capítulo 5. Por toda la eternidad.

He estado deambulando por la casa, ya el trabajo esta muy adelantado, los días han pasado rápidamente, algunas situaciones aun representan para mí motivo de miedo, el día de hoy bien temprano llegó una pareja, pude ver que estan felices, enamorados, recorrieron toda la casa observando los avances, me identifique de inmediato con la chica, percibí que ella se sentía amada.

Recordé mi primer amor, a un chico que se presentó por vez primera en mi salón de clase, era alto, un poco encorvado para disimular tal vez la estatura en comparación con los demás chicos de la clase, tenía 15 años, yo tenía 13, si exactamente acaba de cumplirlos

Recuerdo perfectamente ese día, porque sentí que con él llegó la luz a mi vida, la visión que tengo es de el abriendo la puerta del salón, y a su alrededor rayos de Sol que lo iluminaron.

Hice hasta la imposible para que me mirara, me sentí insignificante, por primera vez delante de ese chico, me sentía fea, poca cosa, aun siendo la más aventajada del salón de clase.

Ese sentimiento me acompañó por toda mi vida, el tener que demostrar al mundo entero que era buena en muchas actividades.

En algunas circunstancias sobre todo cuando él estaba cerca de mí me volvía torpe creo haber dado la impresión de no importarme mi vida, y fue todo lo contrario, me importaba y deseaba ser perfecta para que él me mirara o me hablará, o simplemente me notara.

Así pasé de hacer cosas locas con mis compañeros de clases, no pensaba con lógica, pero era mi lógica del amor, comencé a cambiar hábitos que me identificaban por otros extraños, pero que llamaban su atención.

Era el dueño del territorio, recuerdo la institución, algunos rostros, sin nombre, no entiendo, no puedo recordar nombres, solo pequeños episodios que me llevan a rememorar sentimientos, emociones.

Las voces que me regañan, exigen que si los amo no invente esas cosas, no entiendo nada, no sé que es lo que invento. Sigo sin entender, pero continuó escuchando: una mujer llora, me acaricia dice: no debes salir sola a correr, .

No sé qué sucedió, pero me prohíben el ejercicio físico.

Continuó con la voz en mi cabeza," necesito te cuides para mí," "no quiero que sufras" "si te pasa algo me moriré"

Así fui perdiendo el deseo de actividades al aire libre por miedo a dañar a alguien que no recuerdo.

¿Qué sucedió conmigo? Solo sé que no seguí saltando en el trampolín, ni volví a jugar voleibol con mis compañeros, escucho claramente la voz que dice en mi oído, si resbalas en la cancha ese piso de concreto ocasionará una herida en tus piernas, y son perfectas, no queremos eso ¿verdad?.

Allí terminaron también mis días de gloria como deportista, que sucedió, porque no luche lo suficiente para continuar ejercitándome, quizás eso me hubiese permitido luchar con los secuestradores y aún estuviese con vida.

La pareja se ve feliz, llevan ropa de gimnasio, tal vez van juntos a ejercitarse y se apoyan entre los dos.

Me pregunto nuevamente: ¿por qué me dejé convencer?.

Posiblemente, continuó aquí porque me faltaron un par de heridas en mis piernas, un esguince en mi tobillo, una fisura en un dedo de mi mano, algo debe ser lo que me mantiene en este sitio.

Entendí que desaproveché la oportunidad de vivir una etapa de mi vida, escuchando voces que me decían que hacer en nombre del amor, mientras estaban cercenando mi propia esencia, ya no hay vuelta atrás.

Estoy acongojada, acurrucada en el suelo de una de las habitaciones, las personas pasan de aquí para allá en cámara lenta o rápida según mi perspectiva, pero el tiempo no cambia.

Continuó aquí sin pasado, sin presente, sin futuro por toda la eternidad...

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