Capítulo 12. Sólo espere, y verá.

La cena fue realmente exquisita, todos quedaron satisfechos. Hablaron de muchas cosas y del regreso de Annalise a la escuela, aunque Carlo se negaba, ella terminó convenciéndolo, dijo que no podía vivir escondida ni con miedo, tarde o temprano tendría que salir y entonces no sabría cómo actuar.

Al final, y después de tanta insistencia, dijeron que una vez que sus heridas hayan sanado casi por completo, volvería al colegio.

Isabella se puso de pie y recogió algunos platos, aunque fue detenida por Elio.

—Déjalos mamá, yo lavare la loza, puedes ir a descansar.

—¿Seguro? —preguntó.

—Sí, seguro, vayan a descansar, yo me encargo de recoger aquí —respondió. Ellos asintieron y, después de despedirse, subieron a sus respectivas habitaciones.

Pasaban de las nueve de la noche cuando Elio terminó de guardar el último plato en la alacena. El trabajo de casa nunca le había gustado mucho, cocinar, lavar su ropa, los utensilios de cocina, todo eso le molestaba, sin embargo, se había visto obligado a aprender a hacer cada una de esas cosas.

Cuando Isabella decidió separarse de Dante Mancini, se vio obligada a redoblar sus horas de empleo, Luka comenzó a trabajar medio tiempo después de clases y él se quedó a cargo de Annalise, tenía que preparar comida para ambos, lavar su ropa y limpiar su casa. Tal vez por eso había llegado a odiar todas las tareas de casa.

—Por fin —dijo suspirando.

Apagó las luces de la cocina, la sala, y el comer, subió las escaleras y fue a su habitación. Aún faltaba ducharse, que molestia, tan tarde, pero Elio no podía dormir si no tomaba un baño, aún si era la una o dos de la madrugada.

Dejo su celular sobre su cama, busco su pijama en el armario, agarro su toalla y estaba por abrir la puerta del cuarto del baño cuando el sonido de una llamada entrante hizo que ni siquiera tocará la perilla. Se giró y fue a la cama, el nombre en la pantalla le hizo mojar sus labios. Apretó su mano contra el costado de su pierna y respondió la llamada.

—Hola —dijo.

[Elio, espero no haberte despertado] la voz del anciano tenía un ligero tono amable, aunque Elio no se dejaría arrastrar por ello.

—No estaba dormido.

[Eso es bueno. Elio, ¿Sabes por qué la llamada?] Elio mordió su labio, sabía que debía hacer, sin embargo, nunca lo vio tan real como en ese momento.

—Sí, señor, «como podría olvidarlo» —pensó.

[El fin de semana mandaré al chófer para que te recoja]

—De acuerdo.

[Que tengas una linda noche, Elio]

Aunque la voz era amable, la sintió como una amenaza.

Tenía menos de una semana para disfrutar al máximo a su familia, antes de ser carne de cañón de unos mafiosos. Pero al recordar la sonrisa de Annalise en la cena, cualquier precio a pagar valía la pena.

 Realmente lo valía.

Un intenso dolor de cabeza comenzó, Elio se recostó sobre el mullido colchón. La adrenalina había pasado, y ahora solamente pensaba en las consecuencias que tendría para él haber firmado ese contrato.

Cubrió sus ojos con un brazo y una mano la coloco sobre su vientre el cual estaba comenzando a doler un poco. No podía hacerse a la idea de dejar a su familia, nunca se habían separado, y mucho menos en esas circunstancias.

Deseaba que esos días se hicieran más largos que la eternidad. Si pudiera detener el tiempo, lo haría, pero era inevitable. Era mejor enfrentar las cosas lo más pronto posible.

—Joder, que infierno me espera —murmuró.

Ni esa noche, ni las siguientes, pudo conciliar el sueño. Elio estaba nervioso, era viernes en la noche, solamente le quedaban unas horas para estar con ellos. Luka había pedido un descanso, así que todos estaban juntos.

La cena era exquisita, sin embargo, en la boca de Elio se sentía insípida, tal vez por la presión que estaba sintiendo.

—Hermano —Annalise lo saco de sus pensamientos, el tenedor estaba enredado en la pasta hacía mucho, pero él no le había dado ni un bocado—, ¿Estás bien?

—Sí, sí, estoy bien.

—¡Claro que no!, No estás bien, se ve en tu cara —ella bajo la cabeza y apretó sus manos contra la ropa—, si no me hubieran secuestrado, tú no tendrías que casarte así, ¡Todo es mi culpa! —gritó, rompiendo en llanto.

—No es verdad, Annalise, yo acepte esto por mi cuenta, y no estoy así porque tenga que casarme, soló… nunca nos hemos separado, solamente los extrañare, pero vendré a verlos en cuanto pueda.

Lo menos que quería era hacer sentir culpable a su hermana, porque, de hecho, ella no tenía la culpa de nada. Todo era a causa de esas ambiciosas tías suyas.

—Pero…

—Annalise, Elio hizo un enorme sacrificio por ti, por todos nosotros, ¿de acuerdo?, lo menos que quiere es ver que te culpas de esa manera, ¿No es así, Elio? —Carlo lo miró y él asintió—, ¿Lo ves?, lo único que debes hacer, es ser feliz.

—… Umm, de acuerdo —dijo, un poco más tranquila.

Elio sonrió, al menos su hermano era bueno convenciendo a las personas.

Eran las doce de la noche, las luces de toda la casa estaban apagadas, incluyendo la de la habitación de Elio, pero él no estaba dormido. De sólo pensar a donde iría al día siguiente, el sueño lo abandono en su totalidad.

...----------------...

El sol había salido, algunos rayos se filtraban por las aberturas de la cortina. La alarma había estado sonando desde hacía veinte minutos, y aunque estaba despierto, no tenía ánimos para apagarla, pero tenía que hacerlo. Se arrastró con pereza de su cama hasta la ducha, abrió la llave de agua fría y permaneció ahí por un buen rato, hasta que sus labios se tornaron morados, después de eso, se puso la bata de baño y salió.

—Hola —Annalise estaba sentada en su cama, a su lado, una charola con el desayuno listo. Él sonrió—, Carlo lo preparo antes de irse, dijo que te caería bien comer algo de casa antes de que te fueras.

—Le agradeceré después, ¿cómo estás tú? —él quitó la charola y la puso sobre la cómoda, después ocupo un lugar al lado de Annalise.

—Bien, es soló que… no puedo creer que te vayas, no quiero que te vayas, ¿Con quién voy a pelear si no es contigo?

Annalise secó las lágrimas que empezaban a escurrir por sus mejillas. Los dos tenían una magnífica relación, peleaban por tontería y media, discutían y de un segundo a otro, estaban cantando juntos una canción. La despedida era más complicada de lo que pudieran imaginar.

—Molesta a Luka hasta que se ponga rojo —dijo riendo. Luka era el hermano que se enojaba muy fácilmente, incluso su cara se tornaba carmesí.

—Sí, eso haré —ella sonrió—, bueno, te dejo para que te cambies.

Elio asintió y la vio salir. Sentía que su pecho se presionaba con esa despedida.

...----------------...

Elio se había despedido de su familia con un abrazo, ahora estaba parado frente a esa enorme mansión llena de guardias. El chofer bajaba sus maletas del maletero, mientras él observaba su nueva casa. Entró detrás del chofer, los dos hombres Di Marco ya lo esperaban en el lobby.

—Elio Mancini, después de tanto tiempo, te tenemos en casa.

Gabriele se acercó a él y lo abrazo, Elio se sintió sumamente incomodo, sin embargo, no lo evito, sería descortés y no quería provocarlos apenas llegando.

—Señor Di Marco, buenas tardes.

—No hay que ser tan formales, muchacho —el anciano lo abrazo por los hombros y le hizo caminar a su lado—, estas comprometido con mi nieto, eso te hace mi nieto político, ¿Por qué no intentas llamarme abuelo?, sería una buena manera de hacer nuestra relación más cercana.

—¿Y decirle al señor Salvatore “padre”? —Cuestionó de forma sarcástica—, tengo a mi familia viva, señor, no podría llamarlo así a usted.

—Que insolente —Salvatore ocupo un lugar en la sala, frente a él, se sentó Elio y en sillón individual, Gabriele.

—El niño se está acostumbrando, hijo, no puedes exigir mucho con una persona como él.

—¿Una persona como yo? —Elio se cruzó de brazos y piernas—, ¿Cómo es una persona como yo?, señor Di Marco. —Elio levantó una ceja, esperando una respuesta. El anciano sonrió, había elegido bien. Una persona con la personalidad de Elio no se dejaría intimidar por nadie.

—Olvidemos eso. Elio, por el momento, y hasta que mi nieto lo decida, vivirás aquí, estarás bajo mis órdenes, intentaras…

—Conquistar a su nieto, lo sé, hacer que esa chica entienda que ya no tiene ninguna oportunidad con el señor Vicenzo y servir como topo.

—Yo lo llamaría agente encubierto —el abuelo tenía una mirada tranquila y relajada. Elio se puso de pie y rodeo el sillón y los miro.

—De cualquier forma, si me descubren, moriré, ¿no es así? —Elio levantó una ceja.

—Siempre hay riesgos en estos trabajos, Elio. Eso deberías de saberlo bien —el anciano lo miró fijamente, sin tener algún sentimiento exacto.

—¿Trabajo?, no lo consideraría uno, sin embargo, es verdad, los riesgos de unirme a ustedes son los mismos que con la familia Mancini —dijo él—, pero, quiero pedirles algo.

—¿No crees que tienes muchas demandas?, como dijimos, podemos conseguir a alguien más que te reemplace —Salvatore se veía irritado. Elio pensó que, tal vez, la idea de que su único hijo se casará con un hombre le desagradaba completamente, sin embargo, ahora se daba cuenta que era él quien le desagradaba.

—Sí, eso fue lo que dijeron cuando rechace su propuesta por segunda vez, pero, realmente no creo que sea verdad —Elio se recargó sobre el respaldo del sillón con sus ante brazos y cruzo sus manos delante—, lo estuve pensando mucho, y llegue a una conclusión. Si fuera verdad y pudieran conseguir a otro, no estuvieran perdiendo el tiempo conmigo, desde un principio me habrían corrido de su casa a patadas y ni siquiera una oportunidad de pensarlo me hubiesen dado.

El anciano sonrió, satisfecho con la actitud de su ahora, nieto político.

—Bien, dime que es lo que quieres, y veré si puedo cumplirlo —dijo Gabriele.

—Que destruyan a mis tías, quiero verlas de rodillas pidiendo perdón, que se arrastren ante mí —dijo.

El odio en sus palabras era casi palpable, el deseo de venganza brillaba en sus ojos. Los dos Di Marco se sorprendieron, nunca se imaginaron que una persona que se veía tan delicada y tierna, pudiera expresarse con tanta saña de su propia familia. Algo había cambiado en Elio, la última vez que lo vieron, era como una gelatina que, ante el mas mínimo toque, templaba, sin embargo, en ese momento era como un muro de metal inmovible.

—¿Tu familia?, creí que les eras leal, aunque claramente no tenían una relación cercana —el anciano tentó el terreno. Necesitaba algo de información sobre el cambio tan repentino de Elio.

—Si quiere saber, solamente pregunte de forma directa, señor.

—¿Por qué decidiste traicionar tus lazos familiares? —Elio volvió a tomar lugar en el sillón antes de responder.

—Antes del secuestro de mi hermana, me parecía aberrado el hecho de traicionar a mi familia contrayendo matrimonio con un Di Marco, la historia entre ambas familias es demasiado sangrienta —dijo. Gabriele y Slavatore sabían la rivalidad que había existido desde siempre—, no importaba si manteníamos contacto o no, mis padres, en especial mi madre, me enseñaron que a la familia se le apoya en las buenas y en las malas —aunque su padre no había sido el mejor ejemplo y al final los había abandonado, siempre les enseñaron a apoyarse mutuamente—, sin embargo, eso cambió cuando supe que el secuestro fue orquestado por esas personas. Ellas nos enviaron a la boca del lobo al decirles a esos cobradores donde vivíamos, ¿Por qué habría de tener piedad solamente por qué llevamos la misma sangre?, ojo por ojo y diente por diente.

—Ya veo —Gabriele se puso de pie, orgulloso por la actitud nada compasiva del chico—, cuenta con ello, querido nieto, es una promesa —dijo—, ahora ve a acomodar tus cosas, Grace te llevará.

—Por aquí, joven —la empleada le señalo las escaleras. Elio la siguió y subio, detrás de ellos, Salvatore—, sus maletas ya están aquí, si gusta puedo ayudarle…

—No hace falta, lo haré yo solo, puede retirarse.

—Con su permiso —dijo antes de salir.

—Esta es la habitación que usa mi hijo —Elio se quedó paralizado al escuchar esas palabras, no pensó que hubiese alguien utilizando esa habitación, apenas y había algunas decoraciones. Ni rastro de perfume, ni ropa en el perchero o alguna cosa en el buró.

—¿Seguro que es mi nueva habitación?

—Mi padre dijo que es para que vayas cumpliendo con una parte del contrato, por el momento estarás solo, Vicenzo está en un viaje de negocios, pero una vez que él regrese tendrás que dormir aquí, con él. Veremos si eres tan capaz como alardeas.

—Por supuesto que lo soy, sin embargo, un hombre heterosexual como su hijo será difícil de conquistar por un mocoso, como usted me dice. Pero, le aseguro que haré que Vicenzo Di Marco se enamore de mí, de eso depende mi futuro.

—Quien sabe, aun soy muy escéptico en eso.

—Soló espere y verá.

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Comments

Flor canela

Flor canela

lo amo❤️❤️❤️ a Elio

2024-04-27

1

Gladys Zapata

Gladys Zapata

uyyy ésto se va a poner bueno

2024-04-25

0

milagros H.

milagros H.

Tinkerbel eres tu

2024-03-02

5

Total
Capítulos
1 Capítulo 01. En la mira.
2 Capítulo 02. Perseguido.
3 Capítulo 03. Nostálgico.
4 Capítulo 04. La decisión.
5 Capítulo 05. Un peso menos.
6 Capítulo 06. Al borde del precipicio.
7 Capítulo 07. Única salida.
8 Capítulo 08. Precio a pagar.
9 Capítulo 09. Baby, te encontré.
10 Capítulo 10. Haré que te arrepientas.
11 Capítulo 11. Encuentro planeado.
12 Capítulo 12. Sólo espere, y verá.
13 Capítulo 13. Ni una llamada.
14 Capítulo 14. Lo que es justo.
15 Capítulo 15. Reencuentro.
16 Capítulo 16. Me gusta.
17 Capítulo 17. Durmiendo juntos.
18 Capítulo 18. Tierno y cariñoso.
19 Capítulo 19. Un café.
20 Capítulo 20. No soy un objeto.
21 Capítulo 21. Doble espía.
22 Capítulo 22. Es tu culpa.
23 Capítulo 23. No soy un juguete.
24 Capítulo 24. Te sigo amando.
25 Capítulo 25. Sentirse mal.
26 Capítulo 26. Trato.
27 Capítulo 27. Ser sincero.
28 Capítulo 28. Que idiota.
29 Capítulo 29. Quién de los dos.
30 Capítulo 30. Confesión.
31 Capítulo 31. Furioso.
32 Capitulo 32. Cómo una cita.
33 Capítulo 33. Amor platónico.
34 Capítulo 34. Reafirmando el amor.
35 Capítulo 35. Terminar antes de empezar.
36 Capítulo 36. Cómo en el infierno.
37 Capítulo 37. Necesidad de monopolio.
38 Capítulo 38. Cuida de él.
39 Capítulo 39. Bajó amenaza.
40 Capítulo 40. Barrotes de oro.
41 Capítulo 41. Dispuesto a matar.
42 Capítulo 42. Este es tu regalo.
43 Capítulo 43. Te quiero, Elio.
44 Capítulo 44. Desaparecido.
45 Capítulo 45. Tenlo en mente.
46 Capítulo 46. Secuestro.
47 Capítulo 47. El final que merece.
48 Capítulo 48. Te encontrare, Elio.
49 Capítulo 49. Estás a salvo.
50 Capítulo 50. Ni verte, ni escucharte.
51 Capítulo 51. Dispuesto a demostrarlo.
52 Capítulo 52. Los vengaré.
53 Capítulo 53. Un poco de felicidad.
54 Capítulo 54. Me lo debes.
55 Capítulo 55. Estarás bien.
56 Capítulo 56. Llorando como niño.
57 Capítulo 57. Saldando cuentas.
58 Capítulo 58. Morfo azul.
59 Capítulo 59. Mi adicción.
60 Capítulo 60. Se gentil.
61 Capítulo 61. Mi hermosa mariposa.
62 NUEVA NOVELA
Capítulos

Updated 62 Episodes

1
Capítulo 01. En la mira.
2
Capítulo 02. Perseguido.
3
Capítulo 03. Nostálgico.
4
Capítulo 04. La decisión.
5
Capítulo 05. Un peso menos.
6
Capítulo 06. Al borde del precipicio.
7
Capítulo 07. Única salida.
8
Capítulo 08. Precio a pagar.
9
Capítulo 09. Baby, te encontré.
10
Capítulo 10. Haré que te arrepientas.
11
Capítulo 11. Encuentro planeado.
12
Capítulo 12. Sólo espere, y verá.
13
Capítulo 13. Ni una llamada.
14
Capítulo 14. Lo que es justo.
15
Capítulo 15. Reencuentro.
16
Capítulo 16. Me gusta.
17
Capítulo 17. Durmiendo juntos.
18
Capítulo 18. Tierno y cariñoso.
19
Capítulo 19. Un café.
20
Capítulo 20. No soy un objeto.
21
Capítulo 21. Doble espía.
22
Capítulo 22. Es tu culpa.
23
Capítulo 23. No soy un juguete.
24
Capítulo 24. Te sigo amando.
25
Capítulo 25. Sentirse mal.
26
Capítulo 26. Trato.
27
Capítulo 27. Ser sincero.
28
Capítulo 28. Que idiota.
29
Capítulo 29. Quién de los dos.
30
Capítulo 30. Confesión.
31
Capítulo 31. Furioso.
32
Capitulo 32. Cómo una cita.
33
Capítulo 33. Amor platónico.
34
Capítulo 34. Reafirmando el amor.
35
Capítulo 35. Terminar antes de empezar.
36
Capítulo 36. Cómo en el infierno.
37
Capítulo 37. Necesidad de monopolio.
38
Capítulo 38. Cuida de él.
39
Capítulo 39. Bajó amenaza.
40
Capítulo 40. Barrotes de oro.
41
Capítulo 41. Dispuesto a matar.
42
Capítulo 42. Este es tu regalo.
43
Capítulo 43. Te quiero, Elio.
44
Capítulo 44. Desaparecido.
45
Capítulo 45. Tenlo en mente.
46
Capítulo 46. Secuestro.
47
Capítulo 47. El final que merece.
48
Capítulo 48. Te encontrare, Elio.
49
Capítulo 49. Estás a salvo.
50
Capítulo 50. Ni verte, ni escucharte.
51
Capítulo 51. Dispuesto a demostrarlo.
52
Capítulo 52. Los vengaré.
53
Capítulo 53. Un poco de felicidad.
54
Capítulo 54. Me lo debes.
55
Capítulo 55. Estarás bien.
56
Capítulo 56. Llorando como niño.
57
Capítulo 57. Saldando cuentas.
58
Capítulo 58. Morfo azul.
59
Capítulo 59. Mi adicción.
60
Capítulo 60. Se gentil.
61
Capítulo 61. Mi hermosa mariposa.
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