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Los orcos atacaban a diestras y siniestra, a la vez que el lobo, cortaba varios a la vez a una velocidad monstruosa. Por otro lado, la orca que se hallaba protegiendo a la bruja, se había alejado debido a los troles que lograron pasar el muro de orcos. Dejando a Lilith sola, observando la pelea, sentada sobre una roca.

En ese momento, uno con una apariencia inusual, le lanza un golpe a puño limpio a la bruja, quien ni se inmuta a esquivarlo. Puesto que, este se detiene antes de tocarle. Ella lo mira fijamente, observando los rasgos mutados que le quedaron de la transmutación.

-qué interesante. -dice inclinando su cabeza a un lado.

Este movimiento hace que la cabeza del orco de un giro completo. Y, sin embargo, seguía moviéndose. Así que con un movimiento de mano le rompe las muñecas para que soltara el tronco y luego las rodillas para que callera en el piso.

Levantándose de la roca, camina hacia el trol, quien se retorcía tratando de volver a la normalidad. Pero ella, tomando un pedazo de vara lo corta en dos.

Observando como su cuerpo se desintegraba en un instante, no le presta atención a lo que estaba ocurriendo a su alrededor. Dejando que los orcos y el lobo se encargaran de eliminar a los demás.

Una hora después, los troles se hallaban en cantidades pequeñas; sin embargo, seguían luchando, adaptándose a la pelea contra los orcos. Esto aburrió a la bruja, quien deshace el hechizo que mantenía el arco sobre el acantilado, lo que detiene a los troles. Muchos se convirtieron en roca con el mínimo roce de los rayos del sol, mientras que otro retrocedieron a las profundidades de las cuevas.

-nada mal. -manifiesta Lilith, con una muestra de tejido dentro de un frasco negro.

Guardando la muestra, camina por los alrededores de los restos petrificados, hacia las profundidades de los acantilados.

-a dónde piensas ir. -le manifiesta Jonathan malhumorado.

-aún necesito muestras. -le mira de reojo. -si quieren retirarse pueden hacerlo. Pero yo seguiré adelante.

Los orcos se miran uno al otro, y luego a Iván quien lideraba la cacería. Este mira a Jonathan quien sigue a la pequeña bruja.

-Finn. Llévate a los heridos, que tres guerreros te acompañe. Los demás sigamos

-sí. -dicen los orcos, siguiendo sus órdenes.

El acantilado se hallaba en un profundo silencio. Solo se podía escuchar el tarareo de la bruja, mientras caminaba tranquilamente por los restos de cadáveres que se iban amontonando con forme se adentraban a una enorme cueva.

-¡Vaya! -dice con diversión al sentir una presencia descomunal dentro de aquella oscura cueva. -¡Hola! -exclama asiendo eco dentro del lugar.

-se puede saber qué haces. -le pregunta el lobo tratando de ser paciente con el extraño comportamiento que la niña podía tener.

-aquí. -le mira con diversión. -hay uno muy grande y furioso.

-de que hablas. -dice la orca mirándole y luego la cueva con inquietud.

-puedo sentir un aura monstruosa. -comenta Iván, parándose detrás de la bruja. -Prepárense. Este será más problemático.

-ustedes encárguense del más grande. -le dice Lilith a Iván. Mira a Jonathan. - iremos por los más pequeños.

-iremos. -le mira confundido.

-sí. Ziel quiere divertirse un poco. Verdad.

-Pensé que nunca llegarían. -dice el zorro apareciendo sentado en una roca, frente a la cueva.

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