Enojo.

Valentina admiraba la habitación de su madre, todo seguía igual, e incluso la ropa de su madre seguía en su lugar, sus perfumes, sus joyas, nada había sido movido, para ella fue recordar esas mañana en las que entraba a la habitación con su pequeño hermano a levantar a sus papás, luego se quedaban abrazados.

_ Te extraño mamá.- dijo mientras sujetaba un portarretrato en donde su madre lucia su hermoso vestido de novia.

_ Se puede saber qué haces aquí, está prohibido ingresar a esta habitación.- dijo Sara al verla entrar.

_ Quizás para ustedes, pero para mí no.- le contesto Valentina mientras dejaba el portarretrato en su lugar.

_ Papá, se molestará.- volvo hablar Sara.

_ No tienes que preocuparte Sara, yo ocupare esta habitación, mientras la mía es terminada.- Valentina acerco su silla de ruedas a la ventana.

_ Quien dio la orden, mamá no ha dicho nada.- siguió la chica.

_ Esto es algo que a tu madre no le compete.- Valentina habla sin dejarme de mirar por la ventana.

_ Ella es la señora de esta casa, así que todo le compete a ella.- grito llena de enojo Sara.

No hay necesidad de que grites.- dijo Valentina mientras giraba la silla. Tu madre es la esposa de mi padre, nada más.

Sara apretó los puños, ella había querido ocupar esa habitación desde el principio, ya que era la mejor ubica y la más grande, además contaba con una vista espectacular, pero por más que ella y su madre le rogaron a Fernando, no les fue permitido entrar, y el que ahora Valentina lo hiciera le hervía la sangre.

_ Hablaré con mamá.- dijo Sara, pero en ese momento llego Carmina.

_ Se puede saber que es lo que pasa, que hacen ustedes dos aquí.- dijo ella.

_ Yo entre porque vi la puerta abierta.- se defendió Sara.

_ Y tú.- dijo Carmina referendo a Valentina.

_ Porque quise.- respondió sin darle importancia a la actitud de Carmina.

_ Pues es mejor que salgas a Fernando, no le gusta que ingresen aquí.- Carmina se acercó a la silla de Valentina con intención de sacarla.

_ Yo le dije madre, pero ella se negó.- agrego Sara.

Carmina empujó la silla de valentina a la salida de la habitación, pero en ese momento William llego con el equipaje de valentina.

_ Buenos días, señorita Valentina, señora Carmina, señorita Sara.- saludo William, dejando las maletas en el piso.

_ Buenos días, William, dime que haces aquí tan temprano.- preguntó Carmina soltando la silla de Valentina.

He venido a organizar la habitación de la señorita Valentina.- respondió él. Señorita Valentina donde dejo su equipaje.- se dirigió William a Valentina.

_ En la cama, yo me encargaré de desempacar.- respondió Valentina.

Carmina miró a su hija, sin poder creer lo que había escuchado, así que era verdad lo que Valentina decía, pensó Sara.

_ Quien autorizo esto.- pregunto Sara.

William iba a responder, pero Valentina se adelantó.

_ Yo di la orden.- dijo Valentina.

_ Fernando se enojará, es mejor que salgamos de aquí, William toma ese equipaje y devuelvo a la habitación.- ordeno Carmina.

_ Mamá tiene razón, si papá se entera de esto, estarás en problema.- hablo Sara.

No tiene nada de que preocuparse, papá ya lo sabe.- dijo Valentina. Ahora, si me disculpan, quiero estar sola.- finalizo Valentina.

Carmina miró a William y este asintió, dándole a entender que era verdad lo que Valentina decía, haciendo que su enojo incrementara.

_ Bueno, señorita, la dejamos, los arreglo en su habitación iniciaron, si necesita cualquier cosa, no dude en avisarme.- dijo William.

_ Muchas gracias William.- le agradeció Valentina.

Carmina y Sara lo siguieron a fuera de la habitación.

_ Es cierto que papá autorizo que ocupara esa habitación.- pregunto Sara a William.

_ Sí, señorita, es más, fue él, quien le sugirió, que la ocupará.- les contó William.

_ No fui informada.- dijo Carmina con indignación.

_ Lo siento, señora.- dijo William.

_ No te preocupes, puedes irte.- le dijo Carmina.

Después de despedirse de él se fueron a la habitación de Carmina en donde está grito llena de enojo.

_ Maldita seas Valentina.- grito Carmina.

_ Mamá, que haremos, estamos perdiendo toda autoridad en esta casa.- dijo Sara con enojo.

Lo sé.- Carmina Caminaba de un lado a otro, pensando en una manera de sacar a Valentina del camino. Tenemos que hacer que Fernando se decepcione de ella.

_ Pero como, si se nota que la adora.- dijo Sara.

_ Eso ya lo sé Sara, pero debe haber algo que podamos hacer.- le respondió Carmina a su hija.

Carmina y Sara no salieron por largo rato de la habitación, ellas estaban pensando en una manera de conseguir que Valentina saliera de su camino.

…

Valentina.

Las cosas eran aparentemente tranquilas en casa, pero sabía que entre tanta tranquilidad se escondía algo, en las pocas horas que llevo en casa he notado muchas cosas y actitudes de la señora Carmina, y con eso pude saber como es realmente.

Así que la imagen de mujer amable y buena, desaparecía con el pasar de las horas, después que ella y su hija salieran de la habitación de mi madre, William volvió, para hablar conmigo. Él me comento que tanto la señora Carmina como Sara, le habían pedido a mi padre, en numerables veces, que les diera la habitación, pero mi padre se había negado firmemente, con eso entendí el porqué les había molesta verme en la habitación.

También entendí que el dinero es lo único lo que les importa, pero si tan solo supieran que todo esto le pertenece a mi madre, y que en realidad mi padre no es dueño de nada, solo está cuidando lo que mi madre me dejo.

El pensar en su rostro al enterarse me causo risa. Pero bueno, no pensaré más en eso y me centraré en mi examen de admisión de la universidad, así que después de organizar mis cosas, me puse a estudiar, tenía solo una semana, así que debía aprovechar el tiempo. Así paso una semana, en la que tenía uno que otro encuentro como amistoso con Sara, se nota que se esfuerza para hacerme sentir mal.

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