La vida sigue

-Por fin te encuentro, necesito hablar contigo.

-Martin no seas exagerado, estoy en la mansión dónde más podría estar.

-Que son todos estos postres, te comerás todo eso?

-😒 Solo viniste a criticarme, me gustan estos postres, en casa de mi padre no podía comerlos porque él decía que engordaría y así no podría conquistarte, quieres un poco.

-No, solo vine a decir que iré a la capital, el plan está en marcha.

-Iré contigo, si tienes éxito podemos divorciarnos de inmediato, o abrazaré mi destino 😮‍💨, afortunadamente tú no aceptaste hacer negocios con mi padre, puedes salvarte, Martin sé que te hice daño, no dudes en sacrificarme si es necesario, ante la sociedad somos una pareja enamorada pero eso no tiene nada que ver.

-Eres mi esposa debo protegerte.

-Hay que tierno, pero no es necesario, tengo un plan si todo sele mal, pero no te lo diré así si algo pasa honestamente podrás responder que no sabías nada de mis panes, entonces cuando nos vamos.

Martin sentía que la mujer que tenía en frente no era la misma, quien es en realidad, de aquella joven de academia no queda nada, en verdad ella tampoco lo amo, siempre fue así y solo mentía, no logra entender. Esta Isabela sabe vestir y dejo de lado sus vestidos esponjados, con olanes, su maquillaje es ligero que se ve mejor su rostro, sus modales se ven más refinados, incluso sabe hacer el trabajo del ducado, cuando llego él le dio todo el trabajo para hacerla sufrir, pero para su sorpresa pudo con todo y sin quejarse.

-Que tengo algo en la cara? Quieres pastel?

-No, tú siempre fuiste así? Me mentias cuando estabas en la academia.

-Bueno, **Haaak que le digo, 🤔 si le digo la verdad dirá que he enloquecido, rayos**

La verdad... Si te mentí, nunca te ame, no te amo y no te amaré, siempre fue mi padre, Martin estás cerca de la frontera en conflicto, mi padre necesita tus rutas para sus negocios, por eso insistía en ayudarte, pero tu tutor jamás lo permitió, ahora supongo que te sigue insistiendo con los negocios, tengo montañas de cartas donde me dice que me embarace y que vea la manera de convencerte. ** Por qué pone esa cara, le molestó, 😐 no creo que sintiera algo por ella, 😳 o si.**

-Bien, prepárate para salir mañana, alista tu carruaje

-Puedo ir a caballo, sé montar, el carruaje no me gusta, el camino está un poco... feo.😓

-Bien espero que sepas montar bien

-Claro que soy experta 😏 te puedo enseñar

-Que?

Martin todo rojo, solo recuerda esa noche que no ha podido olvidar.

-Que si sé, no te preocupes no me voy a caer.

Martin salió del jardín para ir a su despacho, pero un halcón con un mensaje aterrizó en dónde está Isabela, así que regreso pero ahí ya estaba su doncella

-Mi señora, es otro mensaje de su padre.

-No, el hijo de Raquel ya nació, me alegro por ella.

-Mi señora que hará cuando se divorcie.

-No sé, quizás buscar un lugar donde vivir, otro reino.

-Puede volver a casarse.

-Mmmm puede ser, la verdad no me preocupa mucho, si tuviera magia sería un poco más fácil, 😮‍💨 pero no tengo.

-También puede quedarse, que ustedes no se amen no significa que no puedan tener familia.

-🤨 No eso sí no, mejor nos vamos a otros reinos a conocer hombres guapos, el Emperador con ese cabello rojo es guapo, en Lennox también hay caballeros muy atractivos, no sé, pensaré en eso, ya que todo termine y conserve mi cabeza, la vida sigue y no quiero morir, soy muy joven 😭

Martin escucho su conversación y se dio cuenta de que ella decía la verdad sobre no amarlo, no quiere estar junto a él, está vez no cometerá el mismo error, así que le dará el divorcio, no la ama, pero no quiere que se quede solo por qué es una opción.

Solo se alegra de escuchar sobre Raquel, quisiera mandarle un mensaje, pero sabe que ni siquiera leería la carta, no hay necesidad de recordarle que por su culpa estuvo separada de Ernesto, lo mucho que sufrió así es mejor, Raquel será guardada en lo más profundo de su corazón.

El camino a la capital el solo ve a Isabela si sabe ser buena jinete, trato de ayudarle,, pero ella no lo dejaba, comía y era amable con los caballeros, solo no le gusta como la miran ella es una mujer muy bonita, al quedarse en una posada fue el problema, su gente supone que ellos dos se aman así que su cuarto fue para los dos, no hubo mucho problema ella solo sonrió y entro, Martin entro pero se quedó en la puerta.

-Ahí te quedarás, entra me bañaré y después tú

-No te da miedo que pueda aprovechar la situación.

-No, soy tu esposa, puedes hacerlo lo que quieras.

Martin solo abre los ojos por la sorpresa, ella entra al baño y él se quita su capa y parte de su ropa quedando en camisa y pantalón, el sonido del agua resuena en sus oídos y recuerda cada parte de ese cuerpo.

-Maldita sea, como puede gustarme.

Recostado en el sillón solo siente que gotas de agua le caen en el rostro, al abrir los ojos es Isabela, con el cabello mojado y una toalla envolviendo su cuerpo.

-Martin, no subieron mi maleta, pídela, no puedo salir así.

-Que, estás loca como sales así.

-Por eso te estoy hablando, o quiere que me asome por la puerta.

-Queee, no...

Martin va a la cama, toma la sábana y la envuelve para sentarla en la cama, en lo que él pide las maletas, Isabela solo ríe como él está todo rojo, le causa ternura.

-Pide solo una cena ligera.

-Sí.

-Después de un rato llega con la maleta de ambos.

-Porque no le pediste a alguien que te ayudará.

-Estás desnuda.

-Estoy hecha un taco en la cama, nadie verá nada

-Solo cámbiate, me bañaré.

Martin entra al baño todo nervioso, Isabela busca su ropa, pero la tentación es mucha que ella entra al baño, causando que Martin se sorprenda, él estaba por decir algo, pero ella suelta su toalla y lo besa, beso que él corresponde, sus manos rodean su cintura y solo la ve sin decir nada.

-Shhhh, no digas nada, sé cómo me ves me deseas tanto como yo a ti, solo por esta vez, deja que nuestros deseos se dejen llevar, sé que no me amas, pero tú me gustas.

-Isabela, eres hermosa, pero no quiero que pienses que...

-Solo es sex* no espero nada, ademas en este punto ya no creo que puedas detenerte o si.

Isabela sentía su hombría entre sus piernas, el solo la besa y la lleva a la cama, besa su cuello y poco a poco cada parte de su cuerpo, ella siente sus manos y cada vez se relaja más, ambos se pierden en la pasión, al día siguiente Martin se despierta temprano y alista todo para salir, ambos desayunan.

-Isabela lo que pasó.

-Es normal somos un matrimonio, Martin no te preocupes mira me tomé las pastillas, no es tiempo y tampoco es conveniente si nos vamos a divorciar.

-Tienes razón, date prisa debemos irnos.

Martin se levanta molesto, es evidente que a Isabela no le importa si se acuestan o no, pero el está generando sentimientos hacia ella. Al llegar a la capital, al ser un duque se hospeda en el palacio, está ocasión no es la excepción, para sus planes no puede actuar solo, por lo que tiene una cita con el Emperador donde el le cuenta todo, el emperador esta furioso, pero Martin le pide un favor personal.

-Martin debe tener un juicio.

-Majestad, si eso pasa mi esposa quedará involucrada, si ella me dió los documentos fue para que actuará solo, pero lo pensé varias veces, una vez actúe por impulso y eso no es correcto, majestad si usted hace eso por mi, sabe que le sere leal hasta que yo muera se lo juro.

-Martin se que ahora sí amas a tu esposa pero, si ella lo sabía...

-Si sabía, pero majestad es mujer, no tenía opción, por eso lo dijo hasta que estaba en el norte conmigo, si su padre se entera que estoy aqui es capaz de matarla, en los documentos vienen las fechas de entrega, si los tomamos por sorpresa podremos decir que murieron en el enfrentamiento.

-Martin me pones en una encrucijada, está bien armaremos un plan, pero para el día en que hagan su subasta, solo así podremos hacer lo que pides, traficar con personas está prohibido en el reino, serán condenados a muerte.

-Gracias majestad, le agradezco.

-Planea todo, manda a vigilar el edificio, en cuanto esté listo puedes actuar, el general irá contigo, Martin solo tienes una oportunidad, si la desaprovechas y escapa, tu esposa estará en peligro.

-No lo hará.

Así Martin preparo todo para atraparlos el día de la subasta, pone vigilancia por días, debe tener éxito, si bien el y Isabela actuaron mal, no quiere que ella muera, en este momento es su esposa y tienen el deber de protegerla, él llegó y todo estaba listo, todos estaban preparados la subasta había comenzado, él padre de isabela era el anfitrión de la subasta, él personalmente pasaba una por una a ls personas al escenario, había mujeres, hombres y niños, solo que al estar listos para en traer el padre de isabela se entero que estaban rodeados, quiso huir pero era demasiado tarde, Martin se dió cuenta que su empleado le dijo algo, asi que ordenó que entrarán.

-No intenté huir, por mandato del Emperador está condenado a muerte, en este reino es un delito que se vendan esclavos.

-No puedes, tengo derecho a un juic...

El padre de Isabela no continúa hablando, Martin lo atraviesa con la espada para que muera de un solo golpe.

-Esto lo haces por Isabela verdad, ella sabía todo lo de ser tu esposa lo planeo conmigo, crees que es buena, pero no lo es, es un lobo disfrazado de oveja, dile que ha hecho un buen trabajo.

Sus últimas palabras fueron esas, las personas fueron llevadas, a un lugar seguro, a los detenidos a los calabozos.

Todo parece estar en orden, solo que entre los detenidos falta una persona, Martin la busco y ordena que revisen bien toda la casa y los alrededores.

En el palacio donde se hospeda Isabela, ella entra a su cuarto para que una voz que ella odia le habla.

-Hola pequeña víbora, fuiste tu verdad, tú le has dicho a ese imbécil, ja no pensé que lo quisieras, pero no, no creo que sea eso, que es, que es, acaso piensas embarazarte y matarlo, te creo capaz de eso y más.

-Lárgate, tú no me conoces, dónde está Martin.

-Te preocupa, que harías si te digo que está muerto.

-No, estás mintiendo, no puede **O si, este maldito loco es capaz de matarme 😭 ayuda, alguien, a dónde se fueron todos**

-Vamos, ahora eres la hija de un traidor, nos iremos, tú serás mía

-🤢 Eres un maldito enfermo, soy tu hermana, como puedes sentir eso, me das asco, no voy a ir contigo, mejor mátame.

-No eres mi hermana, mi madre perdió a mi verdadera hermana cuando tenía dos años, ella enfermó y mi padre te trajo a ti para que consolaras el corazón de mi madre, mi verdadera hermana está enterrada con mi madre, tú eres hija de alguna prostituta barata, mi padre solo busco a una niña rubia con ojos azules.

-Pero que dices, de todos modos crecimos como hermanos no puedes, no quiero, tú no me gustas, es más Martin es mejor en la cama.

Isabela quería hacerlo enojar para que la dejara en paz o para que ahí mismo la matara.

-Jaja quieras o no vas a ir conmigo, ese imbécil jamás podrá encontrarte, serás mía hasta que te mueras o hasta que me canse de ti.

Isabela ya no supo de si, se desmayo, sabe que es su fin, ese hombre no solo es un enfermero, es un sádico, en los recuerdos de su cuerpo, a él le gusta tortura y matar a los que caen en sus manos, solo se pregunta si el dijo la verdad, a pesar de todo no quiere que Martin muera, él ha sido una víctima en esta historia.

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