no lo busque este pequeño o pequeña traería felicidad a mi vida.

Paso un mes más y para mi sorpresa estaba embarazada de gemelos, Darla grito de emoción cuando el doctor nos dio la noticia, yo entre en pánico tenía miedo de perder a estos dos bebés también y es que Dante sería capaz de quitármelos si supiera de ellos.

Con el pasar del tiempo me fui haciendo muy popular, a mi despacho llegaban muchos casos y ya no me daba abasto, fui construyendo una reputación lo que para mí era genial, ganaba mucho dinero y a mis bebés no les iba a hacer falta nada.

Llegó el momento del parto y nacieron Juan Diego y Camila mis dos amores volví al trabajo tres meses después del nacimiento de mis hijos, mi carrera iba en ascenso tenía una vida estable, solo me faltaban mis otros dos hijos, había pasado más de un año y el investigador no había podido localizarlos.

Abigaíl: amiga por qué no hemos podido encontrar a mis hijos, siento que no los volveré a ver nunca más.

Darla: no desesperes amiga, estamos buscándolos solo es cuestión de tiempo.

Abigaíl: cuánto tiempo más siento que voy a enloquecer.

Darla: recuerda que ahora tienes dos vidas más por las que luchar.

Abigail: tienes razón, te has fijado?

Darla: en qué?

Abigaíl: mis hijos cada día se parecen más a su papá. Lo único que sacaron a mí fueron sus ojos.

Darla: si, son igual de bellos que el señor Dante Lombardi. ¿Realmente nunca sentiste nada por él?

Abigaíl: nunca supe lo que sentí, él no me dio la oportunidad de averiguarlo.

Darla: bueno no pensemos más en eso, vamos al centro comercial quiero comprarle muchas cosas a mis sobrinos.

Abigail: tía consentidora... Los vas a malcriar.

Dante: para eso somos las tías.

Salimos al centro comercial y en la distancia pude ver a dos hermosos niños, un niño de aproximadamente siete años y una niña de aproximadamente nueve años, mis lágrimas empezaron a salir, porque ahí estaban ellos, eran mis hijos, tanto que los busque y solo aparecieron en frente de mí.

Darla: Abi que pasa? Por qué estás así?

Abigail: Darla son ellos son mis hijos

Fue lo único que pude pronunciar, deje a mis bebés con Darla y corrí a su encuentro, ellos apenas me vieron. Me reconocieron se lanzaron a mis brazos y ahí los tres abrazados lloramos como nunca.

Justo detrás de ellos apareció la rubia que había visto con Alejandro aquella vez.

Marisela: pequeños mocosos por qué corren así, solo los soporto por Alejandro...

No termino de hablar cuando me vio, que hacer aquí? Suelta a esos niños ya.

Darla empezó a llamar a la policía y estos se hicieron presentes, le explicamos la situación y nos llevaron a todos a la estación de policías, Darla me represento tan bien que casi le daba todo mi dinero, ese día me entregaron a mis hijos por fin los podré llevar a casa.

Abigail: hijos está será su casa de ahora en adelante, mañana mismo salimos a comprar lo que necesiten los llevaré a su habitación.

Hija ( Karla): mamá, que casa tan bonita tienes?

Abigail: tenemos porque está también es tu casa mi amor

Los lleve a sus habitaciones, ya las tenía listas con la esperanza que los encontraría, la habitación de Karla estaba toda en rosado, tenía muchos juguetes su cama era estilo princesa, todo como a ella le gustaba.

Karla: mamá todo está muy hermoso me encanta gracias mami.

El corazón se me derritió cuando escuché esa palabra (mami) tanto tiempo queriéndola escuchar y ahora por fin la escucho.

Después lleve a Carlos a su habitación, como él era más grande su habitación estaba decorada en azul y blanco todo con carros de carreras y tenía su propia pista de carreras, vi su carita iluminada, él estaba tan feliz que me abrazó y lloro un largo rato.

Carlos: mamá pensé que nos habías olvidado, mi papá dijo que tú nos regalaste a él porque ya no la querías

Abigail: eso nunca mi amor, todo este tiempo los he estado buscando, ustedes y sus hermanitos son la razón de mi vida.

Carlos: tenemos hermanos ?

Abigail: si mi amor, ve para que los conozcan.

Los lleve a la habitación de los gemelos, y Karla y Carlos estaba. Maravillados con sus hermanos, jugaron todo el día con ellos. Al fin mi felicidad era completa.

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