Resignación.

Javier.

Me sentía desesperado, pues sabia que mi padre no cambiaria de parecer, pues cuatro años atrás tampoco lo había hecho.

Les cuento hace ocho años me gradué de la preparatoria, mi idea al graduarme era disfrutar de mi vida, no quería estudiar una carrera, quizás piensen que era el pensamiento, pues solo tenía dieciséis. Así que tome la decisión de recorrer el mundo, pero papá me lo negó, por suerte para mí el abuelo, padre de mi padre, intervino y conseguí salir de viaje. Por cuatro años recorrí el mundo, disfrutando del paisaje y la gastronomía, pero sobre todo de las mujeres. Al cumplir los veinte tuve que volver porque el abuelo, enfermo y al poco tiempo murió.

Él era el único que me apoyaba en mis ideas locas, así que al el morir, perdí a mi protector, por eso después de tanto protestar y pelear, tú ve que aceptar estudiar la carrera que papá había elegido para mí.

Lo bueno fue que pude convencerlo con ayuda de mamá que me dejara hacerlo en Houston, pero como ven metí la pata y ahora debo corregirlo.

_ Te pasas Javier, que estaba pensando al hacer algo como esto, pareces un gigoló.- se burló Dante.

_ Tú cállate, no vez en el problema que estoy.- le dije dejando que mi cuerpo se escurriera por la silla.

_ Pues, hermanito, tú te lo buscaste, está difícil conseguir el perdón de mamá, pero sobre todo el de papá- agrego Jaime.

_Eso ya lo sé.- dije irritado.-_ Más bien díganme que hago\, papá de verdad se ve enojado y mamá ni se diga.

_ Pues lo que único que veo que puedes hacer, es hacer lo que él dice, estudia para tu examen de admisión a la universidad.- hablo Dante.

De verdad eso era lo único que podía hacer, maldita sea, no me quedaba de otra.

_ Bien, me prepararé para esa prueba.- dije resignado.

_ Suerte con eso, hermanito.- dijo Jaime.

_ Si hermano, esfuérzate, nosotros nos vamos, tenemos una junta al medio día.- ellos se levantaron y salieron del comedor, dejándome a mí con mi problema.

…

Javier sé quedo un rato más en el comedor, meditando sobre el problema en el que se encontraba, él odiaba tener que dejar su vida en Houston, pero sabía que el de no hacerlo, las consecuencias serían serias, así que no tenía más que hacer lo que su padre le ordenaba. Con eso en mente se levantó y subió a su habitación, aquella que llevaba más de tres años cerrada.

_ Todo sigue igual- se dijo a sí mismo.

Con la mirada recorrió el lugar, luego se acercó a la cama y se dejó caer en ella, la verdad era que estaba agotado.

_ En que momento todo se complicó.- dijo mirando al techo.

Así mismo se quedó dormido, al medio fue despertado por los golpes a la puerta.

_ ¿Quién?. - pregunto desde la cama.

_ Joven, el almuerzo está servido, sus padres lo esperan.- le informo una empleada.

_ Gracias, en un momento bajo.- contesto este.

Javier se levantó con pocas ganas, normalmente dormía hasta pasado el medio día, así que ahora el tener que estar bajando a comer en familia, le molestaba. Después de tomar un rápido baño, bajo al comedor, su padre y su madre tenían una expresión sombría.

_ Buenas tardes.- sañudo él.

_ Buenas tardes.- contestaron Diana y Alonso.

Los tres comenzaron a comer, Javier se sentía nervioso, pues la presencia de su padre era imponente.

_ Que has pensado sobre lo que hablamos esta mañana.- pregunto Alonso.

_ Tomaré el examen.- contesto Javier.

_ Bien, le diré a jorge que te entregue el formulario.- agrego Alonso.

_ Bien, pero será con una condición.- Javier se armó de valor para poder hablar.

_ No abra condiciones, así que no digas nada, de ahora en adelante harás lo que yo diga, o te olvidarás de todas tus comodidades.- La voz de Alonso hacía eco en el comedor.

_, Pero padre.- protesto Javier.

_, Pero nada, te di la oportunidad Javier y que recibí cambio, acaso tienes idea la cantidad de dinero que perdió la compañía por tus acciones.- Javier bajo la cabeza, pues en realidad no sabía que tan grande había sido el problema.

_ Papá, de verdad lo siento, yo no quería causar problema.- se disculpó Javier.

_ Pero los causantes, ahora debes hacerte responsable de ellos.- dijo Diana.

_ Entiendo.- Javier no quiso decir nada más, pues sabia que no lograría nada.

El almuerzo lo continuaron en silencio, Javier mantuvo la cabeza agacha, pues la mirada de su padre le causaba un escalofrío. Así que al terminar su almuerzo subió a su habitación, en donde se dio a la tarea de mirar por internet toda la información de la universidad.

_ Es una de las mejores.- murmuro.

La universidad era una de las mejores de Washington, además contaba con excelentes instalaciones.

_ No será fácil entrar, pero por suerte ya tengo ocho semestres de mi carrera, eso me facilitará las cosas.- dijo lleno de entusiasmo.

…

 Javier.

Ya no había nada que pudiera hacer, si o si debía ingresar a esa universidad, de lo contrario papá me hará la vida imposible. Con eso en mente practique lo que debía, pero tampoco es que le dedique mucho tiempo, pues ya tengo el conocimiento en algunas cosas, eso me da puntos, así que de vez en cuando me escapo a pasarla bien con algunos viejos amigos.

Solo falta que llegue el día, ese en el que debo presentad dicho examen, debo hacer lo bien, así la ira de papá se apaciguara un poco, solo tengo que aguantar por un año, después de eso podre hacer lo que desee.

_ ¿Qué andas haciendo?. - me pregunta mi hermano Dante.

_ ¿Por qué no tocas?. - le dije al verlos entrar a mi habitación sin autorización.

_ Lo siento.- me dijo.

Dante es él más des complicados de mis hermanos, él no suele juzgarme por lo que hago, pero respeta mucho a papá, así que siempre ha aceptado cada una de las decisiones que papá ha tomado en su vida, él parece feliz, pero la verdad es que no estoy seguro de eso.

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