Capítulo 06. Al borde del precipicio.

Los días soleados terminaron abruptamente. El lindo rostro de Elio se deformó en una mueca de incredulidad, sus piernas quedaron sin fuerza, obligándolo a caer sobre el cómodo sillón de la sala de su hogar, y aún así, parecía una roca dura. 

Su madre estaba destrozada y su hermano se comunicaba por teléfono a saber con quien.

Vio a su hermano frustrado, gritando. Después de colgar, volvio a llamar, está vez, hablando más tranquilo. No escuchaba nada, seguía perdido en sus pensamientos. Su pequeña hermana estaba en peligro, ¿Por qué su padre nunca les habló de sus deudas?, sintió que odió por un momento a ese hombre. 

Hace apenas unas hora él la había acompañado a donde sus amigas la esperaban, era sábado y Annalise iba a salir a dar un paseo como cualquier otro día, sin embargo, su tranquilidad fue arrebatada con la llamada de las "dos mosqueteras", como Annalise les solía decir.

—¿Anna no vendrá?

Esa pregunta hundió a la familia en el profundo mar helado de la desesperación y ansiedad. Ella apenas tenía dieciséis años, era una niña a los ojos de todos. Radiante. Siempre llevaba alegría a dónde sea que fuera. Incluso en los momentos más terribles, Annalise sabía cómo amenguar las preocupaciones.

Annalise había salido apenas hacia un par de horas. Elio aun tenía el olor de su perfume impregnado en su ropa. A ella le gustaba agarrarlo por el brazo mientras caminaban por la calle. Decía que podía sentirse segura de esa forma.

—Puedo quedarme aqui, no tardan en llegar.

Eso había dicho cuando llegaron al lugar donde se reuniría con sus dos mejores amigas. Elio pensó en quedarse, pero ella insistió en que no había problema, que estaba grande y que podía cuidarse sola. Sin embargo, tal vez, tan pronto como él se fue, aquellos bastardos la secuestraron.

A su mente llegó la imagen de Annalise. Sus cabellos platinados se movían al compás del viento. Una enorme sonrisa adornaba su jovial rostro. No entendía por qué alguien querría hacerle daño.

El estridente sonido del teléfono de la casa saco a Elio de sus pensamientos. La atención de toda la familia se centro en aquel aparato. Con manos firmes, Carlo, el hermano mayor de los Mancini, respondió la llamada.

Todos de pie alrededor de quién había asumido el rol de cabeza de familia. La expresión en el rostro de Carlo se volvía cada vez más indescifrable. Parecía enojado, alterado, triste, aterrado e incluso aliviado, pero ninguna emoción se superpone a las otras. Con un semblante ilegible, era difícil poder descifrar esa llamada.

—¿Quién era? —Isabella agarró fuertemente la ropa de su hijo mayor. Sus ojos estaban rojos y su semblante pálido. Carlo miró a su madre, en silencio. Sus labios temblaron. Se quedó así por un par de minutos, tal vez buscando las palabras correctas para no darles una impresión mayor.

—¿Son los que se llevaron a Anne? —Elio se acercó a él con preocupación. Carlo, aunque quería negarlo, asintió con pesadez.

—Dijeron que quieren medio millón de dólares.

Los gritos que siguieron después de esas palabras aumentaron la angustia en la familia. Isabella era una mujer que, desde hace algunos años, había resultado diabética. El médico dijo que cualquier impresión fuerte podría causarle alguna alteración.

Secuestraron a su hija, y por si no fuera poco, esos bastardos pedían mucho dinero. Incluso más de lo que su casa valía.

—¡Mamá!, ¡mamá! —Isabelle fue llevada a uno de los sillones por Carlo, Elio corrió hacia el baño por el botiquín de primeros auxilios y saco una botella de alcohol junto a algunas gasas.

—Mamá, despierta mamá —repetia Elio, mientras pasaba la gaza cubierta de alcohol cerca de la nariz de su madre.

Al cabo de unos minutos, Isabella recobro el sentido. El llanto no se hizo esperar, de tan sólo recordar todo el dinero que pedían le dolía la cabeza. Ni siquiera sabía porqué se habían llevado a su hija, ellos no se metían en problemas con nadie, habían cortado lazos con los Mancini y los Giuliani. Nadie los perseguía, o al menos eso había pensado.

—¿Qué le pasó a mamá? —Preguntó Luka, el tercer hermano en la línea. Luka trabajaba hasta tarde en un casino de la ciudad, no llegaba a casa hasta la una o dos de la mañana. Él no podía recibir ni hacer llamadas, por lo tanto, era el último en enterarse de las noticias de su familia.

—Elio, cuida a mamá —dijo Carlo—, Luka, ven un momento.

Elio los vio alejarse hacia el patio trasero. Su hermano mayor, aunque parecía estar tranquilo, era el que más preocupado estaba. Carlo solía guardarse los problemas para sí mismo, incluso cuando estos problemas afectarán a la familia completa, Elio no entendía porque su hermano hacia eso, pero, quería ayudarlo, aunque sabía que no podía hacer mucho.

—Mamá —dijo con preocupación.

—Estoy bien, hijo, estoy bien —repitió más para sí misma que para él.

Pasaron veinte minutos y los dos hermanos regresaron, Elio le estaba dando un té a su madre en ese momento. Luka tenía los ojos llorosos y se arrodilló frente a Isabella, recargó su cabeza en el regazo de ella y susurro algunas palabras de aliento.

Elio llevo a su hermano mayor nuevamente afuera. Se paró frente a él y lo miró con seriedad.

—Carlo, dime qué está pasando, nosotros ya sabemos todo, ¿Por qué te llevaste a Luka? —inquirió. Carlo se sintió orgulloso del hermanito tan inteligente que tenía.

—Nos dieron tres días, dijeron que si en ese tiempo no tenemos el medio millón… la violaran y después de divertirse lo suficiente, comenzarán a enviar pedazos de Anne hasta matarla.

La cara de Elio se horrozió de sólo escuchar eso. Su pobre hermana, era tan joven, tan hermosa y llena de vida.

—¡Puta mierda! —grito mientras golpeaba con fuerza la pared a su lado.

—Elio, lo lamento tanto —Carlo sostuvo su cabeza y las lágrimas de frustración comenzaron a recorrer sus mejillas. Elio lo abrazo e hizo que se recargara en su hombro.

—Hermano, no tienes que disculparte, no es tu culpa. —Elio se sentía impotente ante la situación. Su hermano mayor era la roca que sostenía a su familia, si él se derrumbaba de esa manera, ¿Qué pasaría con ellos?— Yo la dejé sola, es mi culpa.

—No es culpa de nadie —la voz de Luka hizo que ambos hermanos volvieran la mirada hacia la puerta.

—¿Dejasté sola a mamá?

—Puse un tranquilizante en su té, ella no dormiría si no le pongo eso, y lo menos que necesitamos ahora es que se ponga peor, la dejé en su habitación, no se preocupen.

—Es verdad —Carlo le dio la razón—, gracias.

—Carlo, Luka, ¿Cómo vamos a reunir tanto dinero en tan poco tiempo?

—Podemos ir con Elisa, ella puede ayudarnos —sugirio Luka.

—Ni hablar, Elisa no nos dará un centavo hasta que acceda a su petición… no quiero ser igual a ella, o a los bastardos que tienen a Annalise —Carlo apretó los puños. Se sentía impotente, pero lo que Elisa queria de él no podía darselo.

—Solamente filtradas un poco de información, hermano, no matarás ni secuestras a nadie, ¿No lo harías ni por Anna? —Luka estaba decidido a convencerlo. Carlo podía hacer cualquier cosa, pero le era leal a esa persona, nunca pasaría por su mente traicionarlo, incluso en ese momento—, ¡¿Te importa más ese hijo de perra que tu hermana?! —gritó y agarró a Carlo por la camisa pegándolo contra la pared. Sus ojos reflejaban furia y frustración.

—¡Me importan más ustedes! —Carlo también gritó—, si lo traicionó, si hago eso, ¿Qué pasará después?, Te perseguirán a ti, a mamá, a Elio, incluso si salvamos a Annalise, la perseguirán a ella también, Luka, ¿Piensas que Elisa nos salvará?, Que iluso eres.

Luka solto a Carlo y se recargó contra la pared, se delizo hasta el suelo y se quedó cabizbajo. Las lágrimas corrían por su rostro hasta aterrizar en el suelo. Casi golpea a su hermano, pero su hermana estaba en peligro y no podían conseguir tanto dinero en tan poco tiempo.

—¿Qué más podemos hacer?, Anna no tiene mucho tiempo, y nosotros no tenemos muchas opciones —dijo, derrotado. La impotencia consumía a cada uno de los Mancini.

—Estuve hablando con algunos contactos, pero, el dinero no es suficiente —Carlo aflojó la corbata en su cuello y desabrochó dos de sus botones. Esas ataduras parecían asfixiantes—, no tenemos a quien más recurrí.

El timbre interrumpió las palabras de Elio. Los hermanos Mancini se miraron, confundidos. Eran una familia que no reciba a muchos visitantes, así que, aquel sonido era aún extraño de escuchar.

—Ire a ver —Elio se encaminó hacia la entrada, al salir, vio una espalda demasiado familiar. La mujer era alta, casi como su hermano mayor, traía una coleta y los cabellos ondulados caían perfectamente hasta su espalda baja.

—Hermano —ella giró con una sonrisa en los labios. «Demasiada astuta», pensó él.

—Elisa, ¿Qué haces aquí? —Elio se puso a la defensiva. Arrugó las cejas cuando ella puso una mano sobre su hombro. Los tacones de piel le hacían ver mucho más alta a su lado.

—Son mi familia, por supuesto que los vendré a ver —sus labios, con un color vino intenso, formaron una sonrisa, pero sin llegar a mostrar algún sentimiento de felicidad.

Elio se hizo a un lado y ella entró. Miraba a todos lados como si estuviera pisando algún basurero. Elisa se había separado de ellos cuando apenas tenía doce años, desde entonces fue criada por sus abuelos paternos, ellos la educaron para ser una persona fría y que gustaba de pisotear a los demás, incluso a su propia madre.

—Sabes lo de Annalise, ¿Verdad? —inquirió cerrando la puerta. Sus dos hermanos iban entrando a la sala, sus cejas se arrugaron al instante.

—Sólo sé que necesitan dinero, y yo puedo darles todo —Elisa se recargó sobre el descansa brazos del sillón, cruzó sus piernas y miró fríamente a sus hermanos.

—Pero nada es gratis, ¿Verdad? —Carlo dio un paso adelante.

—Por supuesto que no, hermano mayor.

—¡Es tu hermana, por dios! —Luka gritó enojado. Había pensado que ella podía ayudarlos, y fue, tal como su hermano lo había dicho, ingenuo. Elisa no ayudaría a nadie sin sacar provecho alguno.

—¡Ustedes me rechazaron! —gritó ella en respuesta—, ¡Me dejaron sola cuando más los necesite!

—Elisa, preferiste irte con ellos antes que apoyar a la persona que te dio la vida, esa familia solamente humilló y maltrató a nuestra madre, ¿Qué esperabas que hiciéramos?

—¡Qué me apoyarán!, Eso esperaba de ustedes… —Elisa apretó su mandíbula. Hubo un silencio sepulcral en la sala. Elisa se puso de pie y acomodó un mechón de su cabello—, Carlo, sabes lo que quiero y tengo lo que necesitan, ella no tiene mucho tiempo, piénsalo, en tus manos está la vida o la muerte de tu hermana pequeña.

Elisa salió de la sala dejando a sus tres hermanos estupefactos. Ella no era para nada la Elisa que habían conocido una vez. Esa niña tierna no era más que un recuerdo que parecía inventado.

—¡Joder!, ¿que haremos ahora?, Elisa es nuestra opción más viable.

—No lo es —refuto Elio—, venderíamos prácticamente a toda la familia. Nos mandaría directamente al matadero.

—Elio… si puedo conseguir ese dinero con ella, tendrían que irse —Carlo no se veía muy convencido, pero para ese momento, habían pasado horas valiosas para su querida hermana. Entre llamadas y mensajes, la noche había llegado.

—No, hermano, tengo una forma más rápida y segura.

—¿En qué piensas? —Luka centro toda su atención en él. Elio no estaba seguro si eso iba a financiar, él había rechazado tajantemente la propuesta de matrimonio, conocía a las personas como los Dos Marco, una vez que los rechazas, no puedes tener una segunda oportunidad.

—Es algo estúpido, Luka —respondió Carlo, Elio lo miró con preocupación—, ni siquiera lo pienses, encontraremos otra manera.

—Es eso o vender nuestra vida —dijo—, hermano, sé que estás preocupado, pero es solamente un intento, además, lo he rechazado una vez, no creo que acepté de todas formas. Sin embargo, quiero intentarlo, por Annalise, por nosotros. Ellos son nuestra única salvación, déjame ir…

Carlo guardo silencio, Elio lo interpretó de forma positiva. Susurró un gracias y salió corriendo de la casa.

Su familia estaba al borde del precipicio, y si vender su soltería les podía ayudar, estaría dispuesto a pasar los próximos cincuenta años de su vida al lado de aquel hombre.

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Comments

Flor canela

Flor canela

creo que aquí está la mano de di Marco

2024-04-27

0

Gladys Zapata

Gladys Zapata

mmmm aquí ay gato encerrado no solamente por el secuestró sino por Elio

2024-04-25

0

Niel

Niel

Apesar de enorme deuda/s que carga la familia Mancini, sospecho que algo tiene que ver Gabriele Di Marco con el secuestro. Anteriormente se caracterizó al hombre como que siempre obtiene lo que desea acosta de todo. 🙄

2024-04-17

1

Total
Capítulos
1 Capítulo 01. En la mira.
2 Capítulo 02. Perseguido.
3 Capítulo 03. Nostálgico.
4 Capítulo 04. La decisión.
5 Capítulo 05. Un peso menos.
6 Capítulo 06. Al borde del precipicio.
7 Capítulo 07. Única salida.
8 Capítulo 08. Precio a pagar.
9 Capítulo 09. Baby, te encontré.
10 Capítulo 10. Haré que te arrepientas.
11 Capítulo 11. Encuentro planeado.
12 Capítulo 12. Sólo espere, y verá.
13 Capítulo 13. Ni una llamada.
14 Capítulo 14. Lo que es justo.
15 Capítulo 15. Reencuentro.
16 Capítulo 16. Me gusta.
17 Capítulo 17. Durmiendo juntos.
18 Capítulo 18. Tierno y cariñoso.
19 Capítulo 19. Un café.
20 Capítulo 20. No soy un objeto.
21 Capítulo 21. Doble espía.
22 Capítulo 22. Es tu culpa.
23 Capítulo 23. No soy un juguete.
24 Capítulo 24. Te sigo amando.
25 Capítulo 25. Sentirse mal.
26 Capítulo 26. Trato.
27 Capítulo 27. Ser sincero.
28 Capítulo 28. Que idiota.
29 Capítulo 29. Quién de los dos.
30 Capítulo 30. Confesión.
31 Capítulo 31. Furioso.
32 Capitulo 32. Cómo una cita.
33 Capítulo 33. Amor platónico.
34 Capítulo 34. Reafirmando el amor.
35 Capítulo 35. Terminar antes de empezar.
36 Capítulo 36. Cómo en el infierno.
37 Capítulo 37. Necesidad de monopolio.
38 Capítulo 38. Cuida de él.
39 Capítulo 39. Bajó amenaza.
40 Capítulo 40. Barrotes de oro.
41 Capítulo 41. Dispuesto a matar.
42 Capítulo 42. Este es tu regalo.
43 Capítulo 43. Te quiero, Elio.
44 Capítulo 44. Desaparecido.
45 Capítulo 45. Tenlo en mente.
46 Capítulo 46. Secuestro.
47 Capítulo 47. El final que merece.
48 Capítulo 48. Te encontrare, Elio.
49 Capítulo 49. Estás a salvo.
50 Capítulo 50. Ni verte, ni escucharte.
51 Capítulo 51. Dispuesto a demostrarlo.
52 Capítulo 52. Los vengaré.
53 Capítulo 53. Un poco de felicidad.
54 Capítulo 54. Me lo debes.
55 Capítulo 55. Estarás bien.
56 Capítulo 56. Llorando como niño.
57 Capítulo 57. Saldando cuentas.
58 Capítulo 58. Morfo azul.
59 Capítulo 59. Mi adicción.
60 Capítulo 60. Se gentil.
61 Capítulo 61. Mi hermosa mariposa.
62 NUEVA NOVELA
Capítulos

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1
Capítulo 01. En la mira.
2
Capítulo 02. Perseguido.
3
Capítulo 03. Nostálgico.
4
Capítulo 04. La decisión.
5
Capítulo 05. Un peso menos.
6
Capítulo 06. Al borde del precipicio.
7
Capítulo 07. Única salida.
8
Capítulo 08. Precio a pagar.
9
Capítulo 09. Baby, te encontré.
10
Capítulo 10. Haré que te arrepientas.
11
Capítulo 11. Encuentro planeado.
12
Capítulo 12. Sólo espere, y verá.
13
Capítulo 13. Ni una llamada.
14
Capítulo 14. Lo que es justo.
15
Capítulo 15. Reencuentro.
16
Capítulo 16. Me gusta.
17
Capítulo 17. Durmiendo juntos.
18
Capítulo 18. Tierno y cariñoso.
19
Capítulo 19. Un café.
20
Capítulo 20. No soy un objeto.
21
Capítulo 21. Doble espía.
22
Capítulo 22. Es tu culpa.
23
Capítulo 23. No soy un juguete.
24
Capítulo 24. Te sigo amando.
25
Capítulo 25. Sentirse mal.
26
Capítulo 26. Trato.
27
Capítulo 27. Ser sincero.
28
Capítulo 28. Que idiota.
29
Capítulo 29. Quién de los dos.
30
Capítulo 30. Confesión.
31
Capítulo 31. Furioso.
32
Capitulo 32. Cómo una cita.
33
Capítulo 33. Amor platónico.
34
Capítulo 34. Reafirmando el amor.
35
Capítulo 35. Terminar antes de empezar.
36
Capítulo 36. Cómo en el infierno.
37
Capítulo 37. Necesidad de monopolio.
38
Capítulo 38. Cuida de él.
39
Capítulo 39. Bajó amenaza.
40
Capítulo 40. Barrotes de oro.
41
Capítulo 41. Dispuesto a matar.
42
Capítulo 42. Este es tu regalo.
43
Capítulo 43. Te quiero, Elio.
44
Capítulo 44. Desaparecido.
45
Capítulo 45. Tenlo en mente.
46
Capítulo 46. Secuestro.
47
Capítulo 47. El final que merece.
48
Capítulo 48. Te encontrare, Elio.
49
Capítulo 49. Estás a salvo.
50
Capítulo 50. Ni verte, ni escucharte.
51
Capítulo 51. Dispuesto a demostrarlo.
52
Capítulo 52. Los vengaré.
53
Capítulo 53. Un poco de felicidad.
54
Capítulo 54. Me lo debes.
55
Capítulo 55. Estarás bien.
56
Capítulo 56. Llorando como niño.
57
Capítulo 57. Saldando cuentas.
58
Capítulo 58. Morfo azul.
59
Capítulo 59. Mi adicción.
60
Capítulo 60. Se gentil.
61
Capítulo 61. Mi hermosa mariposa.
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