Problemas fraudulentos 3

— Sí mamá.

Le afirmó todavía con algunas lágrimas en sus pestañas.

— Entonces — su madre parecía comprender sus acciones— es por eso que deseabas que toda la familia aceptará con desesperación a Javier. Hija, ¿Acaso estás embarazada?.— cuestionó con espanto.

Susan río— No mamá, el tiempo en que la gente se casaba por embarazo paso hace muchos años, está es otra década, me caso por qué... quiero vivir a su lado y mudarme a Chicago para siempre.

— Ésto es demasiado repentino, a tu padre no le caerá bien— dijo en voz alta Sarah desviando la mirada a un costado, hasta que recordó algo — Espera, en dos meses es nuestro aniversario...

Su hija mostró una tenue sonrisa al ver que su madre recordaba su aniversario de bodas— Sí, quería que fuese en la misma fecha para que nuestro aniversario los festejemos junto a ustedes cada año.

Su madre sonrío de oreja a oreja por el hermoso gesto de su hija. —Oh, cariño— la abrazó—eres tan dulce.— la soltó mirandola a los ojos — ¿ Ya planeaste dónde será?, ¿ Los invitados ...?

— Amigos, compañeros, familia y también decidimos invitar a todos los inversionistas de las empresas de modas, como recién estamos tomando relevancia en la industria, es buena forma de conseguir aliados.

—Si lo es— concordó su madre — ¿ Estás planeando hacer más grande "Women's"?.

— Mucho más grande como lo fue alguna vez X-vixen.

Le contesto Susan, refiriéndose a la antigua empresa de su madre que antes de fusionarse con la de su padre, era muy importante en la mercado internacional.

— No dudo que lo lograrás.

~ Susan.

Me dijo mamá, acariciando mi cabeza como lo hacía cuando tenía 5 años, sonriéndome con ternura, notando el brillo de orgullo en sus ojos celestes. Mirada que no puedo mirar por mucho tiempo por qué me siento hipócrita al mentirle de frente.

Después de una tasa de té, hablamos sobre la boda, que color de vestido usaré, si será con encaje o acampanado, el tipo de color que usaré para la decoración y de que sabor será el pastel. Mama me sugirió un chef de Francia para la comida y el pastelero Florentino de Mershi para la torta.

Escuchaba atentamente cada sugerencia, sintiéndome vacía por dentro, como si un enorme hueco en mi interior se comiera lentamente mis emociones.

Termine esa hermosa tarde junto a ella, riéndonos de cosas del pasado, contando anécdotas del trabajo, viejos hábitos de las mujeres de oficina que nos daban gracia.

Cuando se fué, pude dejar de fingir que no me hundía en los peores de los infiernos, está boda me traía más sufrimiento que felicidad. Hasta qué mi celular sonó.

Al mirar, noté que era uno de los directores ejecutivos de mi pequeña empresa. Me extrañe al ver que me llamaba, usualmente no lo hacían si no era para una reunión de extrema urgencia. Temiendo qué tenga que regresar a Chicago atendí expectante.

— ¿ Sí?

[Señorita Susan, tenemos algo urgente que comunicarle ...]

El señor Henderson, me habló haciendo pausas todo el tiempo sobre qué mi pequeña empresa fué comprada por un excentrico millonario de los Nueva York. Cuando jamás estuvo a la venta.

Cerré los ojos con irritación al saber de quién se trataba, mi hermano soborno a todos los ejecutivos de mi empresa y se hizo con mi marca, que tanto me costó fundar.

[ Narrado por el autor]

Sonriente imaginando a Susan rabiar por la noticia , Jonathan disfrutaba en silencio lo que hizo el día de ayer, con las piernas arriba del escritorio. Auguriando que a por esta hora su hermana se enteraba sobre el cambio de mando de su actual empresa independiente, convirtiéndose ahora en su jefe y mayor autoridad, no solo de él, si no también de su novio.

— Veo que te sienta bien estar en mi silla

Dijo una voz familiar enfrente suyo, tomándolo desprevenido cuando se encontraba pensativo, dejando el trabajo para después. Al ver los ojos penetrantes de su padre se levantó de golpe de la silla.

— Padre pero que ...¿ Por qué no me anunciaron que vendrías?.

Dijo con enojo intentado comunicarse con sus secretarias.

— Está es mi empresa, soy más conocido aquí que tú, así que por eso me dejaron pasar.

Le aclaró y Jonathan soltó el botón del intercomunicador, visiblemente nervioso, por tener a su padre presente en su oficina. Tenía un profundo respeto y admiración por quién significó su padre en el mundo de los negocios.

— Por favor siéntate padre.— le ofreció y el accedió corriendo la silla de invitado para hablar con él.

— Seré breve. — se sentó poniéndose serio —Sé cuan ocupado estás con los proyectos de esta temporada.

— Dime lo que necesitas y lo resolveré en un minuto.

Jonathan padre bufó en silencio, lo que quería no lo resolvería en un minuto, sabiendo que de todas formas sería una perdida de tiempo.

—Tu madre está preocupada, me envió a hablar contigo para que hagas las paces con tu hermana.

" ¿ Hacer las paces?.".

Sonó en su cabeza.

— Puedo entender que te preocupe el bienestar de nuestra familia, pero creo que estás excediendo los límites de-

Un sonido de unos tacones golpeando los pisos con furia interrumpieron la conversación, se trataba de Susan que entraba hecha una furia a su oficina.

— Susan, que alegría verte.

Saludo su hermano con una mueca en el rostro, parándose para recibirla, adoraba verla enojada, y ella ignorado a su padre que se encontraba sentando frente al escritorio colocó las manos sobre el mismo haciendo saltar las cosas en está.

— ¡¡¿Compraste mi empresa ?!!.

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