Capítulo 4

—¿Estás loca? ¿Tan poco valoras tu vida niña? —Esas palabras por alguna razón me dolieron, la verdad es que no me interesaba vivir, no quería una venganza como en la de las novelas que leía, tampoco tenía un verdadero propósito, si moría ahora quizá volvería a ver ese tentador amanecer con esa tranquilizante agua cristalina.

—Intenté ayudarlos, de todas formas valgo más muerta que viva.

—No digas algo así —¿Intentan matarme y ahora quieren subirme el ánimo? Que idiotez

—Yo- —Antes de que pudiera termínar la frase un ataque comenzó, era el momento, él estaba ahí. Muchas flechas cayeron de repente, pero las frené antes de que lastimen a alguien, dejando a todos impactados. ¿Por qué lo hice? ¿Por qué los salvé? Me preguntaba internamente. Los hombres de Klein comenzaron a rodear todo el lugar e intentar pasar la barrera que había construido con magia.

—¿Qué está pasando? —se preguntaban todos

—Los salvé, puedo usar magia, lamento que hayan sufrido tanto —El líder de los soldados me abrazó con fuerza.

—Eres tan valiente, lamento lo que intentamos, estábamos desesperados y dejamos todo nuestro honor por un par de monedas.

—Está bien, lo hicieron por sus famílias —Todos se acercaron a mi agradeciéndome y pidiéndome perdón, me explicaron que me habían juzgado mal por ser hija de ellos. Por otro lado, afuera de la barrera estaba Klein intentando entrar, se había enterado de los bandidos y creyó que eran los asesinos de su amigo, quien había sido enroscado hace unos días por la zona.

 Alessia salió de la barrera y quiso hablar con Klein para intentar apaciguar las cosas, pero en cuanto se acercó, él puso su espada en el cuello de la chica amenazando con matarla.

 No puedo negar que me dolió, pero no me conoce ¿De qué otra manera va a reaccionar? Lo entiendo completamente, al ver a Klein así de joven recordé el motivo de mi vuelta a la vida, lo que me podría impulsar a seguir... Él era mi único amigo y terminó muerto por vengarme, por mi culpa se creó un desastre en el mundo.

—Klein

—¿Cómo sabes mi nombre? —dijo él alerta, no puede ser, soy una idiota... ahora no sé cómo voy a ganarme su confianza otra vez.

—Escuche a uno de tus hombres llamarte así —Puse la primer excusa que se me ocurrió

—¿Me llamaron por mi nombre? —se preguntó él en voz baja, algunos de sus hombres que habían escuchado negaron, pero terminó creyendo en mis palabras ¿De qué otra forma lo sabría?

—¿Por qué buscas a estos hombres?

—Porque son asesinos

—No son asesinos ¿Qué dices?

—Te tenían colgada en un árbol, estabas a punto de morir ¿Cómo eso puede ser de "no asesinos"?

—Buen punto, pero me dejaron ir, no puedes matarlos porque crees que hicieron algo malo, deberías investigar antes.

—¿Por qué te dejaron ir? —cuestionó con curiosidad.

—Porque no hice nada malo.

—¿Y por qué te colgaron en primer lugar?

—Por mi familia —contesté sin más

—¿Son criminales?

—Me mandaron a matar, basta de preguntas. Lo que buscas no está aquí —Traté de persuadirlo y sorpresivamente me creyó, fue mucho más fácil de lo que creí.

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—Suerte con tus bandidos. —dijo Klein

—¿Ni siquiera vas a preguntar mi nombre? —Pregunté algo molesta, esperaba que al menos seamos amigos como antes, pero parece que al cambiar algunas cosas nuestra relación no va a ser igual.

—¿Por qué lo haría? Espero no volver a verte.

—Por educación

—Pss —dijo él en una risita

—Alessia

—¿Qué? —por alguna razón se veía confundido

—Mi nombre... soy Alessia —Contesté y me di la vuelta para irme

—Klein, espero que no tengamos que cruzarnos de esta forma otra vez Alessia

—Lo mismo digo Klein, suerte con todo lo que hagas —Y sin más nos separamos.

 Él se retiró con sus hombres y yo deshice la barrera que había puesto para proteger a los soldados, ahora debía pensar como ayudarlos con sus familias.

—¿Qué fue todo eso? —Pregunta el líder de aquellos soldados

—No le den mucha importancia, solo se equivocó y se fue, no se preocupen

—No hablo de eso ¿Eres portadora de magia oscura? —dijo él sorprendido mientras todos miraban expectantes esperando la respuesta. Claro, deben creer que soy un demonio y querrán matarme con justificación.

—Si... —respondí e instintivamente agaché un poco la mirada, yo no había pedido nacer "maldita" como tanto me dijeron en mi vida pasada, yo no lo elegí y sin embargo tengo que afrontar las consecuencias.

—Es increíble, nunca había visto tal cosa de cerca, hubieras sido de mucha ayuda en las batallas —¿Acaso lo ven como algo positivo?

—Ustedes... ¿No creen que estoy maldita? —Una chispa de felicidad se encendió en mi ¿No me veían como un monstruo?

—Claro que no, todo poder que sea usado para fines nobles es una bendición ¿Por qué lo consideraríamos una maldición?

—Ustedes son muy buenas personas, lamento que tengan que sufrir por culpa de mis padres, de verdad.

—No te culpes, ellos no tienen corazón, tú puedes ser distinta.

—Pero ¿Y sus familias? ¿No quieren matarme para reencontrarse con ellas?

—Nada nos asegura que sigan vivos, tal vez ya hayan muerto... Y Eres inocente, tu único pecado es haber nacido de personas tan malas y ni siquiera fue tu culpa. Por cierto, me llamo Walter

—Yo soy Alessia.

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Alessia decidió quedarse con esos soldados algún tiempo, estaba decidida a ayudarlos con lo de sus familias... por otro lado, con respecto a Klein, Alessia se encontraba reflexionando, bajo la luz de las estrellas, pensando en cómo iba a ser su vida ahora y que es lo que haría.

Llegó a la conclusión de que la mejor opción para su primer amor era dejarlo ir, recordaba cada sentimiento como si aun lo sintiera... Y es que si lo hacía, seguía enamorada de él. Por ese sentimiento profundo de cariño y el saber que él fue el único que genuinamente la quiso es que va a dejar que viva su vida sin ella... si no la conoce no va a iniciar una guerra innecesaria y no va a volver a morir.

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