Capitulo 10: " Conocerlas"

Whilem dejo a Regina en la entrada al salón de sus clases y espero que entrara, de inmediato se dirigió a la oficina dél Conde, porque a pesar de la promesa que hizo con la niña, Whilem sabía que debía hablar sobre lo ocurrido.

Regina con la inocencia de una niña de cinco años creyó que era suficiente con lo que había hecho Whilem y que no había nada que pudiera delatar que se había escapado y cometido una travesura.

Pero apenas puso un pie en el salón, la profesora que incluso con su avanzada edad y pobre vista de inmediato vio lo desaliñada que se encontraba, se sorprendió por su apariencia, al ver la reacción de la profesora, Regina entendió que algo estaba mal y que podía ser descubierta, pero la profesora estaba tan estupefacta por el hecho de que ella había salido por apenas unos minutos y regresó de ese modo, que no podía hablar, por ello un gran silencio se estableció en el lugar.

Pero en un instante ese silencio fue roto por un estruendo provocado por la vajilla de porcelana estrellándose contra el piso.

- Regina: ¡Nana!

Exclamó Regina sorprendída y preocupada a la vez porque a Karina se le había caído la charola de la mano.

- Nana: Se-señorita que es, que es lo que le ha pasado?

Regina corrió hacia Karina que se veía aterrada, pero detuvo a la pequeña antes de que se acercará a ella por el peligro que significaba los trozos de porcelana y él té derramado.

- Nana: Señorita deténgase, no avance más porque es peligroso...

Regina se detuvo y desvío su mirada hacia el piso, ahí frente a ella estaba esparcido trozos de las tazas y las galletas que había traído Karina, Regina se lamentó por ello, pero se dio cuenta de que Karina pudo haber resultado herida así que se desesperó por preguntar.

- Regina: ¡Nana Nana, estás bien, no te has lastimado!

- Nana: Señorita estoy bien... más bien

Dijo Karina mientras rodeaba la escena destroza para llegar frente a Regina y ponerse de rodillas para estar a su altura, Karina tomo su pañuelo y limpió la mejilla sucia de Regina mientras decía.

- Nana: Señorita como es que terminó en este estado... ¿No se ha lastimado, no le duele nada? ¡Ha! A veces pienso que a usted le encanta hacerme preocupar... ¿Señorita escaló ese árbol verdad?

Al ver los temblorosos ojos de la Nana, Regina se sintió culpable porque estaba así debido a su desobediencia, ya había sido atrapada así que no servía de nada negarlo.

Regina agachó la cabeza y llevo sus manos hacia atrás, con una expresión de arrepentimiento le dijo.

- Regina: Lo siento Nana yo te desobedecí... es justo que me castigues!

- Nana: Señorita... Yo no... Como podría, lo importante es que usted está bien, pero le suplico por favor hágame caso mi única intención es que usted esté bien.

Karina se levantó y miró a la profesora que aún seguía sorprendida y le dijo.

- Nana: Disculpe profesora, pero la clase deberá llegar hasta aquí por el día de hoy, como lo ve la Señorita necesita ser atendida.

- Profesora: lo comprendo.

Contesto solemnemente la mujer, entonces Karina tomó la mano de Regina y la llevo para que tomara un baño.

Whilem llegó a la oficina del Conde y espero hasta que se le permitirá entrar, el Conde se sorprendió por su presencia porque no lo esperaba ese día.

- Conde Augusto: Entonces Whilem que es eso tan importante que debes informar.

- Whilem: la Señorita cayó de un árbol.

Contesto sin rodeos o más explicaciones, el Conde se paró de un salto de su asiento, sus ojos estaban llenos de terror y desesperación.

- Conde Augusto: ¿qué has dicho?

- Whilem: disculpe Señor, ella está bien, no le ha pasado nada, porque llegué a tiempo.

- Conde Augusto: no estaré convencido hasta verlo.

El Conde se movió en dirección a la puerta, y salió sin que nadie pudiera detenerlo, fue por eso que Whilem debió ir tras él mientras le explicaba como había ocurrido todo, aún así el Conde parecía fuera de si, y busco con desespero la habitación de su hija.

La puerta de la habitación de Regina fué abierta repentinamente, Regina estaba sentada en su tocador mientras Karina la peibaba, ya había tomado su baño y cambiado de ropa, al escuchar el sonido brusco volteo y se encontró con la figura de su padre.

Regina sonrió, el Conde que habitualmente le hubiera devuelto la sonrisa se mantuvo inexpresivo y se dirigió a ella con apresurados pasos y cuando ella estuvo a su alcance la abrazo tan fuerte.

- Conde Augusto: Cariño estás bien? Que ha ocurrido, no te has hecho daño de ninguna forma?

Regina se estremeció, su padre ya lo sabía, nada resultó como ella lo planeo y sintió que sería castigada por desobedecer, sin embargo, su padre la siguió abrazando, preguntado si todo estaba bien, sus ojos estaban tan llenos de preocupación, la mirada de su padre hacía a Regina sentirse querida, por un momento recordó el contraste con la mirada de su madre y tembló levemente.

El conde ordenó a Karina retirarse de la habitación, pero antes le dio una severa advertencia.

- Conde Augusto: Niñera retirarte, más tarde hablaremos.

Karina se puso rígida, sintió la furiosa mirada del Conde sobre ella, podría incluso ser despedida por ese error, Karina agachó la cabeza y se retiró, pensando que pase lo que pase debía asumir la responsabilidad de sus acciones, por qué para ella lo que pasó con Regina fue su responsabilidad.

El Conde estaba arrodillado frente a Regina que estaba sentada en la silla de su tocador, Regina miró a su padre que aún se veía preocupado y tímidamente pregunto.

- Regina: ¿papá está enojado conmigo?

- Conde Augusto: No! No Cariño, papá solo... papá estaba muy preocupado, Cariño por favor promete que no harás algo así nuevamente, no quiero ni pensar en lo que te podía haber ocurrido si Whilem no aprecia en el momento justo... ¿Pero dime Cariño por qué hiciste eso? Acaso ahí había algo que querías, que es solo dile a papá y te lo dará sin necesidad de que corras riesgos.

Los ojos de Regina se iluminaron al escuchar eso, pensó en .

- Regina: [si tal vez se lo pido a mi padre... podré ver a mi madre y hermanas] Lo dices en serio.

Preguntó ansiosa, Augusto contesto automáticamente.

- Conde Augusto: Si claro que si.

Regina sonrió y se lanzó a los brazos de su padre mientras con emoción explicaba que era aquello que quería.

¡- Regina: papá entonces quiero ver a mi madre y a mis hermanas, pude verlas hoy por un momento! Las ví desde ahí arriba!

En ese instante la expresión en el rostro del Conde cambió drásticamente, tuvo que contener lo que realmente quería decir para así no asustar a Regina y le preguntó a la pequeña.

- Conde Augusto: Cariño... estás diciendo que subiste ahí para verla...

- Regina: Sí papá! ¡Siempre subo a los árboles para poder ver hacía la mansión de mi madre pensé que así tal vez ella me vería! O mis hermanas y hablarían conmigo... Yo quiero conócelas! Pero hoy fue la primera vez que las vi, padre¿no crees que el cabello de mi madre es tan hermoso parece oro, y el de mis hermanas también?

Regina estaba tan emocionado hablando que no noto la furia en los ojos de su padre, él Conde sonrió torpemente tratando de ocultar sus verdaderos sentimientos y le respondió a Regina.

- Conde Augusto: Cariño... Primero debemos averiguar sí la Condesa está ocupada, entonces por ahora eso estará pendiente sí... te espero en la cena.

El Conde se fue dejando a Regina un poco confundida por su actitud, apenas se alejó lo suficiente de la habitación de su hija el Conde golpeó con su puño cerrado la pared del pasillo, cuando retiró su mano vio que su puño quedó marcado en la pared.

- Conde Augusto: ¡mierda mierda!

Siguió porfiriando maldición mientras trataba de no hacer ruidos, las palabras que le dijo Regina le dieron vueltas por la cabeza y se sintió muy mal al recordar el rostro lleno de emoción de la pequeña mientras le pedía ver a aquella que era su madre y hermanas.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***