No le gusta, le encanta.

AMANDA

Horas más tarde salí del salón de clases junto a Sandy, íbamos hablando muy animadamente hasta que fuimos interrumpidas por Luck..

— ¿Cómo les fue en clase? Yo la pasé fatal, el maestro Roger hizo un examen sorpresa. — se quejó.

— ¿Y supongo que no te fue muy bien? — le pregunté mirándolo con burla. Hizo una mueca que aseguro aquello.

— Hermoso, debes de estudiar más, si no, vas a estar en problemas a fin de año. — le aconsejo Sandy, él hizo un puchero.

— Es que me da mucha pereza..— se quejó rascándose la nuca.

— No tienes remedio. —dijo ella y le dió un beso en los labios, yo solo rodé los ojos, aunque estaba acostumbrada a sus muestras de afectos, a veces me parecía un poco incómodo.

Su relación ya tenía un año, el asunto entre ellos comenzó solo como algo pasajero, para divertirse, pero al poco tiempo se volvió más formal, hasta el punto de que ambos se presentaron a sus respectivos padres, su relación era tan seria y debo decirlo, tan bonita, que ninguno de los dos se imaginaba un futuro sin el otro.

— Por favor, les van a llamar la atención. — me adelante un poco a ellos y los escuché reír, ellos saben que no lo hacia por sangrona o envidiosa, si no para darles su privacidad.

— Oye, al final no me dijiste sobre ese posible enamorado del corazón de hielo. — hablo Luck, gire mi rostro hacia atrás y lo miré enojada, él solo sonrió.

— ¡Ah! pues verás, resulta ser que a nuestra querida amiga le gustó, que digo, le gustó ¡Le encantó mi primo! — sentí mis mejillas arder y la mire de forma reprochable.

— ¡No seas exagerada!

— No estoy exagerando. — me miró y sonrio — Si vieras como se lo comía con los ojos.

— Quién lo dirá rubia, te gustan grandes, ¿Eh? — baje la mirada sintiendo aún más vergüenza.

— ¡Ey Luck ven acá! — los tres volteamos al escuchar que lo llamaron. — El entrenador quiere que vayamos a la cancha, necesita decirnos algo. — informo su amigo, él frunció el entrecejo.

— ¿Que querrá ahora? — preguntó en voz alta, luego suspiro. — Bueno, ya que, será mejor que me dé prisa, hablamos luego linda. — le dió un beso a Sandy en los labios y le sonrió con cariño, luego me miró, sonrió y se despido batiendo la mano.

— Bueno, vayamos a la cafetería, tengo demasiada hambre. — Concorde con ella y nos dirigimos hacia el lugar.

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Un rato más tarde, mientras disfrutábamos de un refrigerio, mire a Sandy y la verdad no pude aguantar más las ganas que tenía de preguntarle acerca de su primo.

— Entonces, ¿Que sabes de tu primo? — solte la pregunta de repente, ella me miró y luego sonrió, evite rodar los ojos por su expresión de burla.

— Pues, que tiene 23 años, vive con su madre en colorado, no tiene hermanos menores, se graduó de administración de empresas y se lleva pésimo con su padre, es decir mi tío. — se detuvo.

— ¿Eso es todo? — asíntio, fruncí el entrecejo ante la poca información.

— ¿Que más quieres saber? — levanté mis hombros. — Ya sé, ¿Tu lo que quieres es saber si tiene novia? — mire hacia otro lado. Pero, si, eso era lo que quería saber. — La verdad no lo sé, pero puedes preguntárselo tú. — la mire horrorizadas, ella se rió. — Hagamos algo, quédate en mi casa está noche, así podrás hablar con él un rato. — guarde silencio y pensé si aquello era una buena idea. — Podemos incluso adelantar algo más del trabajo.

— Voy a pensarlo. — ella asiente y sonríe.

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Toque la puerta del despacho de mamá y al escuchar un pase, la abrí y entre. Mama estaba frente a su computadora, al entrar me miró con Sus ojos azules igual que los míos.

— Dime cariño.

— Quería ver si me dabas permiso de pasar la noche en casa de Sandy. — mamá frunció el entrecejo, ella no era muy partidaria de las pijamada.

Al final decidí hacerle caso a Sandy, ahora lo complicado podría ser convencer a mamá de que me diera permiso.

— Sabes que eso no me gusta.

— Lo sé, pero, por Fis mamá.

— ¿Quienes van a estar en la pijamada

— Solo ella y yo.

Mama guardo silencio por varios segundos, luego suspiro. — Está bien. — sonríe feliz y fui hacia ella

— Gracias mamá, eres la mejor. — la abrace y le dí un beso en la mejilla, ella sonrió.

— Ya no exageres. — le sonríe.

— Bueno, voy a alistar todo. — asíntio.

Salí del despacho y fui hacia mi habitación donde dure un tiempo eligiendo que ponerme, que llevarme para dormir y para ir a la escuela al día siguiente.

Me vesti con unos jeans ajustados ,con detalles de roturas, una blusa de tela fresca, corta, de tirantes, una chamarra de cuero color rosa y unos converse rosas, decid que eran los mismos que me iba a llevar a la escuela al día siguiente, peine mi cabello y lo deje suelto, también me maquille, solo un poco, nada cargado.

Cuando estuve lista salí de la habitación y fui al despacho de mamá.

— Ya me voy. — informe ella asíntio. — pediré un Taxi.

— ¿Tienes dinero?

— Sí aún tengo los 50 dólares que me diste el sábado. — sonrió.

— Bueno, hija, que te valla bien, llámame apenas llegues, y por favor, ten cuidado. — asentí, me acerqué a ella y le dí un beso en la mejilla.

— Nos vemos mañana mamá.

Salí del despacho y baje las escaleras, llame un taxi el cual tardo cinco minutos, me despedí de mi padre y hermana y salí rumbo a dónde Sandy emocionada por el hecho de que lo iba a volver a ver.

Llegué a la casa de Sandy recibida cómo era costumbre por la empleada, está mi guío a la sala en dónde se encontraba mi amiga con su novio.

— ¡Cielos ustedes dos son como garrapatas! — exclamé al verlos tan acaramelados. — ¿Creí que íbamos a estar solas?

— Tranquila rubia, yo me voy en unos minutos. — rode los ojos y tome asiento en el sofá del frente.

Como no queria verlos a ellos todos acaramelados y eso, saqué mi celular y comencé a revisar mis redes sociales.

Debieron pasar unos quince minutos cuando alguien hablo.

— Buenas noches. — quite la mirada del teléfono al escuchar aquella voz y mis ojos se encontraron con los de él.

— Buenas noches Sam. — saludo Sandy. — ¿Cómo te fue hoy?

Él le sonrió con amabilidad.

— Muy bien, ¿He de suponer que este chico es ese novio del que tanto me has hablado? — ella sonrió y asintió

— Así es, los presentó, Luck, él es Sam y Sam él es Luck. — Luck levantó la mano y la movió un poco, mientras que Sam solo movió la cabeza hacia arriba, luego sus sus ojos negros se posaron en mí

— Y a tí, ya tuve el gusto de conocerte. Amanda. — asenti y volví a ver mi teléfono incapaz de sostenerle la mirada por mucho tiempo. — Bueno, fue un gusto verlos, ire a cenar, con permiso.

— Propio. — Sam siguió su camino hacia el comedor, y entonces levanté la mirada del teléfono, encontrándome con Sandy y Luck viéndome muy sonrientes.

— Te lo dije. — comento ella.

— ¡Cielos rubia! Así que al final si se te calienta ese corazón, ¿Eh? — le rode los ojos y saque la lengua al tonto ese y volvi a mirar mi teléfono.

Pero sus palabras quedaron revoloteando en mi mente, no sé si tenía el corazón caliente, pero lo que si sé, fue que sentí algo muy raro en el pecho, cuando lo escuché y Vi.

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