Una luz de esperanza

Después de un mes Raquel sigue esperando noticias, su esperanza no morirá jamás, si él está muerto le costará seguir con su vida pero en este momento no lo piensa aceptar.

El duque está frustrado porque él pensaba que Raquel buscaría refugio en él, pero solo se alejó más, al estar ella en el campamento no puede verla seguido ella le pidió que no fuera a verla por qué no quiere chismes, él sigue siendo un hombre comprometido.

En la capital donde está el cuartel de caballeros, un joven con aspecto desordenado llega, ha pasado un mes en el bosque, unos leñadores lo encontraron, lo malo es que tenía un golpe en la cabeza, cuando despertó ellos lo ayudaron a llegar a la capital, está más cerca que regresarlo al campamento en el norte.

-Pero caballero, por qué tiene el uniforme así de dañado.

-Quiero hablar con el general a cargo, soy el capitán Ernesto, sufrí un accidente, me ayudaron a venir aquí.

-Capitán, pase por favor, debe asearse y lo llevaré con el general del cuartel

Ernesto siente una opresión en el pecho siente que olvidó algo importante, pero no sabe que es, solo se alista para ver al general a cargo.

-Así que es usted el capitán Ernesto, en el norte lo buscaron durante semanas, lo dan por muerto, lamento decirle que durante e enfrentamiento usted y varios salieron heridos, él generan Maldonado ha muerto por sus heridas y en esta lista puede ver las bajás, preguntaron por su familia, pero en los registros no hay nada.

-Si, no soy de aquí, dice que el general murió, ya fue su entierro.

-Si hace dos semanas.

-Capitan, está usted bien.

-No, no tengo recuerdos de todo el tiempo que pase en el norte, lo último que recuerdo es llegar ahí pero no sé que pasó.

-Lo lamento,su registro dice que solo estaba en entrenamiento,el general no puso más datos, lo que es extraño.

-General podrá tramitar mi baja, debo regresar a Dark, mi familia me espera.

-Si, aunque aquí dice que murió, si decide hacerlo así puede irse, pero si reporto que está vivo deberá quedarse a rendir un informe 🫤

-No, déjelo así, a parte del general no hay nadie que me importe, los amigos cercanos están en esa lista, no me queda nadie.

-Está bien entonces puede marcharse, suerte capitán.

Así sin saberlo, Ernesto deja atrás a alguien importante, alguien que lo sigue esperando y no dejará de esperarlo nunca, pero el no recuerda nada, solo en su chaqueta lleva una caja pequeña son dos argollas pero no sabe por qué las tiene asi que las pone en la maleta de su caballo y sale a todo galope, en el camino escribe una carta para avisar de su regreso.

Mientras en el norte Raquel regresa a su casa, el Emperador le puso un ultimátum al reino vecino, de seguir creando conflicto no le quedará más remedio que atacar, le recuerda que no está solo, Altair, Lennox y Orión lo respaldan.

El emperador le ordena al Duque quedarse para organizar todo, no muy contento acepta, ya que Raquel sigue sin aceptar la muerte de Ernesto.

Raquel en su casa solo entra a su habitación, pero todo le recuerda a el, su ropa sigue ahí, su aroma.

Ana la ve triste, pero no puede hacer nada, solo apoyará a su señorita.

-Mi señora, cuando ustedes se fueron llegó está carta es para el capitán.

-Debe ser de su familia, pero no sé cómo llamar al ave, Ernesto llevaba el silbato con él, sin eso el ave no tomará la carta, no tengo manera de avisarle a su familia, pero en el cuartel de la capital se encargarán.

Ana la deja sola y Raquel Lee la carta, sabe que es del hermano de Ernesto

*** Hermano soy papá, quisiera que estuvieras aquí, no sabes que susto me dio tu cuñada, fueron tres bebés puedes creerlo, en casa es un caos, quiero que vengas lo más pronto posible, debes conocerlos***

-Amor se van a preocupar cuando no contestes, dónde estás, dime qué estás bien, 😭😭

Ana no sabe cómo consolarla, Raquel dejo de ir al trabajo, no sale de su cuarto y siempre está durmiendo tiene que despertarla para comer y ella vuelve a dormir, hoy trata de que salga al jardín y ella lo hace, está tomando té cuando tocan a la puerta.

-Mi señorita un caballero la busca

-Quien es.

-Disculpe señorita, soy Fabián, conocí al capitán y en algunas ocasiones los vi juntos, lo siento mucho, yo he venido porque quería decirle que lo siento, sé que ustedes eran amigos.

-Gracias es usted muy amable.

-Mi señora, vamos de regreso a la capital solo pase rápido, por qué hay algo que debo decirle, pero es delicado, soy un simple caballero plebeyo, así que lo que le diré es para su protección.

-Que? pero que es, que sucede?

-Mi señora el informe dice que el capitán estaba herido y que por eso él soltó la mano del duque, pero yo le juro que al entrar al agua él no llevaba ninguna herida, al contrario, cargaba a un compañero, yo me distraje por qué traía al general y corrí para qué lo curarán, cuando no vi a Ernesto lo busque y solo vi como la corriente lo arrastraba, no pude hacer nada.

-El Duque era quien sostenía su mano

-Si, pero cuando llegue ahí, el duque solo dijo que él estaba herido y que Ernesto había soltado su mano, mi señora he visto como la mira el duque, tenga cuidado con él, no pude contradecir su informe no tengo el poder suficiente, solo cuídese, está es mi dirección en la capital si necesita algo no dude en decirme, el capitán siempre fue bueno conmigo.

-Gracias caballero Fabián, le agradezco que me haya contado todo.

Raquel no podía creer lo que el caballero decía, pero no tenía motivos para mentir, pero el duque si tenía motivos.

-Ana, baje la guardia ante Martin, jamás pensé que fuera tan cobarde.

-Mi señora eso es muy serio, que aremos

-Yo, no sé quizás te ne mos... Que...

Raquel caía al piso frente a los ojos sorprendidos de Ana, quien se apresuró a levantar su cabeza, no sabía que hacer solo tratar de despertarla, fue a la cocina por algo de agua y trató de hablarle.

Raquel poco a poco recuperó la conciencia, Ana estaba aliviada, la ayudo a subir a su cuarto la acostó y le subió un té.

-Señorita me dio un buen susto.

-Fue la impresión, ya estoy bien

-Tampoco ha comido bien lleva ya un mes en cama, la próxima semana serán dos meses de lo del joven, debemos planear que hacer.

-Qué has dicho?

-De los planes.

-No, del tiempo, Haak maldición no me di cuenta, no puede ser, vamos debemos salir, vamos al pueblo.

-Que, pero por qué, espéreme señorita, no corra explíqueme

-No he tenido mi periodo, Ana no me di cuenta, pero no he sangrado, crees que sea posible.

-Pues el té no siempre iba a funcionar.

-Pero también me tomaba las pastillas

-Si, pero la última vez solo tomo té 😅, fue cuando ambos se fueron.

-Rayos.

Raquel entra a ver al doctor en el pueblo, le da la mejor noticia que pudo haber escuchado, una mezcla de emociones en su corazón, tristeza por qué el amor de su vida no está ahí para saberlo y feliz por qué si paso lo inevitable, Ernesto le dejo algo para que ella jamás lo olvide.

-Ana soy feliz, feliz.

-Prepare todo nos vamos a la capital, no puedo quedarme aquí.

-Pero mi señora, a dónde iremos.

-Nos vamos a Dark, no sé dónde buscarlos, pero Ernesto dijo que viviríamos en él Ducado Alvarado, será difícil, pero quizás encontremos a la familia de Ernesto, tengo dinero suficiente para criar a mi hijo no es necesario que me den nada, solo quiero que su familia sepa de mi hijo.

-Señorita es un viaje largo.

-Si, pero viajaremos despacio, además con lo de Martin no es seguro estar aquí, su obsesión llegó demasiado lejos, si sabe que estoy embarazada es capaz de atentar contra mi hijo.

Afortunadamente, para Raquel, el duque le había retirado a su guardia, sin Ernesto el piensa que Raquel poco a poco lo olvidará, él ahorita tiene mucho trabajo, pero se concentra en romper su compromiso.

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