Capitulo 9

Rose en el consultorio había abierto la ventana para sacar su cabeza y dejarse mojar por la lluvia, poco a poco comenzo a estornudar un poco pero esto no le importo.

Necesitaba sentirse mejor, y la lluvia era lo mejor que tenía para esto. Tras escuchar la puerta abrirse miro hacia esta y se encontró con Claramond quien al verla con la cabeza empapada corrio hasta ella.

— No te has recuperado... No hagas eso...— Le dijo él terminando por cerrar la ventana. Algo deprimida agacho la cabeza y miró al suelo a lo que el solamente puso una mano sobre su cabeza. — Me encargaré de darte vitaminas y medicina para que puedas salir y mojarte cuanto quieras.. Pero por ahora por favor cuida tu salud — Le dijo él. Ella asintió y después este tomó una toalla que había en el consultorio para asi secar su cabeza.

Ella estornudo un par de veces por lo que notando esto decidio escribir una receta médica para después aproximarse a ella quien estaba en el sofá del consultorio acostada.

— Rosemary, te dare unas medicinas ¿esta bien?. ¿Quieres ir a casa o prefieres ir a algun lado?— Preguntó él estando frente a ella.

Ella se levanto y se sento sobre el sofá para después mirarle desviando la mirada.

— A casa...— Respondió ella en voz baja.

— Perfecto. Haya iremos entonces — Le dijo con una sonrisa para después levantarse y ayudarla a ir hasta la puerta.

Ambos salieron del consultorio y después fueron hasta la farmacia del hospital donde Claramond pidió unas medicinas para Rose. Una vez las pidió salieron juntos del hospital hasta el auto y ahí terminaron por subir para después disponerse a irse.

En el auto el puso la calefacción y comenzo a conducir en direccion de la casa. Poco despues le dio a Rose unas impresiones mismas que eran las imágenes de casas.

— Elije la que más te guste — Le dijo Claramond. Rose tomo las fotos y le miro con algo de confusión para después ver detenidamente las casas.

Todas tenian diseños bastantes bonitos y daban la impresión de ser casas grandes. Sin embargo a Rose le llamó la atención una casa pequeña de apenas un piso misma que le señaló con cierta emoción.

— ¿Esa?. Es muy pequeña... ¿de verdad te gusta esa?— Preguntó él a lo que ella asintio emocionada. — Bueno, no puedo argumentar nada ante ti. Esa será — Le dijo.

Finalmente tras unos minutos de viaje llegaron de vuelta a los departamentos donde Rose de inmediato fue hasta el suyo. Apenas la dejo ahi Claramond fue con su madre y le hablo... de lo ocurrido...

...

Pasaron algunos dias, la relación entre Claramond Paxley; uno de los mejores médicos más importantes de Europa y además dueño de una cadena de los mejores hospitales en Estados Undidos, y Rosemary Farrell; la última hija de los Farrell, era tendencia en todos lados.

Las cámaras los seguian a todos lados cosa que a Rose le incomodaba mucho, pues fuera de su departamento ya habían todos los días decenas de personas esperando poder tener una entrevista con ella. Lo que más resonaba en esta relación era su diferencia de edad, pues Rose contaba con apenas 20 años mientras que Claramond tenía ya 37 años.

Debido a esto Rose solía tener crisis varias veces al día por lo que Claramond acelero los planes para irse a vivir a un lugar más pacifico...

...

Durante esa mañana. Rose tal y como Claramond le pidió. Se arreglo para salir pues Claramond le dijo que la llevaría a desayunar a un lugar especial.

En estos días la relación entre ellos era de más confianza, Rose se sentía feliz cuando el estaba cerca y Claramond adoraba pasar tiempo con Rose. Por esto mismo era muy aparente que estos tenían una relación.

Mientras Rose esperaba sentada en el sofá, miraba el reloj algo impaciente por que Claramond llegara hasta que por fin la puerta fue tocada. Ella emocionada corrio hasta la puerta y la abrio sin embargo su sorpresa fue gigantesca al ver frente a sus ojos un ramo de flores del doble de su tamaño.

— He traído esta orden para la dama más hermosa de estos lares— Dijo Claramond cargando aquel gigantesco ramo. Ella sonrio y tomo las flores mismas que eran algo pesadas por lo que el le ayudo a cargarlas.— Jajaja. Son del doble de tu tamaño, te ves tierna junto a ellas — Le dijo. Ella sonrio y dejó las flores en un lugar para después abrazar a Claramond.

El le dedico una sonrisa y la abrazo con suavidad para después tomar su mano y caminar con ella a la puerta.

Al salir ella pudo ver al montón de personas abajo esperando por ella. Notoriamente se asusto por lo que Claramond decidió cubrirla de nuevo con su saco para después agacharse hasta mirar su rostro y acariciar sus mejillas.

— No pasa nada ¿si?. Voy a cuidarte — Le dijo él. Ella asintió y agacho la cabeza para después dejarse llevar por el.

Bajaron del edificio y Claramond le ayudó a cubrirse de las personas, todos desconocían del trastorno de Rose por lo que sólo pensaban que ella era alguien que se sentía "la gran cosa".

Finalmente llegaron al auto y Rose se mantuvo oculta mientras que Claramond arrancaba el auto. Esperaba que esto no frustre sus planes de hacerla feliz por al menos unos momentos.

Tras unos minutos por fin lograron salir de la atención de las personas, Claramond comenzó a manejar hacia la ciudad mientras que Rose acurrucaba en el asiento.

— ¿Estás bien?... — Preguntó él mirandole de reojo. Ella asintió y después solamente se acosto de lado mirando hacia el. — ¿Quieres acostarte? Hay un botón en el costado que acuesta el asiento.— Le dijo él.

Ella negó con la cabeza y se quedó mirandole mientras el conducía. Se sentía bastante tranquila al tenerlo cerca, por lo que terminó por cerrar los ojos para dormir un poco pues no había dormido del todo bien.

El mostró una sonrisa y le dejo dormir, al detenerse en un semaforo aprovecho para estirar su mano hacia el asiento trasero en donde tenía una manta. La tomó y después la desdoblo para asi cubrir a Rose con esta. Ella noto esto por lo que se abrigo bien y susurro suavemente.

— Gracias....—...

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