Problemas fraudulentos 2.

[ Narrado por el autor]

Al otro día.

Mientras Jonathan vivía un infierno en carne propia, Susan arreglaba las invitaciones de boda en el departamento que compartía con Javier, en lo que él se acostaba con Pamela en otro lugar, creyendo Susan que tenia trámites que hacer. Su madre tocó el timbre del departamento, esperando que abriera desde abajo del edificio.

Susan dejó los sobres con hermosas tarjetas perfumadas a un lado, para ver quién se encontraba en la puerta del edificio.

Miró por la cámara al costado de la puerta, las imágenes de una mujer en la entrada con el clima lluvioso de afuera, sosteniendo un paraguas con una abrigo impermeable, casi no podía distinguir quién era. El clima caluroso subió la suficiente temperatura para que el cielo terminara bajando la temperatura. Susan tocó el botón del intercomunicador para hablar con ella.

[ ¿Mama?]

[ Hola cariño vengo a visitarte para saber cómo te encuentras, y de paso podemos hablar de la boda, ,¿Te parece?]

[ Esta bien mamá, ya te dejo subir ]

Narrado por al autor.

Después de unos minutos su madre llegó hasta el piso indicado donde vivía su hija, y fué recibida por ella.

Sarah se sacó el abrigo empapado y lo dejó en el recibidor de abrigos dela entrada. Frotó sus manos entrando en calor y sus delicadas botas sobre el felpudo que servía para limpiar las suelas de los zapatos de los visitantes del exterior.

Su madre levantó la vista adentrandose al departamento dónde su hija le dijo que vivía con su actual pareja. Notando que era tan pequeño como una habitación de su propia mansión.

— Vaya, si que es... acogedor

Alagó Sarah intentando ser amable. Pero Susan notaba la falsedad en las palabras de su madre.

— Lo se mamá no es como tu casa en Bel Air. — Suspiró en el pequeño living arreglando los sobres para los invitados —Pero es en donde vivo con Javier.

— Cariño, ¿ De verdad vas a casarte?.— le preguntó sin creer todavía que siguiera con sus planes.

Susan revolvió los ojos con hastío mientras escogía los sobres adecuados para sus invitaciones.

— Si mamá, ya hablamos de ésto, si vienes a convencerme para que no lo haga.— Levantó las cejas y Sarah la Interrumpió.

— No, no hija. Voy a apoyarte en cualquier decisión que tomes. — se sentó a su lado, sin observar lo que estaba haciendo, asumía que se trataba de otra cosa, referente a su trabajo— Sólo quiero estar segura de qué ésto es lo que quieres.— le dijo con preocupación en su mirada semi arrugada de una mujer de 60 años.

Susan se detuvo a medio que hacer, profundizando una mirada hacia la nada misma— ¿Por qué no lo querría?.

— Ayer, te ví dudar después de enterarte que tú novio estuvo casado y me pregunté si de verdad es lo que quieres.

— ...

Susan no respondió era evidente que ocultaba algo, pero no podía decírselo y su madre empezaba a sospechar sus motivos para el matrimonio.

— ¿ Estás segura que es lo quieres?.

— Sí mamá.

Afirmó sin voltear a mirarla, continuando con los arreglos de las invitaciones.

" No tengo otra opción "

Se dijo en su mente mientras ponía las invitaciones hechas por imprenta en unos respectivos sobres.

La mirada entristecida de Susan no la convencía, Sarah presentía que su hija no quería casarse.

— Susan, sabes que puedes contar conmigo para todo lo que necesites, ¿ Cierto?.

— Lo sé mamá, ¿ A qué quieres llegar?.

— Lo digo por qué, si hubiese un asunto que te tuviese mal, puedes decírmelo hija.

Susan dejo otra vez lo que hacía para responderle, sin poder todavía mirarla a los ojos— Madre, no hay nada que me tenga mal, únicamente me ves así en este estado vulnerable por ...

Recordó la pelea con su hermano en la reunión familiar de ayer. Cómo la denigraba y su forma tan vacilante de referirse a ella como una " Tonta".

— No me gustó la pelea que tuve con mi hermano eso es todo.

Excusó.

" ¿Es eso?", dudaba su madre, sin creer totalmente que fuese el motivo.

— No te preocupes por eso hija— Tomó su mano con una leve sonrisa en su labios— hablaré con tu padre para qué intenté convencerlo, si es lo que deseas.

— Me gustaría que acepte venir a mi casamiento .— Dijo en un hilo voz, queriendo llorar. Lo sucedido el día de ayer todavía quebrantaba el corazón de Susan.— Eso podría nunca suceder.

— No te adelantes. —Su madre la atrajo a su pecho para abrazar a su pequeña.

— Aunque no quiera tendrá que hacerlo por qué en dos meses me voy a casar.— le dijo Susan dejando a Sarah sorprendida y tomó sus hombros para confirmar lo que acaba de decir.

— ¿ Qué?, ¿ Te casarás en dos meses?.

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