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Carolina miró hacia atrás y vio a Liam corriendo hacia ella, estaba más guapo que nunca, es un moreno de 185cm de altura, con un cuerpo y rostro muy guapo, cabello negro cayendo sobre su frente y ojos marrones, salieron durante casi dos años, pero Debido a que Carolina no pudo entregarse a él, decidieron terminar la relación amistosamente, pero Liam todavía siente algo por Carolina.

Al acercarse a Carolina, Liam la abrazó fuertemente y luego le preguntó:

Liam – ¿Estás conmigo, mi pequeño? ¿Has resultado herido?

Mientras Liam hablaba, hizo girar a Carolina buscando lesiones, Carolina le dio una débil sonrisa y luego habló.

Carolina- Estaré bien, ya basta, sino terminaré cayéndome y luego tendré que golpearte.

Liam- Perdóname por eso, perdóname al menos esta vez.

Carolina- Bueno, ahora me tengo que ir, chau.

Mientras los dos hablaban, Ana y Ethan los miraban con miradas ilegibles, Ana tenía curiosidad y Ethan estaba celoso, luego de despedirse de Liam con un cálido abrazo, Carolina, Ana y Ethan se subieron al auto y se fueron.

Por alguna razón desconocida, Ethan estaba triste porque no lo presentaron como el novio de Carolina. En el auto se hizo un silencio espantoso, al rato Ana empezó a hablar con Carolina.

Ana- ¿Quién era ese Dios griego?

Carolina- Un exnovio, ahora solo somos amigos.

Carolina respondió inexpresivamente, mientras Ana sonreía y miraba a Ethan como si lo estuviera analizando y luego habló sin dudar:

Ana- Tienes suerte de conquistar hombres guapos, entre tu ex y el actual, si yo fuera tú definitivamente elegiría a tu ex, además de que es más lindo vi en sus ojos que todavía te ama.

En ese momento Carolina sintió ganas de coserle la boca a Ana, ay mujer por decir tonterías, Carolina no dijo nada, solo suspiró impotente mientras se frotaba las sienes doloridas, Ethan sintió ganas de tirar a Ana del auto con el vehículo aún en movimiento, él Miró mortalmente a Ana por el espejo retrovisor y preguntó:

Ethan: ¿Estás tratando de persuadir a mi novia para que me deje por su ex?

Ana permaneció en silencio por el resto del viaje, no le convenía ofender a un pez gordo como Ethan.

Unos minutos después llegaron al departamento de Ana, el lugar estaba un poco viejo, pero todo estaba muy limpio y organizado, Ethan se sentó en el sofá y esperó, Ana preparó un batido de plátano y se lo ofreció a Ethan, quien a su vez miró hacia el vaso con cara de disgusto y mintió deliberadamente.

Ethan: Gracias, pero soy alérgico a los plátanos y además no tengo hambre.

Ana sonrió levemente y fue a la habitación para ver si Carolina estaba lista, cuando abrió la puerta, Ana vio a su amiga con una cara muy antipática, resulta que a Carolina no le gustaba la ropa de Ana, porque era demasiado En resumen, después de todo ella iba a un hospital y no a una fiesta.

Ana entendió la reacción de su amiga y pronto habló.

Ana- Deja de ser idiota, te ves hermosa, ahora vamos, ya no soporto mirar la cara de asco de tu novio, ay, hombre asqueroso jajaja.

Las palabras de Ana hicieron reír a Carolina de la situación, Ana al igual que Carolina piensa que las revistas de chismes deberían ser demandadas, porque muestran a un Ethan que no existe, generoso, educado y feliz, Carolina dio un largo suspiro y pronto salió de la habitación. en compañía de Ana.

Al llegar a la sala, Ethan miró fijamente a Carolina y por un momento quiso besarla, esos shorts muy cortos dejaban ver sus gruesos muslos, su delicioso perfume, su cabello mojado, todo hacía que Ethan lo deseara.

Al ver la mirada penetrante de Ethan, Ana sonrió y luego habló en tono de broma.

Ana- Deja el coqueteo para otro momento.

Carolina no dijo nada, solo caminó hacia la salida, Ethan y Ana la siguieron y juntos se dirigieron al hospital. En el auto todos guardaron silencio y una vez más fue Ana quien rompió el ambiguo silencio que allí reinaba.

Ana- Carolina, ¿piensas trasladar el cuerpo de tu madre a Brasil?

Carolina- Esto es muy complicado, no conozco a nadie de la familia y no sé la dirección, además ella no quería regresar con vida, entonces ¿por qué lo haría ahora? Haré que incineren su cuerpo y llevaré sus cenizas a donde quiera que vaya.

Al hablar de Luiza, Carolina volvió a llorar, Ana la abrazó fuerte y así siguieron el resto del camino, siempre bajo la atenta mirada de Ethan.

Estando en el hospital, lugar que Ethan simplemente odia, dio un largo suspiro y se sentó en un rincón en algún lugar, Carolina y Ana fueron a ver el cuerpo de Luiza, sentada allí sola, Ethan comenzó a reflexionar sobre la situación de Carolina, “ella está sufriendo”. mucho, supongo que tendré que tratarla bien durante la vigencia del contrato”, pensó.

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