Prólogo

Terminé de escribir esta historia hasta la última página, y estoy muy emocionada. ¿Habría logrado esta niña de 13 años ser escritora?

No se piensa sin angustia, en todo cuanto esta sensibilidad y esta inteligencia tan bien encontradas hubieran podido dar si el hombre mismo no la hubiera destruido y devorado. Es imposible recordar sin pena este fino rostro entregado a las sombras...

Era una niña de 13 años, hija de comerciantes de Nayarit que fueron perseguidos por los habitantes más poderosos de ese hermoso Estado.

Ellos pensaron hallar la salvación definitiva en un pueblo alejado de Nayarit, Guadalajara, que les sirvió de escondite pero no por mucho tiempo.

El mal tiene muchas maneras de actuar, ¿quién podrá librarse de tal monstruo?

Era un día del mes de agosto, los Beltrán tuvieron que elegir entre dos opciones: someterse ante esos hombres poderosos o esconderse si importar las consecuencias; ellos prefirieron la segunda opción, olvidando cuál es el poderío de esos hombres con solapa que no hacían otra cosa que perseguirlos hasta el fin del mundo...

En una especie de sótano atrás de la casa, como era muy común en esas casas de ricos, se instalaron, como ratas en un agujero. Tenían que tener cuidado de no hacer ruido o dejarse ver...

Cualquiera podría imaginar lo que sufrirían estas personas obligadas a esconderse, evitando así ser perseguidos...

Fue allí en ese ambiente incómodo, donde Esmeralda se dio cuenta de su propia existencia, y la de los otros, eran 8 personas en total, incluida ella misma.

Cuando Esmeralda, una niña de 13 años empieza a enfrentarse con el mundo exterior, y saca de los muchos contactos, un enriquecimiento importante, esta niña tuvo ante ella el abrigo húmedo del sótano y de los 7 locatarios, -parientes, amigos, relaciones- con quienes tenía que compartir su suerte.

Lo bueno es que ella había conservado su libertad, su amor y esa alegría que, aun en los peores momentos ella ha sabido cuidar muy bien, a pesar del lugar donde tuvieron que esconderse. Esmeralda ha escrito su diario, eran los primeros pasos para su anhelado sueño de ser escritora, contar día a día su estancia en ese lugar que ta pequeño y carente de lo más indispensable...

Esmeralda era muy bonita y ella lo sabía, pero eso no le importaba, ella era muy inteligente, muchas chicas de su edad no lo eran, aunque era una adolescente aún conservaba su espíritu de la infancia.

Esta chica reflejaba una madurez y frescura al mismo tiempo, por eso su diario tenía un toque de ternura, y atractivo, que nadie hubiera podido negarse a leerlo, era tan joven que no conocía a ciencia cierta gran parte de la vida.

Esmeralda escribía porque no tenía otra opción en ese lugar donde estaban, no había mucho que hacer, también leía los libros que podía, aunque no había muchos...

A ella le gustaba observar todo a su alrededor porque le gustaba guardar en su mente todos los paisajes bellos y no tan bellos, ella tenía un sentido muy agudo del amor a todo lo que guardaba en su mente y todo lo que escribía en su diario...

A Esmeralda no le importaba complacer a nadie, ella escribía para sí misma, era una forma de sacar todas esas cosas que a veces era imposible hablarlo con un adulto.

Pero ella las transmitía en ese libro que era todo su tesoro, lo guardaba muy cuidadosamente, no porque no quería que lo vieran sino por guardar una parte de sí misma, porque para ella tenía un valor incalculable, ahí iba escribiendo toda su corta vida. Siempre con esa ternura y esa madurez que la caracterizaban.

Su diario fue escrito alrededor de dos años, reflejaba todo lo Esmeralda podía observar del ser humano.

Ella hablaba con claridad de cada uno de ellos, de todo lo que vivía en ese lugar, y todo cuanto le era posible observar a través de su corta vida...

A pesar de todo lo que ella vivía en ese lugar tan reducido, conservaba su corazón intacto, era una niña tan vivaracha y sensible, y todo lo refleja en su diario...

Esta chiquilla de tan solo 13 años rara vez hablaba de Dios, ese Dios que sus padres le mencionaban, pero ella poco o nada lo conocía, tal vez ella no era muy creyente, sin embargo, hablaba de Dios de vez en cuando.

Ella en su creencia poca o mucha de Dios, decía que Él nunca la abandonaría...

Así que toda su vida y sus ilusiones se redujeron a este espacio tan húmedo, fueron 10 meses de encierro, en el que Esmeralda moría de desesperación y angustia, en el que contrajo una enfermedad.

Misma que la llevó a una espera larga para poder aliviarse, pero como no hay enfermedad que dure 100 años, ni cuerpo que lo resista, Esmeralda tal logró vencerla y salió adelante, ya que ella no merecía una vida así.

Pero a pesar de todas las contrariedades y necesidades que pasó en ese lugar ella siempre conservó su amor a los suyos y siempre decía que Dios jamás la iba a abandonar, ¿ustedes que creen al respecto?

*Autora*, espero poder llenar sus expectativas con esta historia sacada completamente de mi mente, todos los personajes y capítulos son totalmente ficticios, cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia...

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