Visita no deseada

Cuando llegaron a casa, había un auto estacionado frente a la casa, Petra no lo conocía, sin embargo, al mirar a Bryan y ver su rostro serio, supo que él ya sabía quién estaba allí.

Joseph ayudó a Bryan a salir del auto, y pronto él y Petra entraron a la casa, en la sala, sentado en el sofá, estaba Adrian.

Petra deja de caminar y mira fijamente al hermano de Bryan, quien la mira y sonríe.

— ¿Qué haces aquí? ¿Quién te dejó entrar? — pregunta Bryan.

— Hola, hermano, cuñada. — dice Adrian sonriendo a Petra, quien se siente totalmente incómoda con su mirada.

Bryan mira a Petra y nota su malestar.

— Cariño, ¿por qué no vas arriba a guardar tus flores y descansar un poco? — dice Bryan, haciendo que Petra asienta con la cabeza y se vaya rápidamente.

La mirada de Adrian sigue a Petra escaleras arriba y desaparece en el segundo piso.

— Si sigues mirando así a mi esposa, te sacaré los ojos. — dice Bryan enojado.

— Cálmate, hermanito. — Adrian dice sonriendo, mientras levanta las manos en señal de rendición.

— No me dijiste por qué viniste aquí. — dice Bryan. — Nuestro padre me dijo que estabas de viaje.

— Lo estaba, pero volví a ocupar su lugar en la empresa hasta que se recupere por completo. — dice Adrián. — nuestro padre estaba en su lugar, sin embargo, también tiene otros asuntos que atender y viajar. Entonces lo reemplazaré.

— De ninguna manera. — dice Bryan. — Volveré a la empresa.

— ¿Bajo estas condiciones? — dice Adrian burlonamente.

— Puede que esté en una silla de ruedas, pero todavía tengo el cerebro y la capacidad para dirigir una empresa. — dice Bryan. — algo que incluso tú con toda tu salud no tienes.

Adrian frunce el ceño y se acerca a Bryan, quien lo mira.

— Siempre te has considerado superior. — dice señalando el rostro de Bryan.

—No soy superior y nunca lo he sido. — dice Bryan.

— Pero tú crees que sí, solo porque eres más joven y asumiste la presidencia de la empresa, y el derecho es mío por ser el mayor. — dice Adrian.

— Me hice cargo de la empresa porque nuestro padre pensó que yo estaba calificado para hacerlo. — dice Bryan. — nunca te importó la empresa, siempre fuiste inmaduro. No te importó hasta que nuestro padre me hizo presidente.

— No es verdad. — dice Adrian.

— Sabes que lo es. — dice Bryan. — pero no reconociste tus errores y prefieres arrojárselos a los demás solo para no asumir que estás equivocado. Y como nuestro padre no creía que fueras lo suficientemente responsable como para hacerte cargo de la empresa, me echaste la culpa a mí. Ya que si tuvieras al menos un poco de responsabilidad e interés en la empresa desde el principio, ¡serías el presidente, no yo!

Adrian no dice nada, sabía que todo lo que decía Bryan era verdad. Miró a Bryan por última vez antes de marcharse.

Bryan ve a su hermano alejarse y suspira. El mismo pronto dirige su silla hacia el ascensor y sube al segundo piso, donde se dirige a la habitación de Petra.

Petra estaba acostada en la cama mientras miraba sus rosas, ahora estaban en un hermoso jarrón al lado de su cama. Sin embargo, sale de sus pensamientos cuando escucha tres golpes en la puerta.

— Puede entrar. — dice, sentándose en la cama.

— ¿Estás bien? — pregunta Bryan luego de entrar a la habitación de Petra y enfrentarse a la misma que estaba sentada en la cama.

— Si estoy. — dice suavemente. — ¿Tu hermano ya se fue?

— Sí. — Bryan dice, mirándola con sospecha. — por casualidad, ¿Adrián te hizo algo?

— No. — dice Petra rápidamente, pero Bryan sabía que estaba mintiendo.

— ¡Petra, dime lo que hizo! — dice Bryan con los dientes apretados.

— El día de nuestra boda, tu madre me llevó a su casa... — dice, jugueteando con sus propios dedos.

— ¿Intentó algo? — Bryan pregunta enojado.

— Llegó con una conversación de querer conocerme, yo estaba solo en camisón, porque acababa de ducharme y me iba a dormir un poco. — dice Petra suavemente. — se acercó y me acorraló contra la pared, sin embargo, alguien lo llamó y él solo sonrió mientras decía que esperaba volver a verme, luego se fue.

— Bastardo. — dice Bryan.

— Se acabó, déjalo ir. — dice Petra arrastrándose por la cama, cuando se bajó caminó hacia Bryan y se sentó en su regazo.

Bryan se sorprendió por la actitud de Petra.

— Petra… — dice sin aliento mientras ella se retuerce en su regazo. — quedarse quieto.

— ¿Por qué? — dice retorciéndose de nuevo en su regazo, burlándose de él.

— Porque mis piernas no funcionan, pero esta sí. — dice mirando su polla completamente dura. — y si no te detienes, tendrás que terminar lo que empezaste.

— Dijiste que no me tocarías hasta que tuviera dieciocho años. — dice ella sonriendo.

— A la mierda eso. — él dice. — Ya eres mi esposa de todos modos.

Petra deja escapar un gemido y se muerde el labio.

— Duerme conmigo hoy? — pregunta Petra. — solo dormir.

Bryan sonrió y asintió.

— Vamos a mi habitación. — él pide. — aquí no hay apoyo para que me acueste en la cama.

Petra asintió y Bryan comenzó a guiar su silla hacia su habitación, Petra, que estaba sentada en su regazo, apoya la cabeza en su hombro y se acurruca.

Cuando ya están de pie frente a la cama de Bryan, Petra levanta la cabeza y observa todo con detenimiento. Su habitación era toda de tonos oscuros, incluso las sábanas.

— Guau. — dice levantándose del regazo de Bryan y caminando por la habitación. — tu habitación es hermosa.

— Gracias. — él dice. — ¿ahora me puedes ayudar un poco para que me pueda acostar?

— Sí. — dice sonriendo mientras se acerca. — Me pararé de un lado y con la otra mano sujetarás el soporte.

Al lado de la cama de Bryan, había un apoyo, por lo que sería más fácil para cualquiera ayudarlo a acostarse, incluso si estaba solo y era más pequeño que él.

Petra abrazó la cintura de Bryan y lo ayudó a levantarse, Bryan con la otra mano forzó la barra de apoyo y así se levantó. Cuando finalmente logró sentarse en la cama, Petra lo ayudó a acomodarse, le quitó los zapatos y los calcetines.

— ¿Ayudarme a quitarme la ropa? — él pide.

— No vas a dormir desnuda conmigo. — dice Petra.

— No puedo dormir con la ropa puesta, por favor. — dice con un puchero en los labios. — No te arriesgarás conmigo, ni siquiera puedo moverme.

— Está bien, pero sin bromas. — dice suspirando mientras se acerca llevando su mano al botón del pantalón de Bryan.

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