capítulo 2 Un nuevo país y un nuevo trabajo

Emiliano por fin había llegó a su destino, era lógico que se sintiera tan pequeño y fuera de lugar en aquella ciudad, llena de ruidos, sirenas de patrullas, ambulancias, claxon de autos tocando, según había investigado en la internet cerca de la academia más o menos una hora, encontró unos lindos departamentos en renta, tenía dinero ahorrado en su cuenta, que no sería difícil pagar algo adelantado en lo que recibía su primer pago, él sabía que tenía que empezar desde abajo para formarse como un buen policía y lo que él más quería era causar una buena impresión, pero todo a su tiempo, primero lo primero pensó él, tomo un taxi y le dio la dirección de los departamentos, llegaron a la dirección le pago al taxista y se dirigió a recepción, se presentó con la dueña una señora de aproximadamente según él, de 60 años, blanca, ojos grises y un cabello rubio con canas, chino y corto, de joven estoy seguro era muy hermosa pensó, además que por un momento creyó sería muy difícil encontrar lugar para vivir, que gran sorpresa se llevó pues no fue nada difícil, la dueña que tiene por nombre Jennifer, le mostró el mejor departamento que tenía, era uno de la plata baja con dos recámaras, sala comedor, su respectivo baño y su área de lavado ya tenía la lavadora incluida, lo cual fue una gran ventaja, pero con ese detalle costaba más, no le importo pagarlo, así que dio el depósito más dos cuentas corrientes.

—Ojalá todos los inquilinos fueran como usted joven Emiliano,, pero no tenemos siempre esa suerte, río delicadamente.

—Mis padres me ensañaron a ser responsable señora Jennifer, y como no se me pagarán, prefiero adelantarme antes de que se me termine el dinero.

—Entonces tiene una buena educación joven, sabe tengo un pequeño refrigerador que si usted gusta se lo puedo pasar.

—¡De verdad!, no sabe usted la gran ayuda que me hace, así ya no compraría comida preparada, dígame cuánto sería de dinero, dijo aquello mientras sacaba su billetera nuevamente.

—Esto es cortesía de la casa por pagar por adelantado, claro está que tendrá que ir por el pues comprenderá que yo no puedo, se rio Jennifer marcándose más sus arrugas en su rostro.

Emiliano también tío por su hermoso rostro de la señora que irradiaba amabilidad y alegría, le dijo que encantado iría por el refrigerador, cuando entro a la casa de Jennifer, noto que estaba muy descuidada, se escuchaba una gotera en el lavabo, y olía un poco a gas, lo cual no pudo evitar preguntarle si estaba sola.

—Perdone mi atrevimiento señora Jennifer, pero está usted sola.

—Lamentablemente, me encuentro sola hace un año murió mi amado esposo y hay veces que no te lo ganas ni de levantarme, el semblante de Jennifer cambio a uno de mucha tristeza.

—Lamento mucho su perdida, sus hijos no la vienen a ver, frunció el ceño molesto pensando que tenía unos hijos muy desconsiderados.

—No tuvimos hijos joven, mi marido no podía tenerlos y yo no fui capaz de dejarlo solo por el simple hecho de no tener descendencia, y aquí estoy… sin mi querido Richard.

Emiliano le dio un fuerte abrazo, sin siquiera conocerla, pero ver su expresión en su rostro le causó tristeza, le dio un beso en la frente, se quitó su chaqueta y procedió a arreglarme la fuga de agua, le pido las herramientas y procedió a arreglarla, una vez que término de eso, se fue a la fuga de gas, le arreglo lo que necesitaba, movió el refrigerador a su departamento, y se despidió amablemente de Jennifer.

—Señora Jennifer cualquier cosa que necesite puede buscarme o llámeme a este número, le extendió un papel con su nombre y número de celular, — y yo vendré a ayudarle, solo aquí entre nos, cuando esté en servicio are lo posible por llegar lo as rápido que pueda.

La señora Jennifer asistió muy animada por la llegada de ese ángel pensó ella, Emiliano salió de allí para instalarse en su nuevo departamento con la lavadora y el refri, necesitaba comprarse una cama, ropero y algunas otras cosas, por lo mientras sacaría de su maleta la ropa conforme la usara, lo bueno del departamento es que tenía agua caliente siempre que la necesitará, se metió a bañar estaba cansado, cuando termino de darse un baño, marco a Rumanía y mientras sonaba el teléfono tocaron el timbre, él se asomó por la mirilla y vio que era la señora Jennifer, le abrió la invitó a pasar.

—Emi, dijo Jennifer, — te traje esto de cenar y… dejo de hablar.

Emiliano le hizo una seña junta do sus dedos pidiéndole un momento y comenzó a hablar en rumano.

—Tata sunt eu, am ajuns cu bine, toata lumea e bine acolo… (Papá soy yo, llegue con bien, todos están bien por allá…)

—Que gusto le da saber que llegaste con bien, ¿Ya has encontrado un lugar donde vivir o estás en un hotel?, pregunto Dragos.

—Am găsit un loc excelent și ce să spun despre proprietar și proprietară, (He encontrado un excelente lugar, y que decir de la dueña y casera).

Emiliano siguió platicando con sus padres y con Velkan, su pequeña no quiso hablar con él y la entendía, probablemente el hubiese hecho lo mismo que ella, se despidió y atendió a Jennifer, ella había traído un ropero con comida, y también le comento que tenía un colchón de sobra y una cajonera que pudiera servirle en lo que se compraba sus muebles, el acepto gustoso y le pidió que aceptara el dinero que le daba, ella no quería aceptarlo pero al final pensó que era lo correcto tomarlo, él fue por el colchón y la cajonera y unas sábanas que le regaló Jenny se despidió de ella, puso su alarma y se fue a dormir.

La alarma sonó exactamente a las 6 de la mañana, se metió a bañar con agua fría, para despertarse y tener más energías, se cambió vistiéndose con un pantalón de mezclilla y una playera negra, sus botas del mismo color, tomo su maleta y se dirigió a su nuevo trabajo.

Una vez que llegó a la dirección correcta, se presentó con la recepcionista y fácilmente le dieron informes de adonde seguir, él tenía el don de gentes, a cualquiera que le preguntará o le dijera algo siempre le tenían confianza, pidió informes en donde se tenía que presentar, se dirigió al lugar correspondiente caminando por los largos pasillos se encontró con dos compañeros más, estaba consiente que comenzarían como patrulleros para ir subiendo hasta convertirse en un buen detective, o lo que él decidiera, así que se presentó con sus compañeros uno de ellos es Steven y Amy, una vez presentados los tres esperaron a que llegara su nuevo jefe y recibir indicaciones, ellos se tenían encontraban ya en una oficina grande de grandes cristales como paredes, había muchas bancas como si fueran a la escuela, enfrente de ellos estaba un pizarrón blanco con un atril de madera, los tres se miraron confundidos porque se encontraban solos, poco a poco fueron llegando más y más compañeros, después de un rato más llegó el oficial de capacitación, se presentó con los nuevos muy amablemente menos con Emiliano.

—Sean bienvenidos los nuevos integrantes de nuestro honorable cuerpo de policías incluso observen, dijo de forma irónica, — nos llegó un niño bonito y refinado.

Emiliano no supo que decir, nunca le había pasado algo semejante, el jefe que se presentó con el nombre de Charlie, hombre de color de unos 48 años, serio o bueno eso es lo que trataba de aparentar, si físico era robusto, pero no gordo les asignó su patrulla, su uniforme y una vez que se les explicó que tenían que acatar bien las órdenes, salieron a patrullar las calles, el hombre que le asignaron a Emiliano tiene por nombre Frederick, un hombre es de color, alto, amable y delgado, se presentaron he inmediatamente hicieron clic, tomaron sus armas y caminaron rumbo a su patrulla, Emiliano se sentía como pez en el agua, consternado por el oficial de capacitación, en ese momento no pensaba en nada más, lo que no contaba es que su vida cambiaría por completo tanto en lo familiar, laboral y personal.

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