19. Una despedida de consuelo

Lady Marila estaba guardando en unos cofres la ropa y diversos artículos que iba a necesitar Majic en la residencia real de Reverie, solo un mes ha pasado desde que llegó Majic al reino de Fontana; y pronto tenía que dejar el palacio.

La jovencita miraba por la ventana de su habitación, había movimiento de la servidumbre, porque hoy era la segunda boda del rey; ella debería esperar a la segunda esposa, pero sentia que su corazón no iba a soportar, ver bailar al rey con otra mujer; le había preguntado a Lady Marila si podía evitar eso; la ahora tutora de la princesa le explicó que todos creían que era una princesa caprichosa y soberbia, irse así solo haría que siguieran creyendo eso, pero que si quería podían irse, después que el rey vaya camino a la iglesia, la princesa acepto eso.

El rey había pedido hablar con Majic antes de partir a la iglesia, así que fue al Despacho para hablar con él, respiró profundo antes de ingresar; cuando estuvo dentro hizo una perfecta reverencia y un saludo protocolar muy formal.

- "¿En qué puedo complacer a su Majestad?", expresó la princesa con una mirada triste.

- "Procure ser feliz princesa, le va a gustar la naturaleza, el aire fresco, aprenda todo lo que pueda, y no piense mucho en mi, alguien como yo no merece la tristeza de un alma pura como la suya; iré por usted, espero que cuando nos volvamos a ver, sea usted más fuerte y valiente, solo quería mostrarle algo", dijo el rey.

Se acercó a la princesa, y con una magia especial escribió en el aire el nombre de la princesa con letras muy brillantes, y las hizo bailar mientras cambiaban de colores.

La princesa se quedó impresionada y mostró una ligera sonrisa.

- "Tu eres así, brillante, vivaz, que alegra el corazón; a pesar de la oscuridad que te ha tocado vivir, no lo olvides", dijo el rey y ambos se quedaron mirando por largo tiempo.

Por otro lado, Tesko estaba en la residencia de Lady Zarila, una vez más había ingresado a su habitación sin que nadie lo viera.

- "A pesar de la sencillez, te ves linda", dijo Tesko tratando de animarla.

- "¿Por qué todo es tan simple?, parece que me casara con un plebeyo y no con el rey de Fontana", expresó molesta Lady Zarila.

- "Para hacer sentir mal a la engreída princesa Majic, se hizo todo de manera sencilla; por norma la segunda esposa no puede tener algo mejor que la principal" dijo Tesko.

- "¿Qué horror?, al menos, se va del palacio, espero haya entendido que no tiene nada que hacer con el rey", expresó con cierto placer Lady Zarila.

- "La verdad es una pena, aunque sea la hija de ese desgraciado del rey Carpio, es muy bonita, y esa forma de ser tan salvaje, camina por ahí sin mucho cuidado, dejando ver a veces un poco más, en esa piel tan tersa y primorosa, yo del rey no la hubiese dejado ir, pero supongo que tú le gustas más", dijo Tesko con total descaro.

- "¿Te das cuenta de lo que dices?, tal vez debería olvidarme de ti, y concentrarme en el rey", manifestó Zarila volteando los ojos.

Tesko la miró con furia, la tomó del mentón y le apretó las mejillas fuertemente.

- "Ni se te ocurra traicionarme, porque te aseguro que la pasarás muy mal", dice Tesko y luego la arroja en el piso, "el rey jamás te perdonará que lo hayas engañado, así que estamos juntos en esto, tu me traicionas y le contaré toda la verdad al rey, ¿crees que sobrevivirás a su furia?", continuó diciendo para luego desparecer del lugar.

Zarila apenas podía respirar, era la primera vez que Tesko la habia tratado así, estaba empezando a dudar si ese hombre realmente la amaba.

Más tarde la boda se realizaba, está vez no había marcas en la mano, solo un anillo que el rey entregó a Lady Zarila, como señal que se convertía en la segunda esposa del rey.

Mientras eso sucedía, las cosas de la princesa Majic estaban puestas en el coche, ella paseaba despidiéndose de las flores en el jardín, recordando los paseos con el rey, hasta que Lady Marila la llamó, el rey había pedido voluntarios para servir a la princesa en Reverie y solo había conseguido a una, Yura, quien estaba feliz de ir porque cerca a la residencia vivía su familia, y podía ir a visitarlos.

Se suponía que Yura debería viajar con el cochero, pero la princesa insistió que viajara con ellas, así que ella también estaba dentro del coche, la primera vez que lo hacía, estaba completamente convencida que la princesa Majic tenía un gran corazón; Majic vio el palacio por última vez y el carruaje echó a andar.

Cuando la ceremonia terminó, el rey Fortem y Lady Zarila iban camino al carruaje, cuando un guardia se acercó al rey, informando que durante la ceremonia, la princesa Majic había emprendido el viaje a Reverie y que al llegar al palacio ya no la encontraría.

El rey sabía que ese era el último día que vería a la princesa, pero esperaba encontrarla al retorno, tenía algo del pasado que entregarle, ahora sabía que no iba a ser así, no podía creer que no iba a poder despedirse; así que miró alrededor, Lady Zarila lo miraba tiernamente esperando a que se acercara a ella para subir al carruaje, de pronto unas hojas rojas pasan frente a él arrastradas por el viento, lo que le hace recordar a Majic.

Sin entender lo que le llevó hacer lo que hizo, en ese momento, corrió hace un caballo y lo montó, dejando a todos con la boca abierta, el rey empezó la cabalgata a toda velocidad, esperando encontrarse con la princesa Majic.

Por otro lado, la princesa miraba lo que dejaba atrás a través de la ventana del coche; se obligó a si misma a no llorar, al menos esta vez no estaba sola, la acompañaba Lady Marila, quien se había vuelto amable con ella y Yuri que a pesar de tener miedo había decido ayudarla.

De pronto, cuando ya iban a llegar al lugar donde debían usar las piedras mágicas y hacer un viaje instantáneo, se escuchó una voz potente que gritaba "¡Majic, Majic!, cuando vio por la ventana que era el rey, la joven princesa bajó del carruaje y fue corriendo hacia él; el monarca bajó del caballo y también fue corriendo a darle alcance a la princesa, para luego confundirse en un abrazo que él querían que fuera eterno, sabía que tal vez ella no lo volvería a mirar igual, si lo que podía pasar en Reviere se hacía realidad.

- "Voy a ir a buscarte, te aseguro que voy a ir a buscarte", expresó el rey, como un consuelo para que ella no sintiera angustia donde iba.

- "Te voy a esperar, por favor no tardes", respondió la princesa.

Sabían que por ahora se tenían que separar, ambos habían sufrido dolorosas separaciones, pero esa se sentía la más triste de todas, él sabía que tenía que dejarla ir para que se enfrente al destino que debió ser, pero que la desgracia le había arrebatado.

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