Capítulo diez- Seducción

No habían pasado ni dos días cuando Sam lo interceptó de nuevo en el pasillo.

- ¿has recordado algo? -preguntó el gemelo sonriendo de oreja a oreja. Matthew no supo si tomárselo como una broma o no. Después de la conversación con Louis\, Sam descubrió que no recordaba parte de su noche juntos y desde entonces le preguntaba a cada hora si lo había recordado. Matthew miró en todas direcciones antes de hablar.

-...la verdad es que no- admitió. La alegría se borró de la cara de Sam.

- qué lástima -expresó con tristeza. Matthew consideró que tal vez debía explicarse mejor.

-bueno, ...recuerdo que bebimos el vino- Matthew se esforzó por evocar sus recuerdos- Luego...eh...nos besamos y …- Lo que seguía no quería decirlo ni, aunque le apuntaran con un arma: la escena en que apoyó las manos en la mesa y Sam metió la mano bajó sus prendas.

-recuerdo todo hasta antes de que termináramos en tu habitación -terminó diciendo con un sonrojo. Sam le miró en silencio por un rato y luego sonrió.

- ¿Qué te parece si enseño algo que te haga recordar? -la propuesta hizo mella en la curiosidad de Matthew. ¿Podría ser que hubiese quedado alguna evidencia de que hicieron hecho algo más? Sam no le dio a tiempo de responder. Dio media vuelta y se encaminó a su habitación. De modo que Matthew se apresuró a seguirlo.

Sin embargo, se reprendió a sí mismo por ser tan ingenuo cuando Sam cerró con seguro la puerta después de que entrara. Al instante siguiente Sam atacó sus labios. Le besó, lo tomó de la muñeca y lo empujó contra la cama donde reanudó los besos. Allí Matthew pasó un brazo por el cuello de Sam. La situación le resultaba vagamente familiar. Tenía la impresión de que algo similar había ocurrido aquella noche.

Al cabo de unos minutos Sam agarró la mano de Matthew y la metió dentro de su pantalón.

- ¿qué haces? -se azoró Matthew. Le resultaba turbador que todo fuera tan deprisa.

-querías que te refrescara la memoria ¿no? Estoy recreando lo que sucedió -susurró Sam junto a su oído. “¿yo hice eso?” Matthew estaba desconcertado -esa noche no estabas siendo tan tímido -en ese momento la mente de Matthew revivió el momento en el que, de hecho, llevó a cabo lo mismo que Sam recién. Adicional a eso recordó haberse reído y la tierna expresión de vergüenza en el rostro de Sam cuando lo sorprendió con su acción. Matthew deseó que lo tragara la tierra.

-solo hicimos eso ¿verdad? -quiso asegurarse Matt. Su garganta estaba seca.

-sí- afirmó Sam con una cara serena. Enseguida Matthew soltó un suspiro -oye ¿por qué pareces tan aliviado? -interpeló Sam indignado.

-por nada -Matthew miró a un lado y luego a Sam. Al parecer este le daba mucha importancia al asunto. Matthew también pensaba que no lo haría sentir bien que lo hubiese olvidado todo- ¿cómo es que no recuerdo nada después de eso? -caviló en voz alta.

-bueno, te pareció muy agradable la sensación de la cama y te adueñaste de ella, por cierto. Tuve que quitarte el pantalón y los zapatos …ey, no me mires así, yo sugerí que estarías más cómodo, pero fuiste tú quien me dijo que lo hiciera.

- ¿y-yo?

-sí, dijiste: ´´quítamelo tú´´ y luego te quedaste dormido. Dejándome con las ganas- criticó Sam. Aun cuando sonaba frustrado, Matthew sabía que realmente no estaba molesto.

- ¿entonces no...?

- No hicimos nada -reafirmó Sam mirándolo a los ojos- no me pareció correcto continuar cuando estabas como una cuba- Aunque se notaba que le entristecía a Sam aceptar la primera parte de su frase una calidez brotó en el pecho de Matthew. Estaba conmovido. ´´menos mal no lo hicimos´´ Pensó Matthew esbozando una sonrisa. Le sentiría fatal no recordar algo tan importante como eso.

- pero sí nos tocamos allá abajo... -continuó Sam-... ¿Qué? -preguntó al ver la cara risueña de Matthew.

-nada -replicó Matthew soltando una risita.

Seguidamente, Sam se acostó a un lado mirándolo el perfil de Matthew y este le devolvió la mirada. Minutos después ambos se quedaron dormidos uno al costado del otro como en la velada del festejo.

...

Matthew creyó que al menos en el baño podía estar tranquilo. O eso creía. Se estaba quitando la vestimenta cuando de repente alguien abrió la puerta. Del susto emitió un gritito y se llevó las manos a la pretina del pantalón.

Uno de los gemelos estaba en la puerta. Primero supuso que se trataba de Sam, por su mirada seria, pero fijándose mejor se dio cuenta de que era Louis.

-ah- dijo Matt comprensivo. Sin embargo, el chico frente a él no sonría como era costumbre. Tal vez por eso lo confundió.

- ¿vas a bañarte? -preguntó Louis como si no hubiera estado a punto de ver sus partes íntimas. Matthew asintió mirando sus ojos de un bonito color castaño\, iguales a los de Sam\, pero diferentes. Los de Louis lo miraban en ese instante con indiferencia.

El gemelo llevaba una toalla envuelta en la cintura y el resto de su cuerpo estaba descubierto, los pectorales, las piernas y los brazos marcados...

Matthew desvió la mirada. Tratando de no observarlo demasiado. Las interacciones que tenían a diario ya eran lo suficiente incómodas. Sin embargo, no pudo evitar preguntarse si Sam se vería de la misma manera sin ropa ´´basta -se reprendió a sí mismo avergonzado- ¿por qué piensas en eso? ´´.

-entonces te dejo- Louis dio media vuelta y se fue. El corazón de Matthew se relajó en cuanto lo hizo y dejó salir el aire contenido por la nariz.

-pensándolo mejor...- Louis apareció de nuevo y Matthew se puso en tensión por segunda vez en el día-creo debería aprovechar esta oportunidad -El chico cerró la puerta tras él con una sonrisa.

- ¿ja? -articuló Matthew.

Louis caminó hacia él a un ritmo sosegado, sin prisa, seguro porque Matthew no tenía lugar hacia donde escapar. Excepto la puerta, pero Louis venía de esa dirección. Matthew empezó a andar hacia atrás.

- ¡oye\, no...! - Matthew notó el roce de la cortina en su repliegue antes de terminar arrinconado contra la fría pared de la ducha- ¡espera! -Lo siguiente que sintió fueron los labios de Louis sobre su boca.

-no...mm... -Matthew colocó sus manos en los hombros ajenos experimentando una corriente de energía estremecedora subirle por las piernas y acabar en su descendiente. Se convenció de que se debía a la temperatura del cuarto y presionó una mano en el pecho ajeno para distanciarse.

-para, estoy sudado- Era cierto que se sentía sucio. Además, le avergonzaba que Louis estuviera medio desnudo. En realidad, no lo estaba completamente, pero eso no contribuía a tranquilizarlo. Louis se detuvo, pero no se apartó. Luego bajó los ojos hasta su boca. Matthew intuyó sus intenciones y le cubrió los labios para impedir que continuara besándolo. Luego entornó los ojos con intención de amonestarlo. Sin embargo, Louis le lamió la mano y él la retiró por instinto -aagh... ¿Por qué hiciste...?

Louis lo acalló con otro beso sin dejarlo terminar, al tiempo que acomodaba una pierna entre las suyas. Si no fuera por la toalla y la ropa que llevaba puesta Matthew podría sentir más que algunos trozos de piel. Le avergonzaba ese pensamiento y más los estremecimientos involuntarios de su propio cuerpo.

-Louis... -dijo Matt en un instante en que se separaron sus labios, pero el aludido no lo escuchaba. Al siguiente lo besó de nuevo y otra vez -para...-en lugar de hacerle caso, el próximo beso fue más profundo y persistente.

Matthew cerró los ojos un segundo. Se sentía tan bien...que creía que podía dejarse llevar. Entonces pensó en la diferencia de sus besos. Sam lo hacía con afecto y suavidad, al contrario de los besos afanosos de Louis. La primera vez que se besaron Matt se había quedado en blanco. Lo había pensado desde aquel momento, pero no había querido reconocerlo: Louis era mejor besando que Sam.

“Sam” recordó Matthew abriendo levemente sus párpados. No podía dejar que eso llegara más lejos. Tampoco lo quería. Aunque su cuerpo parecía no estar de acuerdo con él.

Por su mente cruzó la imagen de Sam. Reflexionó en cómo había avanzado su relación en los últimos días y las cosas que sucedieron entre ellos. En su sonrisa y como esta menguaría hasta desaparecer de su rostro si no se controlaba a sí mismo y detenía lo que sucedía. No quería arruinarlo. Aunque no sabía aún qué eran.

No obstante, la lengua de Louis se sentía increíble. Había conseguido incluso que se excitara.

-por favor...-susurró Matt cuando su boca quedó libre. Louis se alejó un poco jadeando. Lo miró a los ojos por un par de segundos y más tarde le dio un beso rápido en los labios.

-Creí que ya ibas a detenerte- reclamó Matthew.

-era el último-dijo Louis con una sonrisa radiante- ahora sí te dejo -Y esta vez de verdad se marchó.

Matthew se quedó unos segundos con la espalda apoyada en la pared, la cara sonrojada y el corazón latiendo a mil pulsaciones por minuto. Se preguntó si con el agua podría borrar la sensación de los besos. Matthew frunció los labios. Probablemente no.

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