Disculpas poco sinceras.

Valentina paso una excelente noche, había dormido tranquila, toda la noche, al despertar ya eran las siete de la mañana.

_ Hoy he dormido bastante.- se dijo así misma.

En ese momento la puerta fue tocada.

_ Pase.- contesto ella.

Buenos días, hija.- dijo Fernando al entrar. Como pasaste la noche.

_ Buenos días, padre, muy bien y tú, que tal tu noche.- le dijo ella sentándose en la cama.

_ Muy bien, quieres bajar a desayunar o quieres que te suba el desayuno.

_ Hoy hace un buen día, sería genial desayunar en el jardín.- dijo ella con una sonría.

_ Entonces, bajemos, el desayuno ya está listo.

Fernando se acercó a ella y la alzo en sus brazos para luego dejarla en su silla.

…

Valentina.

Había descansado muy bien, tanto que desperté más tarde de lo normal, papá llego por mí para bajar a desayunar.

En el jardín ya se encontraba las dos víboras, ellas al verme sonrieron como si hubiesen visto a su persona favorita.

_ Buenos días, bellas damas.- las saludo mi padre.

_ Buenos días.- contestaron ellas con una sonrisa radiante en su rostro.

Algo me decía que estaban tramando algo.

_ Buenos días, Sara, señora Carmina, que tal su noche.- les dije yo.

_ Muy bien linda, descanse como nunca.- me contesto la señora Carmina.

_ Yo también dormí, muy bien y tú que tal tu noche hermana.- dijo Sara.

Definitivamente, algo estaban tramando, y para descubrirlo debía seguirles la corriente.

_ Muy bien, gracias por preguntar hermana.- le contesté.

Mi padre sonrió, al parecer el ver que supuestamente nos llevábamos bien le alegraba.

_ Es bueno que mis dos hijas se lleven bien, eso me tranquiliza.- dijo él.

_ Somos una familia, la unión debe estar por encima de todo.- agrego la señora Carmina.

_ Tiene razón, señora Carmina, ahora somos una familia, y solo nos tenemos los unos a los otros.- dije con una sonrisa fingida.

Sara y su madre sé miraron, era como si se estuvieran comunicando entre ella.

_ Bueno desayunes, hoy será un día para pasarlo en familia.- dijo mi padre.

_ Hoy no trabajarás padre.- pregunto Sara.

_ No, hoy estaré con ustedes, así que desayunes y planeemos que haremos hoy.

Entre risa y una buena conversación desayunamos, cualquiera que nos viera aseguraría que éramos una hermosa familia. Al terminar, cada quien subió a su respectiva habitación a asearse y alistarse para el día en familia.

Yo estaba enfrente del tocador peinando mi cabellera, cuando la puerta fue tocada.

_ Pase.- dije.

La puerta se abrió y vi la cara de Sara asomarse, no sabía con qué intenciones venía, pero debía hacerle frente.

_ Disculpa Valentina, me puedes regalar unos minutos.- dijo.

_ Claro, sigue.- le dije.

Ella entró, con aparente nerviosismo, cuando estuvo cerca de mí empezó a jugar con sus dedos.

_ ¿Que pasa? - pregunte.

_ Es que no sé por donde empezar.- dijo.

_ Pues por el principio, si estás aquí es porque quieres decir algo, así que habla con toda tranquilidad.- dije y ella suspiró.

_ Valentina, la verdad es que yo quero disculparme contigo, sé que mi comportamiento inmaduro te ha hecho hacerte sentir incómoda, estuve mal y quiero remediarlo.- dijo.

Ella parecía sincera, pero la verdad es que no me puedo fiar, he leído mucho y si algo he aprendido es que ni toda la confianza y ni toda la desconfianza. Además, es sospechosa ese repentino arrepentimiento.

_ Agradezco que hagas esto Sara, la verdad es que nunca tuve intención de hacerte sentir mal, esta es mi casa y ahora es la tuya, hay espacio para todos, así que no tienes por qué sentirte amenazada con mi presencia.- le dije.

Ella me miro con Cara de cordero a medio morir, o era buena actuando, de verdad era sincera.

Lo sé Valentina, pero la verdad es que sentí envidia al ver como era tu relación con papá. Mi sueño siempre fue tener un padre, y gracias al cielo papá llego a mi vida, él ha sido bueno y cariñoso conmigo y deseo que siempre sea así.- de sus ojos broto una lágrima. por eso me he comportado de esa manera.

Sus palabras me tocaron, pues lo mismo sentí yo cuando la vi cerca de su madre, en ese momento yo desee mucho que mi madre estuviera a mi lado.

_ Sara entiendo a la perfección como te siente, pues yo me sentí de la misma manera cuando te vi con tu madre, así que dejémoslo pasar.- dije.

Ella sonrió llena de felicidad.

_ No sabes lo feliz que me hace, escucharte decir eso, te prometo que te respetaré y siempre estaré para lo que necesites.- dijo.

Yo haré lo mismo.- le contesté. Ahora ve y termina de alistarte.

Ella asintió con una sonrisa y camino hacia la puerta, yo me giré para seguir mirándome al espejo y fue justo hay, cuando la vi hacer una mueca como de fastidio en su cara, en ese momento supe, que todo lo que acabamos de hablar no era más que una simple mentira.

Ella pretendía hacerme bajar la guardia, con que sin, no lo sabía, pero lo cierto era, que ahora debía estar más alerta y descubrir cuál eran sus planes.

…

Valentina término de alistarse y bajo a la sala en donde ya la esperaban, los cuatro integrantes de la familia salieron de casa y subieron a uno de los lujos coche.

_ A donde iremos papá.- preguntó Valentina.

_ Iremos al club, ahí pasaremos un día muy relajante.- le contesto Fernando.

_ Qué delicia, la verdad es que nos lo merecemos, esta semana va a hacer muy dura, sobre todo para ti Valentina, puesto que llegaran los resultados de tu examen de ingreso a la universidad.- dijo Carmina.

_ Es cierto.- agrego Sara.

_ Lo había olvidado, qué nervios.- contesto Valentina.

_ Todo saldrá bien, hija, por hoy no pensemos en nada, solo en nosotros.- le dijo Fernando.

Fernando condujo por unos minutos más y llegaron al club en donde fueron recibidos con una copa de vino.

_ Bienvenido.- dijo el anfitrión.

_ Gracias.- contestaron todos.

_ Sigan, ya está todo listo para su estadía.- agrego en hombre.

_ Muy bien, por favor lleva a mi hija al lugar en donde será entendida.- lepidio Fernando a uno del guía del lugar.

_ Muy bien, señor, sígame señorita.- dijo el hombre.

Valentina lo siguió, hasta una habitación muy elegante en donde, había una cama, y sobre ella ropa y un vestido de baño.

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